—Claro que sonrío. Y, por favor, no me digas "Barbie" porque me molesta y me parece una manera horrible y materialista de llamar a una chica—espeto un poco enfadada.
Cuando estaba en la escuela, me habían puesto de apodo Barbie. pero como algo malo. Algo así como "muñeca plástica que se cree perfecta". Obviamente no era verdad. Pero de todas formas me hacía sentir como desecho humano. Saber que pensaban de mí de esa forma simplemente porque era un poco diferente.
—De acuerdo— acepta mi queja y sonríe tranquilizadoramente mientras baja el tenedor y lo deja sobre su plato. —Lo siento, no fue mi intención molestarte— se disculpa levantando las manos en signo de rendición.
No puedo evitar suspirar al notar que ya estoy exagerando, y a veces odio esto de mí misma. El estar a la defensiva co
