— Ella es mi responsabilidad hoy… no puedo solo marcharme y dejarla contigo— digo mientras aparento normalidad. No puedo dejar que se note que mi corazón late con fuerza ante la imagen que estoy presenciando, y no puedo dejar que mi instinto actúe y me lleve a lanzarme encima de Noah a los golpes. Por más de que sienta la vena en mi frente a punto de explotar de rabia… — Oye… Fran, hermano. ¿No confías en mí? Te recuerdo que siempre es mi trabajo controlarte a ti, no al revés… creo que soy más que de confianza. Voy a mantenerla segura y luego la llevo a donde sea que estés para que puedan marcharse, no voy a hacerle nada. Lo prometo—. Su mano derecha sujeta la cabeza de Sofía contra su pecho, y su mano izquierda descansa levemente sobre su espalda. De lejos se ve cómo los pequeñ

