Capitulo 1

1367 Words
Aunque había pasado un mes desde que me fui del orfanato, aun mantenía las normas que ahí me pusieron, y en ocasiones era tonto, porque vivía sola en una habitación de la residencia de estudiantes, con una de mis mejores amigas, pero la mujer llegaba en dos días, ya que se había ido de viaje a New York. Supongo que debía acostumbrarme, no a compartir mi habitación porque toda mi vida las había compartido pero si debía acostumbrarme a no tener normas. Me mire en el espejo y me hice una coleta alta, y me puse unos pantalones de chándal y la sudadera de la universidad,. En ese momento, sonó la puerta de mi habitación. Me fui a abrirla para encontrarme con Parker, mi otra mejor amiga, una chica rubia con gran carácter. —Hola—la salude. —Neha—me dijo en forma de saludo. Le mire y me puse unas zapatillas porque sabía que quería que me fuera con ella a alguna parte. Cogí mi móvil,  y las llaves de la habitación, y me fui con ella. —Estoy emocionada por empieza las clases—dijo Parker y me reí. Estábamos en una universidad de artes, y Parker iba a estudiar teatro, mientras que yo iba a estudiar historia de arte, para dar clases de arte y poder ir a los museos a hablar de ellos. —Tú actriz, y Mara, directora, verás que divertido—le dije. Ella río. Sabía que era algo que les hacía mucha ilusión y en lo que las iba a apoyar en todo lo que pudiera. —Sigo sin entender porque no estudias dibujo—me dijo. La mire. —Necesito algo con futuro—le dije. Mis amigas creían que tenía un talento para el dibujo, no era algo que pudiera juzgar yo misma porque no era algo muy personal según cada persona, una cosa totalmente subjetiva, y además, necesitaba algo que me diera dinero para ayudar a los niños del orfanato. Los niños que eran adoptados no tenían ningún problema, pero los que se pasaban ahí toda la vida debían luchar por becas para poder seguir estudiando y si no las tenían, se ponían a trabajar seguido al salir de ahí a los 18 años, quería darles ayuda para que no tuvieran que pasar por eso. —Esta noche hay una fiesta—me dijo. La mire sorprendida pero era algo normal en Parker cambiar de tema cuando no estaba de acuerdo contigo. Lo hacía para no discutir y así no meterse en problemas porque ella era muy asidua a meterse en conflictos. —¿Me lo dices para ir?—le pregunte. Ella me miro como si hubiera hecho una pregunta muy tonta. —Obviamente—me dijo. Conocí a Parker y Mara en el instituto, hasta primaria estudiábamos en el orfanato, era la hermana Isabela quien nos daba clases pero una nueva normativa del colegio, les obligo a mandarnos a colegios publicados de la zona, en muchas ocasiones era una molestia porque el orfanato era nuestro lugar seguro, y tenía de todo ahí, al menos todo lo que unos niños sin nada pusieran desear. Y las conocí, en el instituto al que me mandaron, fueron las únicas que no me miraron mal por ser huérfana, los demás me miraban como si fuera algo roto, como si fuera algo contagioso, y era algo horrible para mi, pero ellas me trataron bien en todo momento, y nos hicimos amigas. —¿Aún no hemos ni empezado las clases y ya quieres liarla?—le pregunte y ella me miro. Caminábamos por las calles de la universidad donde la gente tomaba el sol y hablaba bebiendo café. —Si empezamos así, seremos unas apestadas—se quejo y la mire. No pude evitar reír, estaba a costumbrada a ser la apestada de donde iba, que nadie me quisiera tocar o hablar por miedo de que eso matara a sus padres, como si eso fuera a pasar. Pero mis amigas no estaban acostumbradas a eso, era verdad que no eran populares, eran las del equipo de arte dramático pero la gente las dejaba tranquilas. —No creo que nadie se acuerde quien ha ido a esa fiesta—le dije. Que no se me mal entienda, no iba dejar que mis amigas fueran unas apestadas, pero odiaba las fiestas u no iba a ir a una cuando para mi era lo más desagradable del mundo. —Neha—me llamo y le mire. Mi nombre era algo que me daba grandes complejos, pero fue el que me pusieron las personas que me abandonaron y no tenía forma de cambiármelo. —¿Que?—le dije sorprendida. —Es una fiesta—me dijo y la mire. —¿Por que tanta insistencia en ir?—le pregunte. Ella me miro y camino tranquila pero pensando. —Parker—la llame. —Por que va Blake Cullen—me dijo. La mire sorprendida. Blake Cullen, era un director de cine ultra famosa y apenas tenía 21 años y estaba terminando su segunda carrera, era un genio, con solo dieciséis años dirigió su primera película que fue un éxito en taquillas, y desde ahí toda película que él hace es un éxito, y gracias a eso, es muy rico, quizás demasiado para un chico tan joven pero lo invierte en producir proyectos, que triunfan siempre. No sabía como era físicamente, ni de carácter, solo sabía de él lo que Parker me dijo, no tenía r************* y no solía ver la televisión, ni las noticias del corazón no nada, este año me compre mi primer móvil pero no lo usaba, solo para llamar, era totalmente rehacía a todas esas modernidades, prefería el papel. —Vale—le dije y camine. —Esta buscando actrices para una película nueva—me dijo y la mire—Es imposible coger cita con él, si no tienes agencia no eres nadie pero me niego a que esos chupatintas me roben el treinta por ciento, por lo que si tengo la oportunidad de hablar con él seguro me da una oportunidad—me dijo y la mire. —¿Y yo donde entro?—le pregunte. Ella me miro y me dio una sonrisa dulce, que escondía un plan horrible y maquiavélico. Demasiado bien le conocía. —Ira con un amigo, necesito que le distraigas—me dijo y le mire. Me sorprendió eso, me quería usar. —¿Estás de broma?—le pregunte. Ella me miro haciendo un puchero y me reí al no poder evitarlo, porque la cara más que dar pena parecía que estaba cagando. —Por favor, es mi sueño—me dijo y la mire—¿Y si te compro una casa con lo que gane?—me pregunto y me eche a reír mientras negaba. —No quiero una casa—le dije y ella me miro. Analizo mi cara. —¡Ya se!—grito. La mire sorprendida, mientras la gente a nuestro alrededor nos miro sorprendidas pero rápidamente, dejaron de mirarnos. — ¿Y si le compro unos nuevos columpios a los niños del orfanatos?—me pregunto. Le mire. Era verdad que los columpios del orfanato estaban bastante mal y que necesitaban nuevos, pero eran muy caros, y no vamos a mentir, por mucho que el gobierno diera ayudas, no eran suficiente para todo, no se podía alimentar, pagar gastos y ropa solo con lo que daban, y la gente no es que sea muy solidaría, además que en mi orfanato se negaban a que les dieran dinero por cada adopción que realizaban, ya que sentían que era como vender a los niños. —Neha—me llamo Parker sacándome de mis pensamientos. —Vale—le dije y ella pego un salto de alegría—No hagas que me arrepienta—le avise y ella me abrazo con fuerza moviéndome con energía. —Gracias, te lo vas a pasar genial—me dijo feliz y salto alegre—Debemos ir por vestidos—me dijo arrastrándome al aparcamiento para ir de compras. Mi amiga estaba loca, y esperaba no arrepentirme de esto.
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