PARAÍSO PERDIDO
El amor aparece siempre de una manera inesperada.
Conocemos a las personas en lugares que nunca imaginamos, en condiciones tal vez no muy favorables, menos para el corazón. El destino no siempre es considerado con nosotros, por lo general, nunca lo es, y eso hace que la vida sea interesante, alegre, divertida y se convierta en un reto que aceptar.
Al ver por primera vez al amor de tu vida te cuestionas en cientos de maneras sobre el camino que debes tomar, tus planes cambian, tus prioridades también, incluso tú mismo te conviertes en alguien desconocido. La luz ocupa cada espacio de tu cuerpo, cada rincón de tu lúgubre corazón herido y mancillado, las cosas brillan con más intensidad, todo se vuelva más etéreo e indescriptible.
Los hilos del destino juegan sucio, les gusta vernos doblegados a su impotente voluntad y misterios. Somos sus juguetes con los cuales se divierten, se fascinan con nuestras reacciones y se entusiasman con las nuevas adversidades.
En las paradas de autobuses, en la universidad, en el trabajo, en el café, donde sea esperamos con emoción oculta que esa persona se presente en nuestra vidas para iluminarla de ese modo tan mágico del que todos hablan.
Nuestro corazón se sumerge en un letargo eterno, del cual solo despierta cuando el amor toca la puerta para convertir los sueños en realidad.
Cada uno sufre a su propia manera, cada quien tiene su propio destino.
Matthew Williams
¿Por qué no estás?
Caminas por la calles haciendo memoria de esos amores no correspondidos, haces memoria de aquellos besos que jamás diste, las sonrisas que regalaste y esas palabras que nunca dijiste, porque la memoria es la prueba de que nosotros existimos, de que esos momentos no fueron producto del sueño.
Oliver Beckham
¿Por qué no llegas?
La inmensa noche caía sobre la ruidosa ciudad iluminada por luces de cientos de colores, las personas caminaban a paso apresurado para regresar a sus casas o disfrutar de una noche de pasiones ligeras y embriagantes.
Uno sonríe de manera estrepitosa en medio de su círculo de amigos mientras que otro derrama lágrimas en la habitación oscura y vacía.
Uno reconstruye los pedazos de su corazón destrozado mientras que el otro piensa si aún conserva uno.
Uno mira las hermosas estrellas que se alzan en el cielo mientras el otro contempla la bombilla parpadeante sobre él.
Uno respira el aire acogedor de la noche mientras el otro aspira el aroma del sexo del hombre que tiene encima.
Uno alza sus manos al vacío dejando que la brisa lo acaricie mientras el otro mantiene sus brazos atados a su cuerpo.
Solo hay algo en común que tiene estas dos personas: Quieren que el amor regrese de su desconocido viaje para tomar un espacio en sus vidas.
Porque el amor es algo que cada uno busca en secreto, algo con lo que todos soñamos en la oscuridad de nuestra habitación y en la compañía de la soledad. En el fondo sabemos que ese sentimiento puede proporcionar una felicidad incomparable, una llenura que no causa otros sentimientos.
Es un sentimiento que te arrastra a otro mundo, a otros lugares, a otras experiencias.
Porque el amor eso.
El amor es ese paraíso perdido.