De nuevo estaba yo, moviendo mi cuerpo en el baile grupal, sé que no nos llevamos bien entre nosotras pero en la hora de bailar somos muy profesionales.
Algunas se bajaron de los escenarios, Gaby y yo seguimos en lo nuestro, por ningún motivo dejaría que me tocaran.
La música había terminado me retiré al camerino, quería quitarme todo el traje y tomar una ducha.
Al salir de mi ducha escuché que el señor Josué ya estaba aquí, él daba el pago de la noche, me vestí con rapidez y salí, una vez lo hice él me entregó mi sobre.
Al abrirlo sonreí, eran más de mil dólares.
-Mañana harás exactamente lo mismo, entre tiempo atenderás la barra.-
-Si, muchas gracias.- mencioné
Tome mi maleta y salí, Gaby me esperaba en el auto, ella fumaba un cigarro.-
-¿Entonces?-
-Gané 1.200 dólares esta noche.-
-Vaya, te fue mejor en la barra.-
-Así es, quizás pida que mejor me dejen sirviendo tragos, se nota que ganaré más.-
-Si.-
Gaby terminó su cigarro, las dos nos subimos al auto y nos marchamos a casa, como es de costumbre doña Eugenia nos esperaba con su cara amable, ella nos llenaba de energía.
-Mis niñas bienvenidas a casa.- Mencionó quitándonos nuestras maletas, ella en su inmenso amor nos ayudaba cada día a lavar la ropa, nuestros trajes los cosía y arreglaba con cariño, también nos compraba maquillaje y todo lo necesario para las presentaciones.-
-Le entregué el sobre igual que Gaby, doña Eugenia todos los días iba y lo depositaba en su cuenta, desde ahí pagaba todo lo relacionado con Judith.-
-¿Cómo está Judith?- pregunté sentándome en el sofá.-
-Mi niña va muy bien, hoy movió los dedos de su mano, ejerció fuerza.-
-¡Es increíble!-
-¡Si! Yo sé que mi hija se va a recuperar, ustedes volverán a tener la vida que tenían antes de conocernos.-
-La verdad no quiero volver allá, su hija me dio un propósito de vida y quiero seguir haciéndolo.-
-Las dos son unos ángeles, sé que les espera algo mejor.-
Creo que no iría a la cama, decidí dormir en el sofá, Gaby si se fue a la habitación, al menos dormiría más cómoda.
-Marian hija ya es hora.-
-No quiero.- mencionaba cubriéndome el rostro.-
-Arriba que se te hará tarde.-
-Está bien.- mencioné frustrada.
Pase a la ducha, luego saqué un vestido n***o tallado al cuerpo, mis zapatos altos elegantes, recogí mi cabello en una coleta prolija, mi cabello n***o y brillante así que resaltará mi rostro blanco, un labial fuerte y salí.
-Hija deberías ser modelo, en verdad eres muy bella.-
-No diga eso doña Eugenia, solo es ropa.-
-Para nada, eres muy hermosa, sabes que el vecino siempre pregunta por ti, dice que si eres casada, que si estas disponible, aunque no es el único, muchos quieren saber de ti.-
-¿De mi? Pero hay muchas mujeres más bellas.-
-¿Más bellas? Veo que tú no te ves bien al espejo, en mi vida había visto una mujer como tú, tienes el cabello n***o y frondoso, tu piel es blanca como la nieve la cual puedo decir que es de porcelana, unos ojos que no descubro si son verdes, azules o grises, labios gruesos y rojos, nariz respingada, pechos generosos, cintura pequeña, trasero definido y piernas fuertes, no quiero dejar atrás el lunar que adorna tus labios y los huequitos que se te hacen a la hora de reír.-
-Bueno si me lo dices así ya me siento la miss universo.-
-Seguro ganarías.- respondió
Desayuné y pasé a la habitación de Judith, me quedaría con ella mientras Gaby se prepara.
-Hola Cariño, tu mamá me ha dicho que ya estás respondiendo, quiero que sepas que me alegra mucho, deseo que pronto estés de pie, necesito ese cerebro prodigioso que tienes.- mencioné mientras peinaba su cabello.-
-Es hora Marian.- escuché a Gaby.
Le di un beso en la frente a Judith y salí, un nuevo día en la empresa me esperaba.
Al llegar nos encontramos con Manuel nuestro nuevo cliente, quería que finiquitáramos el acuerdo, tenía ideas innovadoras que deseaba que las plasmáramos.
Los dos nos sentamos a diseñar, tomaba nota de cada una de sus peticiones, yo me había graduado con honores de diseñadora Gráfica y publicista, al menos mis padres pagaron por darme la mejor educación.
-¿Cuando crees que tendrás listas las portadas?-
-Una semana por tardar, pero en tres días tendré el boceto así que podrás revisarlo y dar su aprobación.-
-Eso suena perfecto, nos vemos entonces.-
-Gracias por confiar en nosotros.- mencioné y extendí la mano.-
-Creo en el talento no en los chismes de revistas.-
-En verdad lo aprecio.-
Manuel tomó mi mano, era agradable escuchar que alguien confiaba en nosotros, eso me daba un brillo de esperanza, quizás poco a poco pueda sacar la compañía adelante.
Seguí en mis asuntos, él era a penas un cliente, necesitaba al menos 20 como él para estabilizar un poco las finanzas, Gaby y yo continuamos con nuestras llamadas, era vital concertar más citas.
A mi mente venía la imagen del hombre de a noche, había escuchado mucho de esa familia pero jamás lo había visto a él.
Busque su nombre en internet pero no había mucho, al parecer es muy reservado, lo único que hay es un reportaje que hicieron por su éxito en los negocios, la compañía de modas se codeaba con las grandes marcas, eran la élite en el país.
Una foto de perfil era lo único que había de él, no sonríe, mirada fija y buen cuerpo por lo que veo, en los comentarios hablaban de su relación amorosa, al parecer sus novias eran modelos famosas, actualmente lo veían con Ágatha Rubios, una modelo de talla internacional.
-Bello para Bello.- susurré
-¿Quién es bello?- preguntó Gabriela entrando
-Anoche vi en el club a Dante Millers, quise investigar algo de él, es como un fantasma.-
-Lo he visto, va a menudo al club, siempre se sienta y pide el mismo licor, ve el show y se marcha.-
-¿Lo frecuenta?-
-Si, Verónica siempre habla de él, de cómo intenta acercarse pero no lo permite, dice que no viene por favores sexuales, solo hace negocios.-
-Vaya, supongo que jamás me di cuenta pues no bajo del escenario.-
-Amiga en ese lugar encuentras de todo, hombres buenos, malos y muy malos.-
-¿El en donde queda?-
-Es bueno por su físico pero malo por su temperamento y arrogancia.-
Suspire y cerré mi investigación por hoy, lo mejor es concentrarme en lo mío.
Llamadas y visitas, en eso se convirtió mis días, llevaba mil propuestas a las empresas, creo que me conocía muy bien toda la ciudad.
La noche se aproximaba era momento de volver al club, hoy le diría al señor Josué que me dejara solo en la barra, creo que me iba mejor repartiendo licor que meneando el trasero.
Gaby tenía descanso hoy así que tomé el auto y me marché sola, por el camino iba pensando en Judith, quería soñar que pronto volvería a ver sus ojos.
Llegue justo a la hora al club, pasé a visitar la oficina del señor Josué, por suerte lo encontré hablando con Samuel.
-Señor Josué.- salude
-Marian hola, ya las chicas iniciarán el ensayo.-
-Señor quería pedirle el favor que hoy me dejara en la barra, antes de que diga algo siento que generó más ganancias repartiendo licor que bailando y usted lo sabe.-
-Pues Marian tiene razón, ayer fueron generosos con todos los de la barra.- intervino Samuel.-
-Solo un experimento, permite que esté hoy y si no funciona mañana volveré a bailar.-
-Está bien, probaremos.-
-Gracias señor.- mencioné emocionada
-Vamos y te entrego un uniforme para esta noche.- mencionó Samuel
-Déjala con la ropa de baile, es más llamativa.-
-Lo que ordené.-
Salté la barra y comencé a preparar todo para la apertura, deseo ganar mucho dinero esta noche.