Tener a Jaen correspondiendo a su beso, fue como un sueño que no pensó cumplir, porque tan sólo el día anterior había pensado que el tritón rubio estaba loco, que debía de alejarse, pero fue él quien lo buscó, quien hizo el primer contacto para probar sus labios y dejarse llevar porque lo que sentía, porque quizás no estaba confundido y ese tritón sí era su compañero.
Lior no quería separarse del beso, pero fue algo necesario para tomar aire, viendo como Jaen abría los ojos lentamente, y una vez más estos parecían tan brillantes, como si con ellos le dijera que también estaba feliz con aquel beso, con las sensaciones causadas, con su corazón latiendo tan rápido que parecía haber enloquecido.
Pero aquella pequeña burbuja de felicidad no duró demasiado, ya que el ceño del pequeño tritón ru
