State of grace

1024 Words
H a n n a h   B e n s o n : Hay ocasiones en las cuales los momentos duelen con mas fuerza e intensidad que otros, paseo mi mirada por el salón de clase, sentada junto a la chica pelirroja, que afortunadamente se había llegado a sentar a mi lado, desplazando por completo a Dylan, bendición clara. — ¿Estas bien?—, su mano se coloco sobre mi cuaderno, los ojos verdosos de Lizzie me miraban con demasiada atención—, Pareces confundida. Asentí y miré la pizarra, donde se encontraban los ejercicios de Álgebra, paseo mis dedos por mi lápiz, para después fruncir las cejas levemente, había perdido un poco de clase, estaba perdida en mis pensamientos. Lizzie miró hacía el frente para después acomodar su cuaderno, para suspirar segundos después. — Puedo imaginar como te sientes—, soltó rápidamente, para después fruncir un poco sus cejas—, Yo... Uhm, solo pásalo a la izquierda, puedo ayudarte si quieres... — Gracias—, exclame mirando mi cuaderno, respondí el ejercicio, frunciendo las cejas. Apenas termine el ejercicio, me levante y fui a el escritorio, para dejar mi cuaderno sobre el, notando como las cejas de ella estaban un poco levantadas. — No me sorprende que termines tan rápido—, exclamó alegremente calificandolo—, Seguro, estás pensando en ir a Harvard—, me encogí de hombros, esperaba el silencio pronto—, Escuché lo que pasaste... Sabes que puedes hablar si lo necesitas. — No paso nada—, respondí a la defensiva, para terminar frunciendo las cejas—, Le agradezco, ¿Puedo irme? Es decir, termine... —Yo, lo lamento Hannah, pero instrucciones de tu psi... —, se detuvo para negar—, Tienes que esperar, hasta que todos salgan. Fruncí las cejas—Eso es absurdo. — Hannah, toma asiento por favor. — Esto es una mierda—, exclame molesta—, ¿Puedo saber por qué? — Lo sabes, ahora. Siéntate—, tome mi cuaderno, para después dejarme caer en mi asiento, demasiado molesta. No podía creer que ese tipo de palabras me las hubiera dicho a mi, es decir, no es que fuera algo mal en mi, y tal parece que la decisión que había tomado, sólo caerían represarías en mi contra, con cada uno de los segundos que pasaba, era hiriente, y más que nada, me hacía sentir avergonzada, porque, al final del día, tal parecía que esto solo me arrastraría por el paso del tiempo, dolía, no lo iba a negar. Lizzie me dio una pequeña mirada, tal parecía que entendía todo lo que sucedía sin tener que decirlo, se levanto de la silla y fue a entregar su cuaderno con tranquilidad, pude escuchar el cómo la felicitaba, para después mencionar, que si quería irse, podía hacerlo, no pude evitar alzar las cejas levemente, Lizzie se acerco a tomar su mochila, para después mirar hacía mi, no dude nada en hacer lo mismo, cuando la maestra alzo ambas cejas. —  Hannah— , advirtió— , No puedes... —  En realidad, puedo, es injusto que sea yo la única que no pueda salir— , exclame con ambas cejas fruncidas. —  Si sales, tendré que llamar...— comienza, no dejo que termine su oración, puesto que termino por interrumpirla. —  Hágalo. Salí del salón, para después irme a las gradas, quería aire fresco y librarme de todo lo que pudiera escuchar de alguien más, seguramente, llamaría a mi madre, quien me diría que el psicólogo lo ordeno, para seguramente después castigarme. Podía ver como en los pasillos habían demasiados carteles con letreros que decían que buscaras ayuda, me parecía demasiado que tuviera que haberlo intentado yo, para que lo quisieran hablar, recordaba perfectamente una vez que acudí al consejero de la escuela, estaba decidida en querer ayuda, sin embargo, me dijo que era sólo un desbalance, "Normalmente los adolescentes tienen esas etapas, es un desbalance, seguramente en un par de días si quiera recordarás lo sucedido". Pude notar a Lizzie, caminando en mi dirección, con tranquilidad, para después dejarse caer a un costado de mi, mirando hacía el frente, al campo de futbol, me preguntaba si querría decirme algo, o si simplemente se quedaría sentada a un costado de mi, sin decir palabra alguna. — ¿Dirás algo?— , pregunte con tranquilidad, ella me miro, por una milesima de segundo, para después regresar su mirada al frente—, Uhm.. — Eres valiente—, exclamo, sin mirarme—, Demasiado valiente, se que seguro no seré la persona de la cuál quisieras escucharlo, no nos conocemos... Pero, se que es difícil por lo que pasaste, y-yo... Lamento de todo corazón no haber dicho las cosas, seguro, tu te hubieras evitado esa situación, lo siento tanto. Fueron las únicas palabras que salieron de su boca, puesto que apenas las dijo se levanto, colgando su mochila en su hombro izquierdo y bajar las gradas, no sabía que decirle, si quiera podía emitir palabra alguna, ¿A que se refería? Seguramente ella esperaba que entendiera de que hablaba, pero, en realidad no lo hacía. Sin embargo, lo que dijo significo demasiado para mi, de un modo u otro, había llegado a lograr causarme un sentimiento, miré en su dirección, ella normalmente, no la miraba con muchas personas, no era la primera vez que la veía, y quizás alguna vez llegamos a cruzar palabras, pero, pocas veces, siempre ha sido demasiado espontánea y a llegado a decir cosas graciosas en clase, era, diferente. Un tipo de persona, la cuál alguna vez quise ser, es decir, mantenía sus calificaciones a una buena altura, casi llegando a la mía, junto con que siempre se miraba radiante, y no se esforzaba en parecer alguien que no era. ¿Yo era valiente? Seguramente no, yo era.... Una persona común, quizás, menos que común, era, una farsa, me enderecé y mire al campo de futbol, donde recién ingresaba Dylan, mi estomago se contrajo fuertemente, ocasionándome unas inmensas ganas de vomitar, dado que apenas lo vi, baje de las gradas. ¿Tendría que hablar? 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD