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1999 Words
Llegando al Oasis El chofer del tráiler y un m*****o del equipo de seguridad del CEO iban en la parte delantera separados con un panel de vidrio. Estaban viajando a Coral City. En el interior, habían cuatro sillones ejecutivos que podían reclinarse con unas mesas abatibles si que requería trabajar en el computador o comer. Más atrás, contra la pared, había asientos acolchados fijos donde podían ir ocho personas sentadas cómodamente. Al final un panel de madera que debía tener una pantalla o un equipo de música con un frigobar bajo él y otro espacio que Sei identificó como un closet y un lavamanos con espejo para asearse. Seth iba concentrado en su computadora por lo que la charla la llevaba Michele, sentada frente a Andreas. Las asistentes de los actores estaban sentadas atrás, una frente a la otra, en los asientos fijos mientras Rin estaba frente a Seth trabajando en su tableta. - Presidente. - se quejó la mujer de manera infantil - Ni siquiera ha dejado de trabajar un momento en todo el viaje... Andreas tuvo que girarse para que no viera la mueca de fastidio, pero Sei la vio y soltó una risita que la mujer ignoró haciendo un gesto con la mano. - Son sólo tres horas de viaje. - le dijo Seth levantando la mirada - ¿No puede entretenerse sola? Carmichael está leyendo, sus asistentes usando su teléfono y la mía está tan ocupada como yo ¿Qué disfruta hacer usted? - Usaría mi teléfono, pero mi cargador está en mi maleta. Mi asistente lo empacó mal. La expresión de sorpresa de la joven de piel morena, fue evidente. Le estaba echando la culpa de algo que ella había hecho, pero necesitaba el dinero que la mujer le pagaba por lo que se mordió el labio para no responder. - Tome, señorita Torch. - dijo Sei rebuscando en su bolso - Es una batería portátil con un cable con varios adaptadores. Úsela y me la regresa cuando bajemos. - Gracias... - la joven llamada Tonia le susurraba en agradecimiento y le sonrió. - Quédatelo, ya no falta mucho para llegar. - le dijo ignorando su mano extendida - Lo cargaré llegando a la habitación. Tanto Seth como los demás vieron el gesto y cómo Sei volvía a guardar las cosas en su bolso en silencio. Por unos instantes creyeron que la joven diría algo ante su mala educación, pero no hubo reacción, solo se retrajo en el asiento. - ¿Qué haces, Carmichael? - preguntó Seth bajando la pantalla del notebook. - Leyendo el libro en el que se basa la película. - le dijo apoyándolo en el regazo - Pensé que me ayudaría a entender el personaje desde la mirada de la persona que lo escribió... - ¿Y bien? - No lo he terminado, pero me gusta que el protagonista intente tener una vida, incluso si es fuera de su lugar de origen o lo que conoce. No tiene idea que la chica que le gusta es una sirena que tiene la misión de engañarlo para llevarlo al fondo del mar. A veces es demasiado ingenuo, a pesar de ver las señales. Según el resumen que vi en internet, él la elige aunque sabe que va a perder todo lo que conoce y tiene por seguro e incluso su vida. - ¿Por qué suenas triste? - preguntó Michelle - Se queda con el amor de su vida, la mujer que ama. - Si, pero en un mundo que no es el suyo. Siempre será un extraño. Ella tampoco intentó adaptarse a él. Creo que el trabajo debe ser de ambos y lograr un equilibrio si son una pareja. - ¿Y qué harías tú? - le preguntó Rin con curiosidad. - Comprar una casa en la playa para que ella pueda estar cerca del mar y yo cerca del trabajo. Así cada noche llegamos a un lugar que tiene parte de los dos mundos. - Pffft. - se rio Michelle - Qué final tan vainilla... - Puede ser, pero me parece lo más justo. - dijo encogiéndose de hombros. Seth se mantuvo en silencio analizando las palabras del guía. En cierto modo, había recordado esa historia cuando su madre la mencionó en una de sus comidas semanales las que habían sido instauradas por Anthea cuando regresaron a Delta después de la conferencia de naciones. Tanto madre como hijo se habían quedado de una pieza ya que no tenían la costumbre, por sus horarios y compromisos. El hacer coincidir sus agendas ya era un proeza, pero su ingeniosa esposa habló con ambos secretarios para dejar bloqueado ese tiempo en ambas agendas como un compromiso obligatorio y que todo lo que se incorporara después podía ser antes o después de ese tiempo. Helena y Seth bromeaban que sus secretarios le preguntaban primero a la guía antes de interferir en ese horario o movían todo si la guía lo modificaba hacia un domingo convertido en almuerzo o merienda de media tarde. La historia le recordaba la propia en donde Anthea llegó a su vida poniendo de cabeza su mundo y, aunque ella no quería llevarlo consigo a la comunidad de meta humanos, resistiéndose todo lo que pudo, él la había elegido y la siguió. Pero tal como mencionaba Andreas, la guía también lo siguió al mundo Norm y se había esforzado por adaptarse. Al final, los dos se habían elegido mutuamente logrando un equilibrio entre ambos mundos y él se sentía feliz y satisfecho con ello. No era un final vainilla como decía la mujer frente a él, al contrario, era versión para adultos considerando el poder de ambas habilidades combinadas al momento de la intimidad o el libido aumentado de su esposa a causa del embarazo en los meses anteriores. Sus pensamientos viajaron a sus recuerdos y su polla dolió como un adolescente haciendo brillar sus ojos y liberando el aura alrededor. - Presidente... La voz de Rin lo devolvió al momento y tuvo que pestañear varias veces antes de mirarla. La joven le indicó sus ojos y su cuerpo por lo que Seth tuvo que respirar profundo varias veces para controlar las habilidades. Desde que supo que Anthea estaba embarazada, sus habilidades estaban más en superficie y se activaban con el menor estímulo. Más aún ahora que no estaba cerca de ella. Cuando abrió los ojos de nuevo, Rin asintió haciéndole saber que ya estaba todo en orden. Casi al mismo tiempo, el brazalete en la muñeca de Seth pulsó y él lo acercó más a su rostro. -¿Estás bien? La voz de una mujer se escuchó por el intercomunicador. -Si, cariño - le dijo con una voz totalmente diferente a la que usaba para trabajar, sorprendiendo a Andreas. Wow, ese era el poder de compañeros, pensó. Lo había visto infinitas veces durante su estadía en la Cúpula, pero verlo en otro contexto y con el CEO mandón, fue diferente. - Envié algunas cosas a tu brazalete para que te ayuden. - dijo la mujer - ¿Tan alto pensé? - se burló Seth y la risa alegre de la mujer se escuchó - No responderé a eso...- le dijo divertida - pero yo también, ya sabes... -Te llamaré desde la habitación. Estamos llegando a Oasis. Voy con los actores en el trailer. -¿En serio? - pareció encantada - ¡Hola a todos! He visto algunas de sus películas, les pido su mayor esfuerzo en este proyecto. Es muy especial para nosotros. Cuando Anthea habló modificando su timbre de voz usando sus habilidades, los ojos de Rin y Andreas brillaron intensamente por lo que, aunque fuera por un segundo, Sei vio el cambio en el joven y se estremeció. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué era eso? La joven no podía ver a Rin ya que estaba en la silla delante de ella, pero si vio a Andreas. Rin tosió para alertar a Andreas quien estaba concentrado en el brazalete y éste cerró lo ojos para estabilizarse. - Gracias, señora Starlight. - le contestó Andreas por ambos - Haremos nuestro mejor esfuerzo. - Gracias. - le dijo y luego de una pausa habló a su esposo - Hablaremos cuando llegues, diviértete. - Nos vemos...- le dijo Seth y la comunicación se cortó - Bien...Ya escucharon a mi esposa. - Jefe... La voz del guardia en el asiento del frente lo alertó. - Hemos llegado, jefe. - le dijo indicando un sector protegido por un fuerte equipo de seguridad. El grupo miró la barrera de seguridad y el exterior donde se podía ver el mar cristalino color turquesa con la arena blanca con varias cabañas pareadas para más de cuatro personas y a lo lejos otros bungalows más grandes en la zona VIP. El trailer avanzó hacia la zona VIP, pero se detuvo a medio camino junto las cabañas con apartamentos privados donde se quedaría el director, la productora y los actores. La puerta se abrió y un grupo del hotel se acercó. - Buenos días, presidente. - dijo el encargado del lugar con varios asistentes y personal - Su apartamento ya está listo. Se ha preparado la habitación secundaria para su asistente. - Seth asintió observando el lugar y el movimiento fluido del personal - Los apartamentos para los actores y sus asistentes ya están listos también. - les dijo indicando los lugares - Coordinaré con su asistente los detalles. Seth asintió y caminó hacia el director seguido del personal del lugar. Andreas bajó del trailer poniéndose los lentes para evitar los rayos del sol respirando el aire con olor a mar y arena. - ¡Muévete! - la voz aguda de Michelle a su espalda lo sobresaltó y se movió para dejarla pasar. La joven hizo una mueca y le golpeó el brazo con su bolso. Vestía un traje estilo marinero de color rojo con una gran sombrero de ala ancha y grandes lentes. Sus largas piernas y su cuerpo curvilíneo podían hacerla ver hermosa, pero cuando abría la boca se sentía como el sonido de las uñas rasguñando un pizarrón, pensó Andreas. La mujer avanzó con desplante hacia uno de los apartamentos contoneando las caderas como un pavo real. Andreas suspiró girándose para ayudar a Tonia y a Sei a bajar y de nuevo sintió la corriente cuando su mano tocó la de la joven asistente. Sei lo miró al ver su expresión de sorpresa. - Parece que tenemos estática. - le dijo avergonzada. - No te preocupes. - le dijo encogiéndose de hombros en tanto caminaba al sector donde varias personas los ayudaron a descargar el equipaje. Andreas tomó su maleta y caminó hacia el otro apartamento seguido de Seirén. - ¡Tenemos reunión con libreto a las 16:00! - gritó la productora entre tanto. - Escuché... - exclamó Andreas levantando la mano sin dejar de caminar con un camarero a su lado quien abrió la puerta con la tarjeta para luego entregársela y otra a Sei. Sei le agradeció al hombre y le extendió una propina, pero el joven de unos 17 años negó con la mano. - No se preocupe, señorita.- le dijo con una sonrisa - La señorita Rin ya nos dio una propina a mi y a mis compañeros. Estaré atento, mi nombre es Erl. - Gracias, Erl. - le dijo la joven con una sonrisa - Por favor, cuida de nosotros. - Avise lo que necesitan para almorzar. Se los traeré. La señorita Rin ha informado que los actores tendrán tiempo de estudio personal antes de la lectura del guion. - Se lo informaré al Señor Carmichael. Gracias Erl. - Nos vemos, señorita. - Llámame Sei. - le dijo al joven cuando éste se alejaba hacia el edificio principal. - ¡Nos vemos, Sei! - exclamó haciendo reír a la joven en el umbral de la puerta. Lo que no advirtió es que el ceño de Andreas se fruncía con una mueca, molesto al ver la interacción.
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