Mentirosa

1004 Words

Y lo que hizo a continuación me dejó roja como un tomate. El pedazo de hilo roto se lo llevó a la nariz. Él cerró los ojos y disfrutó del hilo, del olor. Era un gesto tan íntimo y tan arrogante que me dejó sin aliento. Abrió los ojos. Su mirada me atrapó. —No me mientas. Ahora, ven. Quiero que te sientes sobre mis piernas. —¡¿Qué?! —dije, sintiéndome infantil y deseada al mismo tiempo. —Sí. Es una orden. Iba a protestar, a gritarle que era mi jefe, que estaba en pijama, que era un pervertido... pero en eso, me arrepentí. No sé, pero quería hacerlo. Una parte de mí, esa parte desastrosa y desesperada por la adrenalina, quería obedecer. Quería estar con él. Con un temblor en las manos, me moví. Salí de mi asiento y me senté de lado sobre su regazo, sintiendo la dureza de sus músculos y

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD