Oliver había llorado camino al apartamento de Lucy, el taxista los miró más de una vez con desconfianza, pero la chica no le daba importancia y sonreía tímidamente. Trataba de consolarlo, pero sabía que su llanto era más de alegría que por cualquier otra cosa, así que las palabras sobraban. Una vez llegaron al apartamento, Lucy fue a preparar un poco de chocolate para el pequeño. Oliver se quedó sentado sobre el sofá de la sala admirando el pequeño y acogedor hogar de la enfermera, era muy lindo. Respiró un poco nervioso, se sentía fuera de lugar y desconcertado, en un sitio ajeno del que sería expulsado. ¿Qué iba a ser de su vida a partir de ahora? Es cierto que iba a estar con Matthew, pero sentía miedo. Miedo de que todo se desvaneciera. De que el papá de Matthew se enterara de lo

