Las nubes en el cielo no dejaban ver el sol, los truenos resonaban llenando el ambiente. Zafiro voló hasta el castillo del conde siendo acompañada por Gill, el chico estaba con una expresión seria que no era para nada de él.
Ese día Gill se apareció en su habitación a las cinco de la mañana diciéndole que ya era hora de ir a hablar con el conde, luego de eso no le dijo más nada y Zafiro tampoco sabía como romper el silencio.
Zafiro había estado pensativa desde que tuvo aquel sueño, no recordaba nada, pero sabía que había sido una advertencia... Aunque no sabía advertencia de qué exactamente.
Si volvía a comenzar una guerra no estaba segura si las otras razas iban a ayudarlos, la unión entre los reinos sólo era un tratado de paz para que las razas no se mataran entre ellas. Sí, habían razas mezcladas, Gill y su hermano eran una prueba de eso, la unión entre un mágico y un elfo, y así como ellos habían más razas mezcladas.
sería un difícil defender a su pueblo de una amenaza, sus poderes se salían de control si usaba más de lo que podía usar, podía destruir el reino entero si peleaba con su máximo potencial.
Era un completo problema.
Ambos llegaron al castillo y bajaron de sus dragones siendo recibidos por uno de los vampiros que le servían al conde Sama'el.
- su majestad - saludó haciendo una corta reverencia. Zafiro torció los ojos, pero le respondió la reverencia por educación - joven Gill.
- ¿Qué hay? - preguntó sin perder su postura seria.
- nada en especial - respondió el vampiro con una sonrisa amable - ¿a qué se debe el motivo de su inesperada visita?
- vinimos a hablar con el conde - Zafiro respondió con voz calmada - ¿está el conde en casa?
- oh, pero hubieran enviado una carta para avisar, aparecerse así en las casas de otras personas es de mala educación - reprendió vampiro.
Zafiro y Gill se abstuvieron a torcer los ojos para no ganar otro regaño del vampiro.
- disculpe el infortunio, la visita fue planeada de imprevisto - Gill hizo una reverencia con respeto. Zafiro lo miró con una ceja levantada ¿desde cuándo era tan cortés? - le aseguramos que lo que tenemos que hablar con el conde es de suma importancia.
Gill le hizo una seña a Zafiro con la cabeza, la princesa entendió de inmediato y se inclinó haciendo una reverencia.
El vampiro mayor los miró con desconfianza y suspiró.
- está bien, pero la próxima vez envíen una carta o un sirviente - los dos chicos asintieron volviendo a su postura normal - estos muchachos de hoy en día.
- si es que hay una próxima vez - le susurró Gill a Zafiro y esta rió por lo bajo ganándose una mirada asesina del sirviente vampiro.
El sirviente los guió adentro del gran castillo, la princesa ya lo conocía de memoria, había ido muchas veces de niña a que el conde vampiro le enseñara a como controlar sus poderes, a pesar de no tener magia los vampiros sabían mucho acerca del control de la magia.
Ambos llegaron al despacho del conde y el sirviente tocó la puerta. treinta segundos después la puerta fue abierta por el asistente del conde.
Un vampiro con apariencia joven, su cabello era rojo como la sangre y sus ojos cubiertos por unas gafas de pasta gruesa eran de un tono verde casi gris, tenía un cuerpo delgado y era alto, casi como Gill. Según lo que sabía Zafiro, el asistente del conde había participado en la gran guerra de magia hace quinientos años, lo que quería decir que era un anciano en el cuerpo de una persona joven.
El vampiro les daba clases de uso de armas y defensa personal junto con el conde, no lo conocía muy bien ya que el tipo sólo los castigaba por llegar tarde y les daba sermones acerca de la responsabilidad.
- ah, hola Víctor ¿a qué se te ofrece en esta linda mañana?
- disculpe la molestia, estos chicos querían hablar con el amo.
El asistente del conde volteó a verlos con el ceño fruncido claramente confundido.
- princesa Zafiro, es un honor verla ¿a qué se debe esta repentina visita?
- vinimos a hablar con el conde Sama'el - respondió de la misma forma.
- es de vida o muerte - agregó Gill.
El asistente los miró fijamente por un momento y luego asintió dándole espacio para que entraran al despacho. Los dos chicos le agradecieron en voz baja y entraron al despacho.
- el conde estará ocupado que nadie lo moleste - le ordenó el asistente al vampiro.
El sirviente asintió antes de volver a cumplir sus deberes. Gael miró hacia ambos lados del pasillo y volvió a entrar al despacho cerrando la puerta tras de él.
- ¿dónde está el conde? - Zafiro preguntó al no ver al conde por ninguna parte.
- el conde vendrá en un momento, está resolviendo algunos problemas - respondió el asistente mientras revisaba algunos papeles que estaban en el escritorio - tomen asiento, por favor.
Gill miró a Zafiro y ella se encogió de hombros. Ambos se sentaron en los muebles que estaban frente del escritorio del conde.
- ¿Qué problemas? - Gill preguntó al no contener su curiosidad.
Zafiro abrió mucho los ojos y volteó a verlo com reproche, el chico le sonrió con inocencia y volvió su mirada al frente donde estaba el asistente revisando todavía los papeles sin verlos a la cara.
Ambos chicos lo miraron fijamente esperando una respuesta de su parte, el vampiro suspiró y quitó sus gafas colocandolas encima del escritorio.
- miren chicos... - el asistente apretó sus ojos no muy convencido de decirle a los chicos lo que pasaba - ¿alguna vez escucharon de la laguna roja?
- ¿laguna roja? - Gill preguntó confundido.
- sí, es una leyenda que tienen los vampiros, dicen que cuando sueñas con una laguna bañada en sangre es que vienen problemas - Zafiro explicó de forma rápida - es un mal augurio que tienen los vampiros... o una forma de predecir una gran catástrofe.
El asistente del conde asintió dándole la razón y Gill abrió su boca asistiendo.
- la laguna roja aparece en los sueños de los vampiros que tienen el poder de ver el futuro.
- ¿los vampiros pueden ver el futuro? - dijo Zafiro con sorpresa. El vampiro de cabellos rojizos.
- hay tantas cosas que no saben de los vampiros - murmuró para sí mismo - se dice que si un vampiro vidente sueña con la laguna roja es sinónimo de muerte y destrucción.
Gill y Zafiro abrieron sus ojos asustados ante la nueva información.
- ¿Qué p**o toca esa leyenda aquí? - el mestizo preguntó aún sin comprender.
- Gill, no seas maleducado - Zafiro le regañó golpeando la cabeza del chico. El mestizo se quejó mientras sobaba su cabeza.
- tranquila Zafiro, ya sabemos como es Gill - dijo el vampiro mirando al mestizo con los ojos entre cerrados. El chico se encogió de hombros - en fin, como les decía... el conde soñó con esa luna hace dos días....
Zafiro abrió mucho los ojos, hace dos días... hace dos días le había aparecido esa sombra en el bosque y también tuvo ese sueño raro que por más que piense no logra recordarlo.
- él dice que no lo recuerda muy bien, pero que vio a...
- la reina Amatista - completó el conde asustando a todos en el despacho.
Gill llevó una mano a su pecho sintiendo su asustado corazón ¿cuándo había entrado al despacho?
- ¿a mi hermana? - Zafiro preguntó confundida.
- sí, la vi a ella junto con otra sombra a la cual no le pude ver la cara.
Zafiro siguió al vampiro con la mira hasta que llegó a su escritorio y se recargó sobre él cruzando sus brazos sobre el pecho.
- ¿a qué se debe su visita? - preguntó al ver que los chicos estaban mudos - ¿No deberían de estar estudiando?
Gill se acomodó el sacó de su uniforme.
- Zafiro tiene algo que contarte - habló el chico con seriedad. El conde lo miró un poco sorprendido porque el chico nunca había sido así de serio.
- claro, cuénteme su majestad ¿en qué la puedo ayudar?
Zafiro salió de su trance y miró al conde con miedo de que no le fuera a creer.
- y-yo... - inhaló profundo tratando de calmar su agitado y corazón y habló -: hace dos días estuve en el bosque de los árboles gigantes... era de noche y quería ver las luciérnagas azules, aunque no había ninguna.
- ¿no había ninguna? - preguntó el asistente extrañado.
- no - el asistente miró al conde y Zafiro siguió con su relato - estaba mirando la luna cuando de pronto sentí una extraña presencia en el bosque, era... - la princesa paró sin saber como decir lo siguiente. Gill colocó una mano en su hombro y Zafiro volteó a verlo.
- dile Zafiro - animó. La princesa asintió y volvió su vista al conde que la miraba expectante.
- era magia oscura.
El asistente se tapó la boca ahogando un jadeo de sorpresa mientras que el conde la miraba con los ojos muy abiertos.
- también vio una sombra pasar por encima de su cabeza - añadió Gill - creemos que tiene algo que ver con el antiguo conde oscuro.
El conde bajó su mirada al suelo intentando procesar lo que la princesa le acaba de decir y luego miró fijamente a la princesa.
Zafiro tragó duro intimidada de la mirada del conde, el conde podía ser una persona sensible y cariñosa, pero cuando se ponía serio daba miedo.
El conde caminó hacia uno de los estantes la biblioteca y ahí comenzó a buscar algo.
- ¿señor? - preguntó el asistente extrañado de la actitud del conde.
- esto no es casualidad.
- ¿Qué? - Zafiro y Gill se levantaron de sus puestos.
- ¿Qué no es casualidad? - preguntó Gill.
El conde volteó a verlos con un libro en sus manos, Zafiro miró extrañada aquel libro de tapa roja, nunca había visto un libro igual en la biblioteca.
- hace mil años cuando el conde Dariel utilizó magia oscura para 9 sombras con la función se recolectar magia en las razas más poderosas...
- para crear orcos malignos - culminó Gill - esa historia ya la sabemos, está en todos los libros de historia del reino.
- esos libros mienten - el conde tiró todo lo que había en el escritorio al suelo y puso el gran libro en el.
Zafiro y Gill se acercaron a ojear el gran libro con curiosidad.
- no tenías que tirar lo que estaba en el escritorio al suelo - Gael se quejó mientras recogía los papeles y adornos del sueno.
- lo siento...
- he visto esta ilustración, el conde peleando con el antiguo rey elfo...
- ese no es el rey elfo - Zafiro lo miró sin entender - es el antiguo portador de las gemas celestiales, Rubí Cybele.
- ¿Cybele? - preguntaron ambos chicos al mismo tiempo.
- déjenme contarles una historia...