— Bueno… gracias por acompañarme. Adiós…— saludo a mi hermano en un frenesí vertiginoso y medio lo empujo para que se marche antes de entrar al salón. Me aseguro que se marchó y corro a buscar desesperadamente a Sofi.
El salón de clases todavía no está lleno, pero los alumnos comienzan a llegar lentamente y, ella, por supuesto, todavía no está en la sala.
La llamo al móvil en un intento desesperado de obtener ayuda inmediata. ¿qué hago ahora?
Acabo de ignorarlo. Abiertamente ignorado. Obviamente ignorado. ¿qué le digo?
¿Le digo la verdad?
¿Miento y le digo que no lo escuché? Creo que fue bastante obvio que sí lo vi.
¿Qué puedo decirle que no me haga quedar como una tonta? O peor, como una mala persona. Porque no es normal que las personas ignoren a otras.
Y cuando lo escuché
