El hombre de ojos verdes solo se ríe un poco. –Compórtate, solo quiero que tomes una ducha. Me ayuda a levantarme del banco para acercarme a la regadera, pero yo estaba maravillada por su cuerpo que con el agua caliente. –Quítate la ropa. –Le sugerí cuando mi cuerpo toco el agua. –No, debes ducharte e ir a dormir. –Pero yo me negué como una niña necia. –Quítate la ropa. –Le dije poniendo mis manos sobre su pecho, notando que sus pezones estaban duros al igual que su hombría. Incluso cuando sus pantalones fueran negros, podía ver su m*****o que estaba pidiendo por mí. Así que después de pasar mis dedos por sus pezones sensibles, pasó mis manos por su estómago que de inmediato se comprime con tan solo sentir mi toque, hasta llegar a su hombría. La masajeo haciendo que cerrara sus ojo

