El curso llegaba a su fin y no podía interesarme menos. No había vuelto a cruzar palabra con Marc a pesar de todos los mensajes que me había mandado, con lo que me dijo aquel fatídico día tuve más que bastante. Él me preguntaba que cómo estaba, que me echaba de menos, pero que no se arrepentía de lo que me dijo porque era lo que llevaba pensando bastante tiempo. Y yo no podía creerme que me hubiera dicho aquellas cosas sin tener en cuenta cómo me iban a afectar. Entendía que un mejor amigo tenía que ser sincero y claro, pero había muchas formas de abordar aquel tema, y entiendo que lo dijera tal y como lo pensaba, pero no fue justo. Apenas prestaba atención en clase y es que había una sola cosa en mi cabeza que me carcomía por dentro. Sabía que estaba rozando la paranoia, pero algo me d

