La noche parecía ser eterna, la niebla se veía especialmente y los faroles de las calles parpadeaban sin cesar, haciendo que pareciera tenebroso.
Estaba asustada sola en estas calles que parecían largas e infinitas.
Con las lágrimas brotando de mis ojos y cayendo por mis mejillas tal cual gerencial y con un pensamiento único "¿Qué haré? ¿Con quién puedo contar?
Por horas deambule por las calles, sin rumbo, sin saber a dónde ir, sintiendo como el frío me carcomía los huesos, sintiendo como mis piernas temblaban, sintiendo como caería al suelo para nunca levantarme, sintiendo como poco a poco perdía mis fuerzas a causa del frío, cada paso era una tortura ... cada movimiento, hasta ahora no sabía que el frío podría quemar mi cuerpo, ahora lo sé.
Me echó de casa, esa mujer a la que por tantos años llame a madre, simplemente me echó de casa sin dudar ni titubear ni un segundo, no se detuvo a pensar en ningún momento en que sería de mí en el momento en que cruzara por esa puerta, que clase de madre hace eso, acaso no me ama, acaso no me considera su hija.
Por años aguante a ese hombre, aguante el hecho de llamarle padre a un hombre que abusaba de mí una y otra vez, pero algo me ha dejado claro hoy, de ahora en adelante no tengo una madre, pero tengo dos hermanas y un padre, y aseguró que el si me va a aceptar o al menos es lo que yo espero ...
Ya segura de que no estoy sola y que quizás tengo a alguien en quien apoyarme, me dirijo a casa de mi padre.
Después de un arduo caminar, analizar, ordenar cada pensamiento de confusión que anduviera en mi cabeza ... Al fin me encuentro frente a la puerta.
A pasado tiempo desde la última vez que lo Vi, que él me vio, no sé cómo vas a reaccionar con lo que vas a contarle.
No sé si contarle.
Espero que me acepte porque la verdad no tengo a nadie más, solo a él, y tan tan solo pensamiento de ser rechazado por la persona a la que considera mi héroe ... pensar en eso yo ... no sabría ni como describirlo, supongo que me sentiría perdida.
Me encuentro justo al frente de su casa y no soy capaz de tocar el timbre.
Mi padre ya tiene una familia, una esposa e hijos que lo cuidan y le dan el amor y el calor que nunca recibieron cuando estaba con mi madre, al estar aquí parada frente a la puerta de su hogar me hace sentir como una intrusa.
Respiro profundo, mi mano se queda estática ante el botón del timbre, debatiéndose entre tocar o salir huyendo de aquel lugar, inhalar, exhalar ... me armo de valor y toco el botón una, dos, tres veces y cuando estaba a punto de darme ... la vuelta y marcharme la puerta se habré.
La puerta se habré y una ola de incomodidad llegó al ver a la persona que abrió la puerta.
- Que haces aquí Leslie,
¿ No irías hoy a la escuela? - dijo Caterine la esposa de mi padre.- ¡Qué hijo estas fechas Leslie! estás toda desgreñada y con pijama ... ¿no deberías estar en la escuela o en tu casa? Qué haces aquí ¡te ves horrible pequeña !, entra pasa ... ¡¿estuviste llorando?! - El rostro de Caterine se vio asustado, alarmado con un conjunto de emociones que no sabría Cómo describir, aparentemente más madre que mi propia madre.
Caterine era una mujer hermosa, lucía una larga cabellera rubia y unos hermosos y envidiables ojos azules, es alta, de cuerpo esbelto, lucia mucho más joven que mi madre pero por lo que tengo entendido hijo de una misma edad. Se ve elegante y refinada, pero a la ves dulce y gentil. Mi padre tuvo suerte.
- Ne ... necesito hablar con mi padre ¿está en casa ?, necesito verlo- las lágrimas rodaban por mi rostro, sé que es ridículo pero apenas la vi sentí miedo, miedo de no ser suficiente, de ver a mi padre y que no fuera ese hombre dulce y amable. Aquel héroe de mi infancia.
No sabría que decirle, solo espero que me acepte.
Caterine me miro con preocupación, caminamos por los largos y elegantes pasillos hasta llegar al despacho de mi padre. Y ahí estaba el, con su nueva trayectoria de marca, detrás de un escritorio, hablando por teléfono. Sin duda había cambiado, su rostro lucía una expresión de seriedad y cansancio, expresión que cambio instantáneamente al verme, primero felicidad pero luego preocupación al ver mis lágrimas y mis fachas.
- ¿Leslie? - pregunto mi padre levantándose rápidamente de su asiento y acercándose a mí, sus dedos limpiaron mis lágrimas con ternura - ¿Qué sucede hija? - las palabras no salían, aquel contacto con mi padre era lo único que necesitábamos y él lo sabía, mi padre abrió sus brazos para abrazarme y tú aceptaste el abrazo.
Los brazos de mi padre eran cálidos como cuando era niña y yo escondía tras él. Cuando él era mi héroe y sus brazos me protegía. Pero eso había sido hace mucho, el comenzó a faltar, y cuando estaba en casa peleaba con mi madre, ya no había abrazos ni un héroe con el cual jugar, después de que se fue eran pocos los días en que me visitaba pero eran demasiado para hacerme feliz, pero eso no duro mucho hace tres años que no tenía miedo a mi padre, supongo que desde el momento en que mamá trajo a Jack a casa.
Me separe de sus brazos, y lo miro a los ojos los cuales me vean con tristeza, luego de que me calme decidí contarle a mi padre lo que había pasado.
Me ofrece asiento y se sienta a mi lado aun rodeándome con sus brazos y secándome las lágrimas.
-cuéntamelo bebé, ¿qué te paso?
-H ... discutió con mamá, por su esposo, papá el intento abusar de mí se lo conté a mamá y ella ... pero ella ... Ella lo prefirió a él y yo hecho de casa ...
Mi padre no dejo de prestarme atención. Podía notar la tristeza y el enojo en su mirada.
Papá me tomo del brazo con fuerza y comenzó a sacudirme.
- cuantas veces lo intentamos. Dijo con enojo y con lágrimas saliendo de sus ojos.
- Solo una vez- mentí.
Mi padre me suelta y deja su mirada fija en el suelo mientras se sujeta fuerte mente el pelo en un puño.
- Padre no tengo a donde ir-dije entre sollozos y tratando de buscar su mirada.
Mi padre soltó su cabello, me miró a los ojos y cerró los puños con fuerza se notaba su enojo crecer pero de inmediato se suavizo y me abrazó fuerte.
-Claro que tienes a donde ir, conmigo, mudarse es lo mejor, ya no tendrás que aguantar más ese infierno.-su rostro mostraba una sonrisa suave.
- Si papá, quiero vivir contigo, no quiero seguir con mamá.
-Hoy mismo iré por tus cosas.-se puso de pie y me tendió la mano yo la tomé y al igual que él me puse de pie.- Caterine te mostrará tu habitación.
- mi... ¿Mi habitación?
-solo acompáñala pequeña.
Abrí la puerta del despacho para salir pero antes mi papá volvió a tomarme por el brazo, me dio la vuelta y me abrazo.
- te extrañe pequeña- se separó un poco y deposito un beso en mi frente- más tarde hablaremos, me tienes que contar que paso, juro que todo lo que has pasado no quedará así- me miraba con amor y tristeza- mi pequeña, me siento tan feliz de que estés aquí con migo, al fin.
Me dio un último abrazo y le pidió a Caterine que me guiara, ella miro a su esposo con una sonrisa y me hizo una señal para que la siguiera.
Seguí algo extrañada a Caterine escaleras arriba.
Caterine me mostró una hermosa habitación pintada de azul celeste en ella había una cama un armario y un escritorio, entre otras cosas más además de que estaba perfectamente decorada.
- Bienvenida a tu nuevo hogar linda- dijo Caterine con una cálida sonrisa.
-No...No entiendo, y está habitación.
Caterine sonreía y me miró con ternura.
-tu padre la decoro para ti, siempre quiso que estuvieras con el y preparo todo esto. Él te ama y está feliz de tenerte aquí, a pesar del tiempo el siempre planeo traerlas con el pero tu madre se lo impidió al igual que le impidió visitarte.
Una lágrima resbaló por mi rostro.
-por qué me cuentas esto.
- porque sé que lo culpas por abandonarte, pero no es así, siempre habla de ti y de los planes que tiene para cuando estés con nosotros, porque linda él no te abandono para construir otra familia, el construyo otra familia para ti y para tu hermana, y sé que no soy tu madre y que mis hijos no son tus hermanos pero de veras quiero intentarlo, si me lo permites quiero que seas parte de nuestra familia, y que este sea tu nuevo hogar.
Mi padre no dejo de quererme ni me cambio por su otra familia el solo espero y construyó un nuevo hogar, mi nuevo hogar.
-gracias- me acerque a Caterine con las lágrimas nublando mi vista y la abrase- gracias, deberás te agradezco estas palabras.
CAP 3
Ya ha pasado una semana desde que vivo con mi papa y aun no me acostumbró a mis hermanastros.
Y bueno como acostumbrarse cuando el enano que más molesto en la escuela resulta ser mi nuevo hermanastro, este pequeño suele hacerme la gran mayoría de los mandados y cada vez que lo veo me es imposible recordar su nombre. Ahora resulta que viviremos bajo un mismo techo y que pertenecemos a una misma familia.
Las cosas estaban tensas entre nosotros los primeros días hasta el día de ayer que decidí llevar la fiesta en paz y pedirle disculpas.
Pero ahora... Según mi opinión, estamos peor que antes...
Los tengo pegados a mi todo él santo día como un chicle, acaso no tienen una vida, Desayunamos juntos, vamos a la escuela juntos, almorzamos y cenamos juntos, sin mencionar ver la televisión u otros momentos, de milagro no nos bañamos juntos.
No me mal entiendan, no es que no me guste andar con los chicos, solo con ponerles mi mejor carita triste hacen todo para complacerme, ya le veo la parte buena de tener hermanos varones, son unos tontitos, tontitos y tiernos, no está bien manipularlos pero es tan divertido jugar con ellos de esa forma. A pesar de lo divertido que me resulta aprovecharme de su amabilidad, necesito mi espacio, toda chica necesita su espacio personal.
Se lo que están pensando, como puedo pedirles disculpas por el tiempo de esclavitud y luego usarlos a mi conveniencia... bueno digamos que así soy yo.
Pero no ha Sido fácil convivir, no solo por el hecho de que me acompañan a todas parte o que no los conozco del todo, el verdadero problema es que son hombres, siempre estoy a la defensiva y hay momentos en el que siento remos asta de mi propio padre.
Aunque no es como si he desarrollado fobia al hombre, no... Simplemente hay momentos en los que los recuerdos vienen a mí.
Estamos en la ultima hora de clases y los chicos me esperan en la salida, yo solo quiero que se acabe él día, los viernes parecen eternos.
-hola chicos-digo sin ánimo en la salida.
Carlos viene corriendo y me abraza, inmediatamente mi cuerpo se tensa.
-hola Leslie... ¿Qué tienes? -dijo Calvin viendo mi expresión antes de que la borrará de inmediato de mi rostro -acaso nos extrañaste.
Este chico tiene un talento para hacerme olvidar todo con sus momentos tontos.
-¡Me lleva...! Prefiero que me encierren en un internado.-dije con una sonrisa de lado.
De camino a casa estuvimos charlando y escuchando música incluso nos detuvimos a comer helado.
-sabes Leslie, creo que le gustas a Carlos.- dice Calvin en un cantico para molestar al menor.
-de que hablas estás loco, es nuestra hermana- dice Carlos leve mente sonrojado.
- te gusta te gusta te gusta.- vuelve a canturrea Calvin.
- ya Calvin deja de molestar.
Yo solo me límite a sonreír estos chicos son unos personajes.
Así entre risas llegamos.
Entramos a la casa y mi padre y su esposa estaban en la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.
Aun en la puerta, miraron a los chicos con emoción.
-chicos adivinen quien está aquí -dijo Carolina señalando a un chico que salía de atrás del sofá era alto con un cuerpo perfecto, su camisa se ceñía a su cuerpo y su cabello largo caía por su rostro necesitaba un corte de pelo pero aun así se veía alucinante.
Los chicos, estaban tan impresionados como yo al verlo.
Carlos el más pequeño, avanzo a paso lento sin poder creerse a quien tenía ante sus ojos.
-¡hermano!-gritaron los chicos al unísono abrasando a aquel joven.
¿¡Hermano!?
No lo creo ¿¡otro más!? Si con los 2 que tenía ya era suficiente. ¿Ahora tendría a otro chico más detrás de mí?, aunque no me importaría que este chico estuviera a mi lado todo el tiempo.
Qué más puedo decir el chico está buenísimo.
Ya me imagino todo lo que dirá Alicia si lo ve.
Cuando los chicos se apartaron, él me miro a los ojos extrañado.
-¿quién es ella?- le pregunta a mi padre señalando con la cabeza en mi dirección.
-¡oh!, se me olvidaba presentarlos, Leslie él es Gregory el hijo mayor de Caterine, Gregory ella es Leslie mi hija, desde hace una semana que vive con nosotros y ahora que volviste espero que al igual que tus hermanos te lleves bien con mi hija ahora que son... familia. -dijo mi padre, presentándonos, un poco nervioso puedo decir.
Él chico se acercó con una sonrisa ladina, y mirándome de pies a cabeza, se veía tan atractivo, lástima que ahora fuera mi hermanito porque si no lo fuera...
-hola preciosa- dijo dándome la mano, y mirándome desde lo alto con atisbos de superioridad.
-hola Gregory.
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Gregory
El viaje fue bastante largo, hace mucho tiempo que no voy a casa, y estoy algo nervioso, sé que las cosas han cambiado mucho, ya mi madre no está sola y tiene a un gran hombre a su lado, mis hermanos han cambiado mucho de seguro, verlos después de tanto tiempo me pone ansioso.
El taxi se detuvo justo en frente de la casa de mi madre, lugar al que apenas conozco ahora, la casa era bastante grande y hermosa, mi madre debe de estar bastante cómoda con la vida que está llevando.
No me puedo imaginar su rostro cuando me vea, no le avisé a nadie que vendría hoy, quería que fuera una sorpresa.
Toqué al timbre de la casa e inmediatamente escuché unos pasos corres hacia la puerta.
Era mi madre, se veía tan hermosa, tal cual como la recordaba, llevo las manos a su boca con sorpresa sin poder creer que estuviera frente a ella, se quedó estática y las lágrimas de alegría resbalaban por sus mejillas, el abrazo no se hizo esperar y tan pronto salió de su estado de shock salto sobre mí, y me abrazo como no lo había hecho en mucho tiempo.
Me hizo pasar ansiosa y me lleno de preguntas, siquiera me dio tiempo a responder.
Estoy tan feliz de estar en casa.
Ya habían pasado una cuantas horas en las cuales me la pase charlando con mi madre y su esposo Daniel, el aparentaba ser un hombre de dura actitud pero inmediatamente sonreía parecía bastante dulce y cariñoso, mi madre ha pasado por mucho y saber que está feliz me hace sentir tranquilo. Ahora nos encontrábamos esperando a que mis hermanos llegaran de la escuela.
Cuando los escuchamos entrar corrí a esconderme detrás del sofá mientras mi madre los recibía.
-chicos adivinen quien está aquí- inmediatamente la escuche salí detrás del sofá.
Cuando los vi me llene de alegría, al igual que ellos. Los extrañaba un montón, y puedo ver que ellos también me extrañaron por igual, mi vista no duro mucho tiempo centrada en la imagen alegre de mis hermanos, ya que una mirada desconocida y curiosa se encontraba detrás mirándome con sus ojos cavados en mi trasero, que puedo decir ya estoy acostumbrado, ¿Me preguntó si será alguna novia de mis hermanos