Capitulo 01

1644 Words
Autum Klein Oi cómo tocaban la puerta de mi despacho. — adelante— Angelo se adentró, lo miré fijamente cada vez que este hombre aparecía en mi oficina nunca era para darme buenas noticias Me levanté. — Angelo bienvenido a mi hogar ¿Qué te trae por aquí?— le pregunté intentando sonar amable aunque la realidad es que no me apetecía ser amable con él nunca, sin embargo el hombre era la mano derecha de mi abuelo. Mi abuelo aún no soltaba el poder y era él que elegiría quién sería el siguiente en la línea de sucesión y aunque yo era el que más trabajaba por estas maldita organización todos los malditos días él aún se atrevía a considerar a mi hermano y a mi primo, unos vagos de primera. Pasaban su día a día entre fiestas, mujeres, alcohol, mi abuelo todo el tiempo los justificaba alegando que una vez que ingresaron a la organización ya no serían de esa manera pero todos sabíamos que se estaba engañando el mismo. — tu abuelo quiere una reunión familiar— Fue directo al grano Mierda!! Cada vez que hay una reunión familiar nunca es algo positivo para mí. — ¿Cuando?— Pregunté. Por más que me encantaría decir que no la verdad es que no tenía otra opción yo me voy a ir, debía mostrarle mis respetos al abuelo que él supiera que lo respetaba a pesar de cualquier cosa. Era tan frustrante para mí, yo prácticamente estaba haciendo todo el trabajo sin embargo mi abuelo aún no me daba el reconocimiento que merecía. — en 4 días tu abuelo está esperando que tu primo y tu hermano regresen de viaje para que todos puedan estar en la reunión— Me informo y no tuve otra opción más que asentir con la cabeza — asegúrale a mi abuelo que estaré en su casa en 4 días presente en la reunión como en cada reunión que hace— le dije — Me pareces un buen muchacho Autum, y eres capaz de mantener a la organización junta y estable algo que realmente dudo que tu hermano o tu primo puedan hacer así que te daré un consejo que no me estás pidiendo— Si antes estaba sorprendido ahora lo estaban más el hombre solía decirme cuatro palabras te ves en cuando, sabía que su lealtad siempre estaba en mi abuelo y eso jamás iba a cambiar. — siempre estoy abierto a recibir consejos aunque no sean solicitados— le dije mirandolo fijamente. Él soltó un suspiro como si por un segundo subes arrepentido de soltar aquellas palabras. — muéstrale a tu abuelo que no solamente eres capaz de llevar la organización sino que también eres capaz de hacer que el apellido prevalezca eso es algo tan importante como él como si puedes llevar o no la organización— dicho eso estiró su mano la estreché y lo vi irse como si nada dejándome demasiado confundido ante las exigencias de mi abuelo. Así que mi abuelo no solamente quería alguien que pudieras llevar de buena manera la organización. Maldije. ¿Quería diablos iba a hacer ahora? Siempre me había centrado demasiado en la organización era el sueño de mi padre y quería cumplir con la promesa que le había hecho. Mi padre había muerto hace 5 años los mismos cinco años que dejé las fiestas las mujeres las drogas y todo a un lado solamente por cumplir mi promesa. Mi padre siempre soñó en ser el jefe de la gran organización de mi abuelo era su primogénito y se esperaba que él asumiera este cargo por eso no entendía porque mi abuelo no estaba listo para darme el cargo a mí si yo era el primogénito de su primogénito. Sentía como las paredes cada vez se hacían más pequeñas ya no podía seguir aquí porque mi cabeza solamente seguía pensando y pensando Decidí tomarme lo que quedaba de la noche salí de mi despacho. — señor Klein— me detuve ahí estaba Manuela mi ama de llaves aunque era bastante joven la verdad es que solía llevar la casa bastante bien no había llegado a ese puesto solamente por ser buena en su labor había llegado a ese puesto por acostarse conmigo un par de veces, necesitaba mi vida una mujer como ella que no me pidiera explicaciones y que supiera su lugar — por favor disculpe que lo intercepte de esta manera quería saber si necesitaba de mis servicios hoy— miró a la derecha y a la izquierda asegurándose que nadie la viera y luego se acercó lentamente a mí sin embargo puse mi mano antes de que se pegara por completo. Hoy definitivamente necesitaba alcohol para aclarar mi mente en lugar de una mujer como ella. Por un segundo pensé que ya podría ser una gran candidata para ser mi esposa ficticia sin embargo me preocupaba que hubiese sentimientos de su parte hacia mí no necesitaba a una mujer enamorada de mí porque apenas mi abuelo me diera el poder y yo pudiera divorciarme lo haría necesitaba una mujer que supiera que lo nuestro solamente sería un trato ¿Dónde podría conseguir una mujer así que luego no me chantajeara? — puedes irte a dormir— dicho eso seguí caminando dejándola sola ahí. Salí de casa ahí estaba el chofer esperando por mí sin embargo simplemente me monté en el asiento del piloto encendí el auto y comencé a avanzar. Y mientras estaban todos lados excepto en donde debía estar intentaba pensar quizás alguna mujer que hubiese conocido o contratar alguna prostituta y hacer que firmara un acuerdo de confidencialidad. — cuidado!!— aquel grito me hizo frenar sentí un golpe muy fuerte en el auto Maldije mientras golpeé suavemente el volante sintiéndome un maldito estúpido. Había salido a aclarar mi mente no acabar con mi maldita carrera antes de que pudiera comenzar Me bajé lo más rápido que pude de la camioneta en el suelo había una chica, estaba descalza, tenía sangre en su frente. Maldita sea!! ¿Acaso la había matado?! Había mucha gente a nuestro alrededor nadie hacía nada solamente nos miraba. La tomé en mis brazos y simplemente la subí a la camioneta en la parte de atrás en su yo y luego simplemente arranqué al hospital. Si mi abuelo se enteraba que había atropellado a alguien ahora sí sería mi maldito fin porque no iba a confiar en mí ni él ni absolutamente nadie, se supone que debía buscar una esposa no matar a una mujer. La miré por el espejo retrovisor, se veía joven quizás tenía unos 22 o 23 años su cabello rojizo resaltaba bastante, la sangre bajaba suavemente por su frente. Manejé lo más rápido que pude al hospital intenté no volverla a mirar aunque debía admitir que su belleza muchas veces se lograba capturar mi atención incluso inconsciente lleno de sangre y algo sucia. Me pregunté si era alguna chica de la calle, pero por su ropa sabía que no lo era. Apenas llegué al hospital la bajé en mis brazos rápidamente trajeron una camilla y la dejé ahí, pude ver como enfermeros y doctores se acercaban a atenderla y se la llevaban. Pude solo irme y dejarla ahí era lo mejor para mí pero no podía dejar a esta chica sola que yo había atropellado aquí en este lugar tan frío. Decidí quedarme en la sala de espera miré mi reloj y a las 8 de la noche podía sentir mi teléfono vibrar pero decidí no sacarlo mi cabeza solo estaba en aquella hermosa mujer. Me pregunté si había alguien en casa esperándola. Solté un suspiro. Cuando volví a mirar el reloj habían pasado al menos dos horas y me preocupaba que de verdad estuviera muerta. — ¿Usted es familiar de la desconocida?— una doctora se acercó, me levanté y asentí con la cabeza — Ya puede pasar a verla— me informó me sentí mucho más tranquilo al saber que estaba viva al menos eso no iba a quedar en mi conciencia ni iba a arruinar mi carrera. Decidí ir a verla con la intención de disculparme, la doctora me dijo el número de habitación caminé junto a ella— espero que no seas hombre con lo que va a haber— Aquello me puso nervioso y no supe porque — ¿Sucedió algo?— Le pregunté — supongo que ella es su prometida o su esposa, pero la señorita alaia perdió la memoria solo logró decirnos su nombre y nada más— me informó la doctora mientras me dejaba justamente en la puerta de aquella habitación. Una loca idea llegó a mi mente. Toqué la puerta y sin esperar que me dieran autorización para entrar simplemente entré. Me encontré con unos ojos azules intensos mirándome que hacía tanto contrastes con su piel blanca y su cabello rojo, pude detallarla un poco más, tenía una nariz muy hermosa perfilada, unos labios no muy gruesos pero tampoco tan finos muy deseables y apetitosos. Negué con la cabeza mientras eliminaba aquellos pensamientos en mi cabeza y simplemente me adentré más a la habitación — Hola alaia — La saludé Su rostro era de confusión — entiendo que estés confundida la doctora me dijo que no recordaba absolutamente nada y de verdad lo lamento mucho. — ¿Tú eres algún familiar?— Preguntó mientras me miraba fijamente. Una parte de mí me decía que había encontrado la solución perfecta mientras que la otra me rogaba que no lo hiciera que ya no merecía eso. ¿Cómo sabía si lo merecía o no? Quizás solo le estaba haciendo un favor, la mujer apareció de la nada descalza si estaba en peligro Yo podría protegerla y ella podría ayudarme. Nos ayudaríamos mutuamente ¿Por que eso estaba mal? — Yo soy tu novio...— susurre
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