CAPÍTULO 2

1018 Words
BELLA Al entrar al edificio, pase por recepción donde me dieron lo credencial y al final del día recibiré mi placa y mi arma, estoy emocionada, subí al piso donde me indico la recepcionista y al llegar ahí están más de 100 agentes novatos. Entre esos agentes están varios de mis compañeros de la academia, como Taylor Luter y Mauricio Steven, ambos son gay y son pareja, pero nadie lo sabe, ellos quieren mantenerlo en secreto dentro del FBI, pues no quieren que los juzguen por eso. —Hola —los saludo a los dos con un beso en la mejilla y me quedé junto a ellos. —¿Tu papá no logro saber con quién nos asignarán? —pregunta Luter —No, ya te dije que él me dejó en claro que no me favorecerá en nada, que en ningún momento usará sus contactos para ponerme el camino fácil, según él, debo de aprender a defenderme sola dentro de FBI y fuera de él —respondí —Qué mal, mi tío me dijo lo mismo —comentó Mauricio y los tres sonreímos con pesar. Unos minutos después entran un grupo de agentes mayores, todos muy guapos. Los chicos se preguntan si están en el FBI o en un estudio de modelos masculinos. —Atención a todos a los que nombre pasen al frente y se irán con el agente a cargo —anunció un hombre de traje y todos nos pusimos alerta. —Agente Taylor Luter, estará con el agente Marin de contra terrorismos, juntos a los agentes Pérez, Fernández, Gracia y Sánchez —anuncia el hombre de traje y así sigue anunciando uno a uno los miembros de cada equipo y todos se van con sus agentes. —Agente, Mauricio Steve, está en la unidad de antinarcóticos con los agentes Smith, Johnson, William, bajo las órdenes del agente especial Brown. —Agente, Isabella Santana —cuando dijeron mi nombre varios agentes voltearon a verme, supongo que saben mi historia con mi padre, después de todo yo hice parte de la negociación que Israel santa hizo con el FBI, en esa negociación él obtuvo mi custodia. —Estará en la unidad de rastreo junto a los agentes Jones, Miller, Davis, y Rodríguez bajo el mando del agente especial Leonardo Torres —anuncia el último grupo y uno de mis compañeros me mira de manera extraña, es el oficial Miller y pues no es el único, el agente Torres también me observa. —Soy el agente Torres, no acepto quejas ni burlas dentro de mi equipo, para mí todos son iguales, no hay preferencia, si no pueden con la presión renuncien, porque nunca dejaré de presionarlos, ¿les queda claro? —pregunta el agente especial Torres. Es un hombre alto, sumamente guapo, ojos oscuros, pero con un brillo que me causa mucha intriga, además me mira directamente a los ojos sin titubear como si me conociera y en verdad siento que lo he visto antes, este hombre está entre sus 35 años o 40 no lo sé, aunque aun así se mantiene muy bien. —Sí, señor —respondimos mis compañeros y yo. —Dejando eso claro les mostraré nuestros lugares de encuentro, síganme —todos caminamos detrás del agente Torres, un hombre que hasta de espaldas es imponente y demuestra carácter. Nos mostró todo el lugar, en especial el área de tecnología en donde se rastrea todos los movimientos electrónicos de los criminales, el gimnasio en donde entregaremos todos tres veces por semana y los archivo en donde muchas veces tendremos que entrar y buscar información de criminales fugitivos. —Los voy a ir llamando de a uno y pasaran a mi oficina donde firmaran su ingreso al FBI y se les entregará su arma reglamentaria, sus credenciales y su placa —nos indica Torres y entra a su oficina. No paso mucho para que todos comenzarán a murmurar a mis espaldas, lo cual me molestaba demasiado, pues me gusta que me hablen de frente y si rodeos. —Lo que quieran decirme, háganlo de una buena vez —volteó a ver a mis cuatro compañeros, cuatro novatos, al igual que yo. —Solamente comentamos que esto no es un concurso de belleza, que hace aquí una modelo —el oficial Miller, me observa de pie a cabeza, lo cual causa que la sangre me hierva. —¿Quieres ver lo que esta modelo puede hacer? —indague con una sonrisa llena de maldad. —No me digas que me vas a enseñar, a maquillarme o a peinarme—el muy idiota bromeo muy cerca de mí demasiado, diría yo, lo tomé del brazo, se lo doble y aplique toda mi fuerza para hacerlo caer de espaldas. —Agente Miller, entre por favor —una agente viene por él antes de que pudiera protestar y con dolor se levanta del suelo y camina a la oficina de nuestro superior. Los demás oficiales permanecieron en silencio y lejos de mí, pues creo que los asusté, eso les pasa por idiotas, quien dijo que por ser bonita no puedo ser agente. Miller salió y ni siquiera seme acercó, camino lo más lejos de mí, y así uno a uno mis compañeros pasaron a firmar y a retirar su arma, su placa, y sus credenciales para así ser oficialmente agente del FBI. Por alguna razón fui la última en entrar y en cuanto lo hice el agente Torres me recibió de pie y mirándome fijamente, lo cual me causó algo de nervios. —Oficila Santana le haré una pregunta y quiero toda la sinceridad del mundo —me informa el agente Torres y yo asiento nerviosa, pues siento que me van a regañar por lo del agente Miller. —¿Cómo está su Padre? —pregunta el agente Torres y yo respiro profundo, aliviada, porque creí que terminarían por echarme del FBI el mismo día que entré. Y si lo hicieran, no los culparía después de lo que le acabo de hacer al idiota Miller, no sería para menos, pero en mi defensa él se lo merecía por idiota machista.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD