–¿Qué me harás? –Le pregunté temerosa en un murmuro, mientras mi piel se ponía cada vez más pálida por el miedo. –¿Cómo sabes que hare algo? –De pronto me empezó a arrinconar hasta llegar a su escritorio, en donde golpeó mi cuerpo contra esté. –Porque te conozco y sé que esa mirada no es normal. –Le contesté con los ojos bien abiertos, mirándolo incrédula. No sabía que tenía en mente y sin duda, tenía mucho miedo. –Me has hecho enojar. –Murmuró con tranquilidad, para después perder la cabeza. –¡Me hiciste quedar como un estúpido enfrente de todos en la fiesta! –Me grita con tanta fuerza, que pareciera que los vidrios se romperán. Incluso a mi mente se vino la probabilidad de que él me golpearía por lo que había hecho. –Casi mato a uno de los inversionistas más importantes que tengo, ¿

