Discusión

744 Words
El joven estaba tendido en su gran cama removiéndose entre las sábanas molesto por el despertador, las mucamas desde afuera cuchicheaban esperando el momento justo para entrar y atender a su pequeño joven amo, después de unos minutos se escuchó un ruido que anunciaba el choque del despertador contra el suelo y su hora de entrada, rápidamente levantaron las persianas y arreglaron el baño del chico quien se levantó de mala gana, prepararon su desayuno y lo dejaron en la mesa dándole intimidad, David se bañó placenteramente sumergiéndose en el jacuzzi, luego se vistió de traje y acomodó su cabello con recelo, en cuanto terminó salió de la habitación y saludó a cada uno de los empleados que encontró de camino a la mesa, aunque vio el desayuno en el cuarto solo pudo mirarlo y dejarle de lado, prefería desayunar en compañía de algún m*****o de su familia, pero en los últimos días había sido imposible, bajó las escaleras con el celular en las manos y casi se tropieza "el pie izquierdo" pensó y se burló de sí mismo, en la mesa no había nadie, sin embargo, sus sirvientes llevaron varios platillos delante de él, los miró por un rato y sonrió, esa sonrisa que estaba tan vacía como su corazón, subió de nuevo a su habitación, checó algunos mensajes y salió de la casa, su chófer lo esperaba en la entrada y en cuanto lo vio hizo una reverencia —Te he dicho que esto no es necesario—mencionó por lo bajo—, con que me sirvas ya tengo suficiente. —Es mi deber señor, aunque le disguste debo cumplir el protocolo—dijo el hombre con respeto. —Como sea, solo vámonos. —Parece que no durmió bien anoche señor— expresó el chófer mientras miraba al chico por el espejo —Baja la voz, siento que mi cabeza quiere explotar—se quejó el muchacho—, Vamos a la biblioteca. —Señor, no puede, es la tercera vez en la semana que no asiste a clase—negó —Odio cuando me llevas la contraria —rio—, pero tienes razón, aunque eso no cambia el hecho de ir a la biblioteca —Señor, la biblioteca de su casa es grande y amplia, ¿Por qué no la usa? —La mansión es aburridora, solo diré eso. El hombre se estacionó en la parte trasera de la universidad como le indicó el muchacho, lejos del bullicio, esperando no captar mucho la atención, David caminó a paso ligero hasta el aula de negocios internacionales, ya le faltaba un ciclo para graduarse, en cuanto lo vieron las chicas se le acercaron con apuro obstaculizando su camino y él con una pesada sonrisa las saludó, el maestro lo miró de reojo y siguió con su clase, pasó todo como de costumbre y sin darse cuenta ya era la hora de volver a casa, uno de sus amigos lo contactó invitándolo a salir con algunos conocidos, él aceptó y se fue directo al bar donde habían quedado, buscó una de las mesas VIP y esperó un rato, finalmente llegó su amigo en compañía de varios chicos de su edad que aunque David había visto en anteriores ocasiones no le daban confianza, sin embargo, todos lo saludaron amablemente y conversaron con él, pasaron las horas más rápido de lo esperado, para su sorpresa cuando llegó a casa se encontró a su hermano sentado en la mesa esperándolo muy serio —Hasta que te dignas a llegar. —No sabía que teníamos un toque de queda. —Eres muy gracioso David. —¿Debo asumir que es un regaño? —Déjate de tonterías hermano. —No he dicho nada, eres tú el que me trata con rudeza. —Esto es serio, David. —¿El qué? —Tu vida. —Ah, eso. —¿Es lo único que puedes decir? —Hermano, deja de actuar como si te importara, a nuestros padres les da igual lo que hagamos, especialmente yo... —David—lo interrumpió—, hay algo que debes saber… —Sabes que eso no me importa—siguió hablando sin prestar atención—, déjame en paz—subió las escaleras y lo dejó atrás. El hombre que se acercaba ya a sus treinta años se decepcionó un poco pero no insistió, "a fin de cuentas él es el único afectado" pensó mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro.
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