Un gran abrazo de Oso

883 Words
Los largos brazos del hombre me acercaron a su cuerpo tibio y confortable. No hallaba la manera de enojarme, pues era la temperatura exacta para conciliar mi sueño, en forma de media cuchara el me abrazó y yo me dejé. Dormí tranquilamente, díganme que chica ¿que no ha probado a un hombre así se queda tranquila y se duerme? ¿Seré solo yo? En éste preciso momento yo no pensaba en nada más, solo pensaba en dormir. Por la mañana cuando desperté ya el sol estaba medio asomado, aunque nevaba se sentía los rayos solares, sentí el olor a tocino y huevos revueltos, estaba con mucha hambre, desperté asimilando mi situación, yo estaba en mi apartamento y estaba acompañado de un hombre muy atractivo. Entré al baño corriendo y me lavé la cara, cepillé los dientes y salí de la habitación solo para verlo afanado en la cocina, él estaba preparando el desayuno, ¡eso era mortal! Se pintaba tan sexi en esas fachas, yo mirándolo, soñándolo, si tan sólo esto fuera algo de real, que de verdad él tuviera sentimientos por mí, yo sería tan feliz, seria una mujer muy feliz, pronto sus palabras me sacaron de mi trance. —¡Ven, siéntate! Tienes mucha hambre supongo. —Estaba medio sonriente cuando dijo esto. Yo me acerqué y me senté, llevé ambas manos en mi barbilla, así como niño pequeño esperando su turno de dulces con tanto esmero. Me sirvió y la comida olía exquisitamente sabrosa, estaba apetecible. Enseguida empecé a devorar la comida, tal como si yo hubiera pasado una eternidad después de mi última comida. El sólo me observó comer, después de descubrir que él me estuviera viendo comer con tanto ahínco, sentí algo de vergüenza, pero rápido se me pasó la pena y continué comiendo. —¡Qué bueno que te gustó la comida, lo preparé especialmente para ti! —Dijo, levanté mi cabeza para mirarle a los ojos, él empezó a comer, ahora fue mi turno de verlo comer, mientras él tomó un pedazo de tocino frito y lo llevó a mi boca. Yo apreté la boca, él insistió, —ya estoy satisfecha con lo que he comido! Dije con cara de pocos amigos. —¡Solo este pedazo! —Dijo, —¡Está crujiente, me gusta, pero casi no me atrevo a comerlo! —¿Por qué? —Pregunté, yo ya sabía el porqué, pero sin embargo quería oír a él decirlo, él debía cuidar su físico por que prácticamente eso era una mercadotecnia. —¡Primero, por que vivo de mi imagen!— Dijo, mientras se llevaba más comida a la boca. —¡Segundo por salud! Hay alimentos que si por que te gustan mucho lo digieres regularmente, es malo para el organismo. —Explicó. Asentí y me puse de pies. —¿A donde vas? —Me preguntó, voy a alistarme para presentarme a trabajar, dije sin más reparo. Gong Yoo se puso de pies y me dió verguenza. —¿Y que hay de irnos a Busan? ¿No habíamos quedado en eso? Yo me detuve, y di un giro y lo volví a ver, me negué con la cabeza y dije: —¡Seria mejor si no los llego a conocer! —Dije casi dudando de mis palabras. Gong Yoo puso cara de enojo. —¿ Por qué no quieres ir conmigo a Busan? —Tenia la cara colorada, se veía molesto. —¡Por que no sé a qué llegará a parar esto! Por favor no finjamos que tenemos un matrimonio Real y actuar así. Ya son 96 días que faltan para que cada quien vaya por su lado, no quiero alimentar con falsas esperanzas a una relación que ya está fallida. —Dije casi saliéndose mis ojos del cuenco. Él se molestó más, se veía los ojos vidriosos, dijo: —¿Así que no ves esto con la importancia que debe tener? ¿Ya lo das por fracasado? —¿Podríamos terminar bien, ser buenos amigos? —dijo luego. —¡No quiero ser tu amiga Ji cheol? Entiende, conmigo es todo o nada! —Grité sin darme cuenta. Sólo quería que él supiera realmente cómo me sentía. Di la vuelta y me fui a la habitación. Me puse a llorar, últimamente ya había llorado dos veces. Y todo por él, mientras estaba desnudándome el cuerpo me miré en el espejo, ¿eres suficiente para él? Sabes cuántas mujeres sueñan estar en la posición en la que estás para estar cerca de Gong Yoo? Pensé, autoaconsejándome. Estaba en esa posición hablando conmigo misma mirándome en el espejo, no me di cuenta que él había entrado a la habitación, después para mi mala suerte la puerta se abrió con un soplido de viento que entró por el balcón. Me vio de perfil desnuda totalmente, yo quedé helada. No sabía que hacer más que gritar, pero lo peor fue cuando volteé para mirarlo y de último me di cuenta que él me miraba mi centro a mi niña, sus ojos recorrieron de abajo hacia arriba a mis palomitas. El corrió tomó una bata y me tapó con ello me dió un abrazo grande de Oso, temblaba con fuerza todo mi cuerpo, él me había visto mi panana y mis pechos completamente.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD