¿¡Qué está pasando!?

986 Words
***P.O.V de Samuel*** Inmediatamente corro hacia ella, solo para ser bloqueado por George. Lo miro directamente a los ojos y le ordeno que la suelte, pero solo sus brazos. Todavía tengo que ser cauteloso sobre por qué está aquí y no puedo permitir que intente escapar. Aunque sería tonto que corriera o incluso intentara porque sería capturada antes de llegar a la frontera y estaría devuelta aquí. Él suelta sus brazos haciéndola caer al suelo. Quiero correr hacia ella y ayudarla, pero necesito saber por qué está aquí y cuáles son sus planes. Nunca la mataría, pero si tuviera malas intenciones, podría dejarla encerrada en algún lugar, posiblemente en mi habitación, y usarla para darme herederos. Me acerco a ella, pero antes de comenzar a interrogarla, le digo a Beta James que se lleve a George y se vaya. —Vamos, la atrapé. ¿No puedo ver o divertirme un poco? — George se queja. Lo miro con ira controlando a mi lobo mientras quiero agarrarlo del cuello y lanzarlo contra una pared. —¡Dije que te fueras! —ordeno con mi voz de Alfa y puedo ver a George alejándose como si su cola estuviera entre las piernas y James sale detrás de él. Tan pronto como la puerta se cierra detrás de ellos, la miro y comienzo—. Te haré dos preguntas y si no me gustan tus respuestas, usaré esto para ayudarme a encontrar las que me gusten —digo mientras caminaba hacia la mesa, alcanzando y recogiendo un soplete. Puedo ver lágrimas formándose en sus ojos, lo que me hace sentir dolor en el corazón, pero necesito asegurar la seguridad de mi manada primero—. ¿Por qué y cómo llegaste aquí? ***P.O.V. de Callie*** Ahora es mi oportunidad. Le diré la verdad y, con suerte, me dejará ir. —Mi nombre es Callie. Formaba parte de la manada Luna Roja, pero me fui... —Más bien escapé, pienso para mí misma—. Cumplí veinte años ayer y mi lobo aún no ha salido, así que estaba tratando de llegar al mundo humano para empezar de nuevo. Corrí desde mi casa y estaba tratando de usar tu tierra para cruzar y salir. Juro que no tengo intención de hacerte daño ni buscar problemas. Solo estoy tratando de seguir adelante con mi vida —digo en un tono tranquilo, aunque puedo sentir la angustia y el miedo en mi voz. ***P.O.V. de Samuel*** —¿Dices que cumpliste veinte años ayer y tu lobo aún no ha salido? Eso no es posible, ¿estás segura de que eres uno? —pregunto. Ella debe serlo. Puedo sentir el tirón del compañero, pero mientras me mira, puedo decir que ella no puede. —El viejo Alfa y la Luna de la manada me acogieron después de que murieran mis padres y me dijeron que la razón por la que no tenía uno era un castigo de la Diosa Luna. Cuando dice eso, me doy cuenta de quién es o debe haber sido, aunque me hicieron creer que era más joven porque no tiene un lobo. Me acerco a ella y le extiendo una mano para ayudarla a levantarse. Pudo decir que no nos quería hacer daño y solo intentaba cruzar para llegar a la ciudad, pero por el destino, ella llegó a mi territorio casi como si la Diosa Luna me la estuviera enviando. Tengo veinticinco años y aún no he encontrado a mi compañera y las veces que había visitado la manada de la Luna Roja en el pasado nunca la vi. Tal vez este era el último digno para seguir adelante con mi plan de no renovar el tratado y tendría una buena razón, ya que mantuvieron a mi compañera encerrada y deben haberla torturado hasta el punto en que ni siquiera pudo acceder a su lobo. Ella está tendida en el suelo, cansada y débil, así que tomo un momento para estudiarla. Tiene moretones nuevos y enrojecimiento en la muñeca donde habían estado encadenadas. Mis ojos recorren su cuerpo y puedo ver moretones viejos y nuevos en sus brazos. Cuando miro más de cerca su rostro, noto moretones nuevos formándose en su mandíbula junto a sus labios con forma de corazón perfectamente definidos. Sus ojos me observan y luego a la mano que le estoy extendiendo. No puedo evitar mirar sus hermosos ojos grises que casi parecen plateados. ***P.O.V. de Callie** Veo su mano extendiéndose hacia mí, pero dudo en agarrarla. Él no parece que vaya a lastimarme, pero eso es lo que pensé cuando me colocaron por primera vez con Don y Modest. Puedo sentir que me estudia, así que lentamente comienzo a extender mi mano hacia la suya. Él se impacienta y rápidamente agarra mi mano. De repente, empiezo a sentir una oleada de dolor estallar en mi cabeza. El dolor es tan intenso que parece como si un millón de cosas hubieran comenzado a correr por mi mente y cuerpo. Empiezo a alejar mi mano de la suya, agarrándome la cabeza por sentir esta agonía que nunca había sentido antes, haciéndome gritar. Puedo escuchar cómo la ventana que estaba colocada en la parte superior del calabozo se rompe y sentir las paredes temblar a mi alrededor. Mi cabeza empieza a latir y de repente siento sus brazos envolviéndome tratando de calmarme. —Callie, necesito que respires —dice en tono bajo. También puedo oírlo llamando a un hombre llamado James que entra corriendo. La intensidad en mi mente crece y mi visión se vuelve borrosa, pero aún puedo escuchar todo a mi alrededor. —¿Qué está pasando con sus ojos? —inquiere James. —No lo sé, desátenla, necesitamos llevarla al hospital de la manada. Puedo sentir que me sueltan las piernas y mi visión empieza a oscurecerse. Lo último que recuerdo es a Samuel recogiéndome en sus brazos y dirigiéndose hacia las escaleras.
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