Asistente Dedicada
Andreas movió la cabeza en un intento de despejarse. Le dolía mucho y sus sienes pulsaban de dolor con cada movimiento.
Lo último que recordaba era ver a Sei salir de su baño con una expresión de total asombro. Claro, estaba desnudo, pero también sus estelas lo cubrían casi de pies a cabeza. Trató de pensar que hacer para convencer a la joven: que estaba soñando o con intoxicación con productos de limpieza, pero sólo se angustió cuando pensó en que tendría que avisarle a Starlight. Todo su cuerpo se tensó cuando recordó lo que había dicho antes de ser enviado a casa. Vaya que si la había cagado a lo grande frente a varios guías y ante el esper.
Rogó en su mente que la G3 fuera lo suficientemente amplia de miras para escucharle cuando presentara las excusas o de lo contrario sería considerado un guía rebelde y sería juzgado por el consejo con una sentencia severa.
Andreas gimió dolorido cuando trató de incorporarse, pero un peso en su costado y en el pecho lo mantuvieron firmemente apoyado en la cama. Abrió los ojos y buscó la fuente del bloqueo pudo ver a Sei durmiendo a su lado, plácidamente bajo la manta que los cubría y por lo que pudo ver, sin polera. Contuvo el aliento antes de mover con cuidado el brazo que la rodeaba para tocar su espalda y pudo sentir la línea de la braga y el sujetador.
El guía suspiró aliviado cuando supo que no estaba desnuda ¿Qué había pasado para terminar así? No podía haber sido tan cabrón ¿O si? Maldición, no podía recordar. Tenía que levantarse y revisar los registros de Selene para ver si había lastimado a alguien.
El guía se movió con cuidado y recogió sus pantalones para luego salir a la sala.
- Selene...- llamó, pero vio un pulso en el anillo - Espera... Tengo un mensaje.
Desplegó la imagen y Anthea apareció.
- G2. - le decía la joven con una sonrisa - Me alegro de que hayas despertado.
Estaba acostada en una gran cama.
- G3...
- Selene se comunicó conmigo antes de que te desmayaras por la crisis. - le explicó.
- ¿Le hice algo a alguien? - preguntó, ansioso.
- No... Tu asistente me ayudó a controlarte justo a tiempo.
-¿Está lastimada?... Estaba junto a mi... yo... - titubeó.
- Ella está bien... Te ayudó a recuperar tu temperatura y a tranquilizarte. Debido a que ya has tenido dos crisis y te niegas a ir al hotel para que Seth pueda estabilizarte, le he pedido a tu asistente que te acompañe.
- ¿Disculpe?
- Es una orden, G2. - le dijo seria - Tu asistente te salvó el pellejo. Ya tiene instrucciones para estabilizarte y contactarme si hay señales de tus estelas. Prepara una habitación para que se quede.
- ¡No puedes ordenarme tenerla en mi casa! - exclamó - Es mi asistente. No mi niñera.
- Dejaste de respirar esta vez, G2.- le dijo mostrando las gráficas haciendo que el guía se tensara - Si tienes otra crisis solo, podrías morir. Creo que tu orgullo estúpido no vale tu vida. Lo otro es que yo viaje para estabilizarte, hablaré con Seth.
- ¡No! - interrumpió el guía casi hiperventilando ante la sola expectativa de que la compañera embarazada del esper intransigente viajara con el riesgo potencial de tener una complicación, lo estremeció - Lo haré, lo haré...
Andreas miro hacia la puerta de su habitación inquieto.
- ¿Qué explicación le diste a Sei por mis estelas? - le preguntó.
El que un Norm conociera su identidad era riesgoso, más aún en el ambiente como en el que el actor trabajaba.
- La verdad, que eres como Rin y como yo... - le dijo.
- ¿Tuvo miedo? - preguntó, ansioso.
- No, al contrario. Estaba más preocupada de que te recuperaras.
- ¿Crees que mantendrá la confidencialidad? Si los norms conocen mi identidad todos mis años de trabajo se irán por la borda.
- Se ha comprometido conmigo... - dijo la joven.
- Los Norms no son como los metahumanos, G3. - dijo con ironía - Ellos no te obedecerán sólo porque eres la de mayor rango.
- Puede que no, pero puedo diferenciar a la gente honesta de las que no lo son. Utiliza la oportunidad de concentrarte en la investigación y descartar a los sospechosos...
- ¿Voy a seguir en la misión? - preguntó sorprendido.
- Voy a darte la opción de demostrar de lo que eres capaz, independiente de haber insultado a tu propia gente. Ya hablé con Seth... Si tus creencias sobre los metahumanos interfieren en la investigación o ponen en peligro a mi equipo, serás puesto en custodia de inmediato y te enfrentarás a mi, en persona. Los espers que viajan a Eternal Lights son muy buenos en su trabajo y tienen mis órdenes ¿Puedo confiar en que priorizarás tu trabajo y te coordinarás con mi equipo? Mi compañero te ayudará siempre y cuando vea tu compromiso.
- Lo haré... G3.
- Entonces estamos de acuerdo. Esta conversación ha sido privada. No es necesario que el líder de misión lo sepa. Queda entre guías.
- Entiendo, gracias por la confianza en mi, G3. Lo aprecio.
- Demuestra que eres bueno en tu trabajo y porque fuiste elegido como una constelación, G2. Además, agradecele a Sei. Ella creyó en ti...
- Gracias, G3. No fallaré.
- Encuentra a tu compañero y encontrarás al esper...
- ¿No debería ser al revés? - preguntó confundido.
- Sigue a tu corazón... aunque veas lo contrario... - le dijo críptica.
- ¿G3?
- ¡Anthea Allen! - se escuchó la voz de un hombre después del sonido de una puerta abrirse - ¡Dije nada de trabajo! Has tenido contracciones...
- Estoy bien, Ezra. - dijo la joven bajando la pantalla - No preocupes a Seth. Sólo hablaba con la esper Lee. - mintió y Andreas alzó una ceja.
- ¿Wen? - se escuchó la voz masculina - ¿Björn aún está preocupado que al guía que trabaja con Seth le pase lo mismo?
Andreas se tensó.
¿Qué se significaba eso? ¿Qué había pasado con Björn? Sabía que su esposa era un esper de fuego, se apellidaba Lee y que estaba embarazada, pero no tenía más antecedentes.
- El guía tendrá que encontrar sus propias respuestas... - escuchó decir a Anthea - ¿No lo crees, canis?
El guía abrió los ojos al comprender.
La G3 quería que investigara y al usar su nombre clave, lo que debía saber tendría que estar relacionado a su unidad, a Björn.
Sólo él y Anthea sabían que ese era su nombre.
- Entendido. - dijo bajo cortando la comunicación.