I Knew You Were Trouble

1291 Words
A N D R E A  S M I T H: Sientes por las personas, sin condiciones. El amor suele ser de ese modo, incondicional. Tu no quieres a alguien por el estatus, no amas a alguien por un contrato. Así es el amor, incondicional. Paseo mis dedos entre el hilo de mi suéter, sintiendo como la presión de este al girarlo entre mis dedos, cortando mi circulación, los pensamientos causaban demasiado en cuestión de segundos. Yo podía imaginar muchos escenarios, sin embargo podías entender con claridad lo que parecía ser lo que ella sentía. Podía imaginar fácilmente todo el sufrimiento enfrascado en el cuerpo de Hannah, por todo ese sufrimiento que ella estaba pasando. Arranque el hilo con un movimiento brusco, para después soltar un suspiro pesado, últimamente los días eran demasiado largos y un poco pesados, había intentado pasar los días anteriores con Hannah, intentando entablar una conversación con ella, pero era difícil. Porque a pesar de lo mucho que lo intentaba con fuerza, con todo mi ser, terminaba notando como ella intentaba evadir todo. Evadía el hecho de tener que escucharme, podía entenderlo y no podía negarlo, de un modo u otro terminaba por molestarme de sobremanera, que ella no quisiera verme, pero podía entender. —La capital de Rusia—, pregunta Alex, escribiendo en su cuaderno. — Moscú, ¿Crees que ella quiera hablarnos nuevamente?—, pregunte, a lo que el termino por encogerse de hombros—, Alex... — Yo si he hablado con ella—, admitió, enderezándose, cerrando aquel cuaderno que se posaba frente a sus ojos—, Está más tranquila, estará bien. Admitiré que fue algo que me termino llegando por sorpresa, ¿Ellos hablaban? podía suponer cuando me regalo el collar, sin embargo, ¿Tanto? era extraño, ellos no siempre parecían llevarse bien y ahora yo me sentía desplazada de un momento  a otro,  como si en realidad siempre hubieran sido ellos dos, jamás yo, me removí en mi asiento, incomoda, para después mirarle con atención, moviendo mis piernas levemente. — ¿Por qué conmigo no quiere hablar?—, pregunté. El me dio una leve mirada—, ¿Qué? — Dale tiempo, nos vemos pecas—, exclamo, tomando sus cosas. Después de ello salió de mi campo de visión, me sentía extrañada, como era posible, que no quisiera hablar conmigo, es decir, no le había hecho yo, absolutamente nada, no encontraba que era lo que le podría estar molestando de mi—, Demonios. Me levanté, con mis cosas en mano, para después comenzar a buscar a la chica rubia, seguramente estaría cerca y podría decirme que era lo que pasaba, o si es que necesitaba ayuda, tome aire apenas la mire, y comencé a caminar rápidamente en su dirección, encontrándome con ella, mirando su manzana, atentamente, sin comerla. — Hola Hannah—, salude, ella alzo la mirada, para después regresar su mirada a aquella fruta. — Andrea—, saludo, se iba a levantar, cuando la tomé del brazo—, ¿Puedes soltarme? — ¿Por qué huyes de mi?—, pregunté, directamente, a lo que ella frunció la nariz—, no lo niegues, te he visto por los pasillos, no dejas ni que Gabriel ni yo nos acerquemos. — Dudo que eso sea cierto—, espeto, para después intentar soltarse. Nuevamente.—, Andrea... Parecía molesta con que mi agarre se mantuviera firme, miraba sus ojos con completa atención para después pasar a llegar a ser una mirada completamente intensa, esperaba que en un momento me diera respuestas, sin embargo no parecía tener intenciones de que eso sucediera, solté un suspiro, para terminar solando el agarré con el cuál la había detenido, no podía hacer nada para que ella confiara en mi, ni si quiera podía obligar que se mantuviera aquí, eso era demasiado bajo de mi parte. — ¿Por qué no acudiste a mi?—, pregunté, a lo que sus ojos se abrieron levemente—, Siempre te he apoyado, y esta vez, no será la excepción. — Baja la voz—, pidió, para después caminar tomada de mi, hasta un armario, donde se encontraban las cosas de intendencia, me miro, y sus ojos se veían completamente apagados—, Quisiera, por favor, que no menciones nada de eso... — Cuentas conmigo, Hannah—, le dije, noté como sus ojos se llenaban de lagrimas, bien disimuladas, podía notar, como ella hacía hasta lo imposible porque eso no sucediera—, Puedes acudir conmigo, si algo te molesta... — Me siento avergonzada—, confeso, pude notar como su labio comenzaba a temblar, consiguiente, lo aferro en sus dientes, para después apartar su mirada—, Lo tengo que resolver yo, pero... No se como. — Puedes denunciarlo—, sugerí, a lo que ella me miro, con un rostro completamente incrédulo — ¿Has escuchado como se refieren de mi en los pasillos?—, mencionó, con los ojos llorosos—, Tengo mala reputación, nadie me va a creer, pasé de ser la jodida chica perfecta, a aquella que nadie mira... — Hannah—, exclame, colocando mi mano sobre su hombro, a lo que su labio comenzó a temblar. — Con ayuda de sus amigos, comenzó a repartir rumores, que yo... Me acosté con todos ellos, ¡No es verdad!—, su rostro se miraba demasiado cansado, puso ambas manos sobre su rostro y escuche como un suspiro salía lentamente de sus labios—, No se que es lo que él quiere de mi, ¡Ya me quito todo! Sin pensarlo dos veces, le abracé, durante los primeros segundos ella intento apartarse, parecía confundida ante mi acción, podría jurar que era lo que menos había esperado durante el día, hasta que sus músculos se relajaron alrededor de mi cuerpo, pequeños sollozos salieron de sus labios, hasta el punto que ella se derrumbo. Era frágil, al igual que todas las personas, durante las últimas semanas había pasado demasaido dolor, que era imposible no compadecerse de ella, no sentirse empatico, sentí como ella parecía irse relajando, hasta el punto que su cuerpo, se hizo tranquilo, me dio una leve mirada, para después enderezarse, con los ojos completamente lleno de lágrimas. — No quiero seguir viendo su cara—, mencionó, para después enderezarse—, No quiero seguir sabiendo de él... — Podemos ir a dirección, levantar una denuncia... Podría ser, que lo expulsen. — Andrea, yo estaba ebria esa noche—, musito, apartando la mirada de mi, parecía que este tema, era algo que no quería mencionar—, Estaba sola, ebria, bebiendo en un lugar donde si quiera debería de haber estado, ¡Menor de edad!, Sabes que todo eso lo hará impune, me mostraran como una descuidada, como si fuera mi culpa... — Pero no lo  fue—, le aseguré, tomando su mano, para mirarle a los ojos—, Ni el alcohol, ni la ropa, ni el lugar, el no debió tocarte, no fue tu culpa. — Pero, soy yo quien paga las consecuencias—, soltó, para después sorber por su nariz—, Y soy yo, quien va a tener que vivir con ello, él no, porque... Terminé con él, y comenzó a ser el moustruo que parece querer acabar conmigo. — No estas sola— prometí, para abrazarla por los hombros nuevamente, sintiendo como ella se hacía pequeña— , Encontraremos un modo... Tu no estás sola, y el pagará, cada una de las acciones que tuvo hacía ti. Ella me dio una mirada, para después apartarla, parecía rota, ella se encontraba rota, Dylan era un patán, que no merecía un final feliz.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD