Mientras tanto en el hospital central.
─¿qué fue lo que pasó? ─ Grita Renata entrando al hospital con todos los demás amigos de él.
─Al parecer, chocó con algo, pero aun no sabemos qué. Aún lo están revisando ─dice una mujer muy elegante, de unos más o menos 40 años.
─No lo puedo creer. ─Renata corre abrazarla ─pero ¿va a estar bien? ─pregunta casi al borde del llanto.
─¡Tranquilízate! ─trata de consolarla ─Él va a estar bien, mi hijo es fuerte, siempre lo ha sido.
─¿Podemos verlo? ─se acerca Jack.
─Aún no. Lo están pasando a la habitación, y la primera en pasar claramente seré yo. ─aclara su madre, como la leona que siempre ha sido con sus hijos.
─Sí señora ─retroceden sus amigos.
Todos toman asiento y esperan impacientes a que puedan por fin verlo.
No tarda mucho en salir el méd
