Murmullos llenaban la sala de juntas. Había pasado mucho tiempo desde que ofrecí mi precio final en esta negociación. Llevábamos más de una hora sentados, intentando llegar a un acuerdo de compra/venta.
Estábamos en una de las salas de juntas de una de mis tantas empresas en la ciudad. Los vendedores no aceptaban mi oferta, insistiendo en pedir mucho más del valor acordado.
—Señores, como no han llegado a un acuerdo y se rehúsan a aceptar lo que les ofrecí, doy por terminada esta reunión y cancelo la compra —me levanto y abotono mi saco con calma—. Fue un placer reunirme con ustedes, pero tengo cosas más importantes que atender.
—Señor Collins, sentimos que nos está ofreciendo muy poco —interviene uno de ellos, visiblemente incómodo—. Nuestra empresa fue una de las más prestigiosas en los últimos años. Solo son diez millones de dólares más; para un magnate como usted, eso no es nada.
Lo observo detenidamente y sonrío al darme cuenta de que no tiene idea de lo que son los negocios. Es solo un chiquillo jugando a ser empresario.
—Hijo, no te metas —su padre lo sujeta del brazo con firmeza—. Esto es un asunto entre el señor Collins y yo.
—Les recuerdo que su empresa se encuentra en bancarrota —interviene Alex, mi mano derecha y abogado—. Mi cliente tendría que invertir una suma considerable para reactivarla. Por eso, lamentamos informarles que no estamos dispuestos a ofrecer más dinero del ya acordado.
El señor Joseph consulta con su abogado, quien asiente con resignación. Finalmente, regresa su mirada hacia mí y se pone de pie.
—Está bien, señor Collins. —Sonrío, satisfecho, mientras él extiende su mano—. Aceptamos los cincuenta millones.
Alex me lanza una mirada triunfal antes de levantarse para estrechar la mano de Jospeh y sus abogados. El hijo, en cambio, no comparte la celebración y permanece sentado, con el rostro rígido.
—Mi abogado les entregará los documentos ya firmados por nuestra parte. Solo faltará que usted y sus abogados los firmen —anuncia, intentando mantener la compostura.
Palmea el hombro de su hijo, que finalmente se pone de pie y se coloca al lado de su padre.
—Fue un placer hacer negocios con usted, señor Collins —me dice, extendiendo su mano, que acepto con cortesía.
Más tarde, en mi oficina, Alex entra con algunos documentos para firmar. Toma asiento frente a mí y los deja sobre el escritorio.
—¿Tienes algún plan para esta noche? —pregunta mientras firmo. Niego con la cabeza.
—Eres muy aburrido, amigo. Deberías distraerte un poco.
—Sabes que no cualquier mujer cumple con mis expectativas en la cama —respondo sin mirarlo, centrado en los papeles—. Además, no puedo exponerme otra vez. Sabes lo que pasó la última vez.
Recuerdo el desastre de hace unos meses. Tuve la maravillosa idea de acostarme con una modelo de Los Ángeles, quien, tras nuestro encuentro, intentó chantajearme con divulgar información para dañar mi imagen.
En ese entonces, estaba comprometido y a días de casarme. Pero tras reflexionar, rompí el compromiso. La relación no tenía futuro; no sentía nada por ella. Solo cumplía con mis exigencias en la cama, y eso ya no era suficiente.
A mis veintisiete años, llevo una vida llena de responsabilidades. Mi mundo gira en torno al dinero y los negocios. No estoy listo para formalizar una relación, y mucho menos para casarme. Desde entonces, decidí que solo buscaría mujeres por placer, pero ninguna ha logrado satisfacerme como espero. Esa frustración se ha convertido en mi peor enemiga.
—Estoy empezando a creer que eres muy aburrido, Collins —Alex suelta un botón de su saco y se acomoda en la silla—. No se trata de que llenen tus expectativas; se trata de que sepan moverse y te ayuden a tener un buen orgasmo... y tú a ellas.
—Hasta ahora, ninguna ha logrado hacerme sentir liberado, ni extasiado, después de correrme. —Enciendo mi navegador y lo veo sonreír con burla—. Así que mejor dejo de buscar mujeres que me complazcan y me enfoco en algo que sí me satisface: trabajar y generar más dinero.
—Quizás yo pueda ayudarte —sonríe, sacando su teléfono. Teclea algo antes de mirarme con picardía—. Mira esto.
Mi teléfono vibra. Lo saco y veo que es un mensaje de Alex. Contiene un enlace. Lo presiono, y de inmediato se abre una página en mi navegador.
—¿De qué se trata esto? —lo miro con el ceño fruncido al ver la página—. ¿Para qué quiero ver una página de moda?
—Eso no es una pagina de mida amigo - me arrebata el teléfono de mi mano teclea algo y me lo vuelve a entregar - es una página donde puedes solicitar servicios a una dama de compañía para pasar la noche .
—¿Y yo para que quisiera solicitar una dama de compañía para tener sexo cuando puedo tenerlo con cualquier mujer sin necesidad de pagar?.
—Primero que nada pagas por un servicio de muy buena calidad , es bastante discreto y si vez no cualquiera puede acceder estos servicios por sus costos, teniendo encuenta que tu escoges a la chica que quieras - observó mi teléfono y veo las fotos de las chicas - tú escoge la que quiers y disfrutala amigo .
—Es una locura - apago mi teléfono y lo guardo - ¿te imaginas si alguien se entera de esto? Dañaría mi imagen ante la prensa suficiente tengo con sus ataques a cada rato .
—Amigo nadie se enterará, te sorprenderías si te dijiera la cantidad de empresarios de la ciudad y de otras partes del mundo utilizan este servicio - se levanta de su puesto , anota unos nuneros en un pequeño papel - me tengo que ir , si cambias de opinión este es el cogido que debes usar para acceder a la página y escoger a una de las chicas .
Se inclina hacía adelante palmeando mi hombro y sale de al oficina dejándome completamente sólo y con la curiosidad de saber aún más.
Empiezo a revisar algunos contratos de las empresas en europa y algunos balances que necesitaré para la siguiente junta , cuándo vuelvo a observar la hora en el reloj , son más de las nueve de la noche y quizás el único en la empresa.
Recojo todo los documentos en el escritorio los guardo y observó el papel que me a dejado Alex , pienso un poco sus palabras, tomó el papel guardo todo , apago el ordenador y salgo de mi oficina encontrándome a Tyler .
—Tyler , aguardáremos un momento en el auto debo hacer algo antes de que te diga a dónde vamos - subo al ascensor con el a mi lado .
—Cómo usted diga señor .
Llegamos a la recepción y los único que se encuentran son los seguridad de turno , me despido de ellos y abordó la camioneta junto con Tyler .
Enciendo mi teléfono y vuelvo a entrar al link que me a mandado Alex , colocó los números que me a dado en un pequeño casillero y rápidamente la página me manda a otra dirección dónde muestra a las chicas que tienen para prestar servicio de acompañamiento y el precio cada servicio.
Observó a cada una de las chicas y ninguna llama mi atención hasta que en la última fila observó a una chica de tez blanca cabello n***o corto y aunque su apariencia es bastante seria algo en ella me cautiva y llama mi atención, cuando mensaje con la persona indicada de cerrar los negocios, me dice que la chica no está disponible está noche ya que alguien más pide sus servicios, sin pensarlo mucho le ofrezco veintemil dólares por pasar la noche con la chica y rápidamente acceden .
Sonrío triunfante al saber que otra vez más mantengo las cosas bajo mi control, me piden que haga el depósito y cuando este se concreta ellos me indican una dirección , les hago saber el lugar dónde hará la cita y ellos aceptan gustoso .
—Tyler necesito que hagas una reservación en el hotel luna azul , necesito la suite presidencial disponible para toda la noche - asiente - también necesito discreción .
—Enseguida señor . - Tyler asiente , saca su teléfono y empieza a teclear para luego concretar la llamada cumpliendo lo que le e pedido.
Coloca el auto en marcha y luego de quince minutos estamos fuera del hotel , al bajar dos chicos más de seguridad nos acompaña y al entrar pido hablar directamente con el encargado .
—Señor Collins es un placer contar con su presencia ,- me extiende la mano en forma de saludo y se la acepto - dígame lo que se le ofrezca .
—Quiero total discreción respecto a mi presencia en este hotel , estaré esperando compañía, la chica sólo sabe que la estarán esperando en la suite presidencial, cuándo eso ocurra , la llevarán lo más cerca de la suite de hay mis escoltas se encargaran ¿entendido? .
Lo observó totalmente serio y el hombre asiente rápidamente.
—Será cómo usted diga señor Collins .
Subo a el elevador junto a los chicos , llegamos a la suite y Tyler se encarga de ver que todo este correctamente.
—Señor estaré en la entrada de la habitación con uno de los chicos los otros dos estarán fuera del hotel monitoreando todo .
—Perfecto Tyler –Se despide con un asentimiento de cabeza y sale de la habitación cerrando la puerta detrás de el .
Me deshago de mi saco , lo coloco en el brazo del sofá , me quitó la corbata , la guardo en uno de los bolsillos de mi pantalón . observó el reloj y veo que son pasada las once de la noche , me sirvo un vaso de Wisky y observa través del cristal la ciudad .
Me siento nervioso al ser la primera vez que hago esto , pero tampoco puedo dejar que la situación me domine cuándo debo ser yo quién la domine a ella , me gusta tener el control de todo lo que me rodea y que mis deseos sean cumplidos .
Me siento en el sofá a un costado de la habitación , siento cómo la puerta se abre suavemente, la silueta de una mujer capta mi atención enseguida , da un paso cerrando la puerta suavemente detrás suyo.
—Coloca el seguro en la puerta - digo en tono duro , hace lo que le pido - ahora camina hasta donde estoy .
Se queda unos segundos sin moverse , lentamente se gira y camina hasta pararse frente a mi , observó detalladamente cada parte de su cuerpo mientras bebo un sorbo de mi trago .
Me levantó del peque sofá , quedando parado frente a ella , sonrío al ver lo pequeña que se puede ver su silueta a mi lado y sacó del bolsillo de mi pantalón la corbata que llevaba puesta .
—Te colocaré esto - le enseño la corbata y caminó hasta posicionarme detrás de ella - harás todo lo que te pida ¿entendido? .
Observó su pecho y siento cómo su respiración se acelerará, al parecer no soy el único ansioso está noche ...