Capitulo 5: La luna de miel.
Martina, madre de Dixie se levanta muy de madrugada, afuera están los empleados esperando para entrar, su corazón está roto en mil pedazos, entra a la habitación de su hija una y mil veces, siempre hubo un lazo muy fuerte entre ella y su hija, es una de las hijas más pequeñas, ya no está, recorre su cuarto, mira hacia afuera está totalmente oscuro, llama a su hija con la mente, escucha las llaves de la puerta es Gerónimo, qué entra llega con olor alcohol, entra a la habitación se lanza sobre la cama, Martina lo escucha cuándo dice.
—¡Se, me terminó él dinero!
Martina prende la chimenea, del salón principal, se escucha él cantar de los pájaros, es lugar es amplio y muy hermoso, en la parte de atrás se hallan tres galpones enormes, con gallinas, Martina cada vez qué sube los escalones, la madera cruje, golpea la puerta de sus hijas Aroma y Emilia.
— Es hora de levantarse, hoy nos toca vacunar las gallinas, tú padre le debe al personal, muchos de ellos ya no vienen.
Emilia, tubo qué abandonar él colegio de la secundaria, Aroma también.
Afuera comenzó a caer una gran helada, los vidrios están empañados, Emilia se soba los brazos, extraña mucho a su hermana Dixie, entra de nuevo a la casa, busca un abrigo, afuera hay un olor espantoso por las gallinas, Aroma va recorriendo cada galpón, vacunando a cada gallina con ayuda de su hermana, en la granja crían gallinas, los camiones y otros comienzan a entrar en busca de huevos.
En la isla de Java, todos le temen a Gerónimo, es un hombre de temperamento duro, dedica su tiempo a dar órdenes, es líder de una comunidad, nunca hace bien las cosas, siempre de mal humor.
Martina maneja muy bien, se dedica hacer lo qué su esposo nunca hace, tiene un cliente, qué siempre acude a la granja a comprar huevos, le cuenta sobre su esposo, comienza a llorar.
—¡No sé nada de mi hija! Mi esposo la a vendió.
Comienza a correr la voz, qué Gerónimo es un mal padre, nadie se atreve a enfrentarlo.
Después de la boda, Dixie, parece no estar allí, junto a Willian, no siente nada hacia él, su corazón destrozado, la culpa la domina, piensa." Debería haberme escapado."
Se encuentra en otra habitación, no quiso estar con él, en la noche de bodas, siente qué alguien llama a la puerta es Marcela la empleada doméstica.
—Señorita, él joven Willian quiere verla, está muy molesto.
Willian en cambio después de la ceremonia se puso a tomar, al sentirse rechazado por Dixie, la ama demasiado, su camisa blanca la tiene desprendida, su cabellera despeinada, siente amor y odio hacia ella." Esto no quedará así." Se acerca a la puerta y llama a Dixie.
—Quiero qué vengas, no puedo vivir sin ti.
—¡Lárgate, tú no eres nadie mío! ¡Jamás seré tuya!
Willian, se sentó en él piso, se largo a llorar, había bebido demasiado, se durmió al instante.
Al día siguiente Dixie, despertó se encontró viviendo con la misma pesadilla, se había casado con un hombre y no sentía nada, pensó escapar, solo qué en esa casa habitaba demasiada gente de servicio qué la vigilaba.
Es la hora del almuerzo, Dixie está sentada a la mesa, Willian aparece con unos pasajes de avión, destino a Dinamarca, había reservado hotel y estadía.
Willian se acerca hacia ella.
—Mi amor... saque pasajes para viajar a Dinamarca, que está situado al norte de Europa, es un lugar muy tranquilo y la adornan las islas.
Dixie, no quiso escuchar al contrario ella lo acuso de no ser un buen hombre.
— ¡Cómo, te atreves a invitarme a ir contigo, no te lo mereces! Me compraste y es una ofenda para mí, dejame ir con mi familia, no siento nada por tí, me das asco.
Willian, sintió cómo un golpe en él estómago, las palabras de Dixie eran cómo una puñalada.
—Está bien, puedes irte, con la condición qué antes me des un hijo.
—Ni, lo sueñes no seré tuya jamás.
Los días pasaron, todo siguió igual entre ellos, lujos buena comida, paseos en barco, veladas extraordinarias, sin embargo Dixie pensaba mucho en su madre, quien era una mujer fuerte, siempre soportando a Gerónimo.
Willian siguió insistiendo por él viaje a Dinamarca, sino perdería los boletos de avión.
Martina, madre de Dixie, soñaba seguido con su hija, a media noche despertaba llorando, no tenía consuelo alguno, sentía qué Gerónimo había traicionado a su propia hija.
Una tarde, se fué de compras, entro a una tienda de telas,le gustaba pasar horas sentada, frente a la máquina de cocer, diseñaba vestidos para sus hijas, recordaba cada momento feliz junto a Dixie sus primeros pasos, lo dulce y tierna qué era, no tenía conformidad alguna, había perdido a su hija para siempre.
En aquella isla de Java, capital de Indonesia, habita mucha gente. Martina, se pregunta qué será de la vida de Daniela su hija mayor, qué escapó evitando qué su padre la vendiera.
Daniela, la hija mayor de Martina, cuándo escapó pidió ayuda, en uno de los templos, se encuentra en plena cuidad de Java, allí existe, confianza y espiritualidad.
Por otra parte, se encuentra William, aún qué tiene muchas riquezas, su vida se encuentra en un fracaso total, con Dixie no tuvieron noche de boda tampoco, luna de miel.
Dixie, se encuentra sentada en un rincón de aquella mansión, los empleados le rinden honores, cosas qué a ella nada de eso le gusta, ella trabajó desde muy pequeña, no está acostumbrada a esa nueva vida.
Daniela, también extraña a su madre, de solo pensar qué se va a cruzar con Gerónimo, no tiene muchas ganas de volver, una familia de altos recursos se preocupó por ella, cuándo la vió en él templo.
Vanesa, de cuerpo perfecto cabellos rubios, una sonrisa contagiosa, jamás pudo tener hijos, a perdido todas las esperanzas, ningún tratamiento le a servido.
Daniela es muy querida en esa casa, Nestor de mirada tierna la quiere cómo una verdadera hija.
Son las nueve de la mañana Daniela ya tiene él desayuno preparado, Vanesa tiene una señora de confianza, qué trabaja para ella.