ROMA CAPITAL DEL IMPERIO La inteligencia hacía al hombre y mantenía en el poder al emperador, aunque fuera debido a una cantidad desmesurada de mentiras que tarde o temprano terminarían cayendo. Solo los dioses sabían hasta donde llegarían y cuando hasta donde estaba dispuesto a llegar para obtener lo que quería. Aelius no tenía nada que perder, se estaba jugando el todo por el todo e hizo un juego maestro de manipulación donde todo el mundo creyó en él y cayó en su trampa de una forma expendida que le hizo sentarse en el trono del imperio y vestirlo con la toga del César. Estaba en el trono ahora y podía mover sus piezas desde el privilegio. Ahora sabía lo que estaba pasando en Britania y eso le hizo casi enloquecer de rabia. Gia le había tendido una trampa y le había robado sus leg

