Capitulo 2

4172 Words
Estos días tenemos muchos vuelos, después de 15 días regresamos por fin a Colorado, estoy agotada, Julián me llamo para advertirme que Barnett está renuente a darme el divorcio. Voy saliendo del aeropuerto y me sorprendo al ver una limusina en el estacionamiento de los empleados, mi vena curiosa me hace quedarme a ver a quién vienen a recoger y a los pocos minutos sale Cameron sin uniforme y con un traje hecho a la medida, carísimo de esos que Barnett hubiera deseado tener, el chofer se baja y le abre la puerta, antes de que pueda subir sale una pequeña niña y lo abraza muy contenta, él comienza a darle vueltas a la pequeña y la llena de besos, después se suben a la limusina y se van. Aunque estos días platicamos mucho ya que la mayor parte de las horas de descanso la pasábamos juntos, ya sea cenando o salíamos a caminar un poco mientras se llegaba la hora de nuestro siguiente vuelo, nunca se me ocurrió preguntarle si era casado, aunque con lo guapo que está es lógico que tenga una familia, en realidad no sé me paso por la mente preguntarle porqué me moría de vergüenza por todo lo que supo de mi el primer día de conocernos. En fin dejo de pensar en mi compañero y comienzo a prepararme mentalmente para ir a mi antiguo apartamento y recoger mis cosas, sólo espero no encontrarme a Barnett. Al llegar me doy prisa para empacar todas mis cosas y cuando estoy a punto de salir me topo de frente con Barnett. —Me imaginé que vendrías por tus cosas, así que le encargué al portero que en cuanto te viera me avisara. —Barnett no quiero tener más problemas contigo, vamos a llevar esto del divorcio de una manera pacífica por favor. Se acerca a mi y trata de besarme pero yo me doy la vuelta. —Loren no seas tonta, tienes 28 años, no puedes tener hijos, además que eres una mujer muy poco agraciada y para colmo gorda, no te das cuenta que no vas a encontrar a nadie más que te acepte como lo hago yo. Sus palabras me lastiman, porque para mi desgracia nunca se ha cansado de repetírmelas.  —No te preocupes por mi Barnett, no necesito de un hombre para ser feliz, al contrario creo que a partir de ahora por fin podré disfrutar de la vida como se me de la gana. —No te voy a firmar el divorcio, jamás. —Es tú decisión, si quieres que haga un escándalo y muestre las fotos que te tome con tú amiguita perfecto, por mi no hay ningún problema.  Me toma del brazo con furia. —No serás capaz. Levanta la mano para darme una cachetada y rápidamente me adelanto y le doy con la rodilla en sus partes nobles, se dobla por el dolor y comienza a gritarme. —Te vas a arrepentir, cuando regreses de rodillas pidiéndome perdón y rogándome que te haga el amor, me voy a reír de ti. —Por favor Barnett, no te creas tan importante, tengo que hacerte una pequeña confesión, nunca me hiciste sentir nada, te crees muy bueno para el sexo pero déjame bajarte un poquito de la nube, jamás he tenido un orgasmo contigo, así que tan bueno no eres, y no seas tan exagerado que no creo que tú dolor sea muy grande. —Estúpida no eres más que una mujer frígida, nunca llegarás a sentir placer con ningún hombre. —Bueno eso ya lo veremos, en algún momento te veré a la cara y ya te contaré si era culpa mía o tuya. Salgo de prisa con mis pertenencias y aunque me siento muy triste por la manera en que las cosas terminaron, estoy optimista con mi futuro y por quitarme un enorme peso de encima. Llego a la casa de mi madre y la encuentro sentada en el porche con su esposo Hector, se casaron hace unos meses, es un hombre muy agradable trata a mi madre de maravilla, se conocieron en un grupo de personas de la tercera edad y ha llegado a llenar de alegría a mi madre y a mi porque también lo quiero mucho; al verme se pone de pie de inmediato y corre a abrazarme.  —Mi pequeña hasta que por fin te acuerdas de mi. —Hola mamá, estaba de viaje, necesito hablar contigo es algo importante. Hector se acerca y me da un abrazo. —Hola Loren, que gusto verte, sigues tan guapa como tú madre. —Gracias Hector, también me da gusto verte. —Bueno, yo las dejo para que hablen, voy a prepararles algo para comer mientras platican. Mi madre le da un beso. —Gracias cariño. Me siento a un lado de mi madre y trato de poner en orden mis ideas para hablar con ella. —Bueno hija me vas a contar ¿qué sucede? —Bueno mamá, hace unos días regresé de mi viaje y quería sorprender a Barnett por nuestro aniversario, resulta que la sorprendida fui yo, mientras lo estaba esperando llego acompañado de una hermosa chica, yo me escondí cuando los escuche llegar y terminaron juntos en mi cama. Mi madre me toma de la mano. —Hija cuanto lo siento, ese hombre nunca me gusto para ti. —Lo sé mamá, estoy tramitando el divorcio y por ahora no tengo donde quedarme. —Oh no eso ni siquiera lo digas hija mía, está es tú casa y puedes quedarte el tiempo que necesites. —Gracias mamá, te lo agradezco y te prometo que buscaré un apartamento cuanto antes. —Pero hija no es necesario. —Mamá no quiero molestar, tú estás recién casada y no quiero incomodar. —Ay hija por favor no incomodas, además si te pones unos tapones en los oídos por las noches no pasa nada. Suelto una enorme carcajada. —Ay mamá que ocurrente eres. —Sólo quería hacerte reír hija, no sabes como me duele que estés pasando por una separación, la verdad es muy difícil. —Si mamá lo es, pero para ser sincera me siento liberada, quiero disfrutar de todo lo que no pude hacer. —Así será hija, cuentas conmigo para todo lo que necesites.  Entramos a la casa y me instalo en mi antigua habitación, es raro pero en el apartamento con Bennett nunca me sentí como si estuviera en mi casa, siempre me vi como una huésped, no puedo creer lo ciega que he estado todos estos años a su lado. Salgo de mi habitación y Hector y mi madre tienen la mesa lista, no puedo estar más sorprendida Hector es un excelente cocinero, nos preparó unas deliciosas fajitas de pollo y sopa de arroz. —Wow Hector, me quedé sin palabras cocinas delicioso. —Gracias Loren. —Aunque si sigo aquí por más tiempo quedaré más gorda de lo que estoy. Mi madre me ve molesta. —Hija por favor, no estas gorda que tonterías dices, tienes un cuerpo muy bonito, estoy segura que ese maldito de Bobonett  te dejo traumada. Yo me sorprendo al escucharla y no puedo evitar una carcajada. —Mamá por Dios ¿cómo qué Bobonett? —Ay hija perdóname pero eso es un bobo siempre me ha caído mal, pero ahora ya puedo decírtelo con confianza. Me pongo de pie y le doy un abrazo. —Qué cierto es cuando dicen que las madres tienen un sexto sentido. —Así es hija. —Bueno yo los dejo, muchas gracias por la cena pero estoy agotada. ... Aprovecho mi semana de descanso para buscar un apartamento, estoy muy entretenida hablando con mi agente de ventas cuando suena mi teléfono, es un número desconocido. —Hola. —Loren por favor no me vayas a colgar, necesito hablar contigo, te prometo que será rápido. Es Barnett. —No tenemos nada de que hablar. —Por favor dame unos minutos es algo importante. —Esta bien, estoy cerca de mi cafetería preferida si quieres nos vemos ahí en media hora. —Perfecto ahí nos vemos. Voy saliendo de la agencia de  bienes y raíces cuando me topo de frente con Cameron. —Hola Loren, que sorpresa verte por aquí. —Hola Cameron. Esta vestido con uno de esos trajes carisimos, se ve como todo un empresario, al verlo nunca me imaginaría que es piloto, sé que ganan bien pero nunca me imaginé que para vestirse de una manera tan elegante. —¿Vas a comprar una casa? —Estoy buscando un apartamento, algo pequeño ya que solo es para mí ¿ y tú? Se nota un poco nervioso. —Yo estoy vendiendo mi apartamento precisamente, hace unos meses compré una casa y la verdad ya no lo necesito ¿de casualidad no te gustaría verlo?  —No sé la verdad, mi presupuesto es algo ajustado lo hablaré con mi agente. El sonríe y yo veo el reloj, seguramente Barnett ya está esperándome en la cafetería. —Bueno me tengo que ir, me dio gusto saludarte nos vemos mañana. Me voy a la cafetería y entro para buscar a Barnett, está sentado en una mesa muy apartada con su traje caro como siempre, aunque la verdad no sé compara con el traje que traía Cameron, y sin querer escucharme mal en que momento pensé que era un adonis, ni siquiera hay comparación. Salgo de mis pensamientos y me acerco a Barnett, al verme se pone de pie e intenta darme un beso, sonríe cuando no se lo permito. —Loren podemos arreglar esto, tú sabes que nunca podrás encontrar a un hombre como yo. Pongo los ojos en blanco. —Si para eso me querías verme es mejor que me vaya. —No discúlpame no era eso, lo que pasa es que necesito de tú ayuda, como ya sabes quiero hacerme socio del bufete y ahora tengo la oportunidad, pero no podemos divorciarnos aún, dame unos meses por favor, hazlo por todo lo que vivimos juntos. —No lo sé déjame pensarlo. —El problema es que hoy tenemos una cena muy importante y me van a preguntar por ti. —Y tú me estás pidiendo qué exactamente. —Que me acompañes. —¿Porqué no se lo pides a alguna de tus conquistas? —Porque es un evento importante y estarán todos los socios presentes. —Y no decías que yo no sé comportarme como la gente y ni siquiera se vestirme adecuada a un tipo de fiesta de esas. —Por favor acompáñame es muy importante, haré lo que tú quieras a cambio. —Te voy a acompañar pero es lo último que hago por ti, no te voy a dar los meses que me pides, quiero que me firmes el divorcio cuanto antes. No está muy seguro pero asiente. —Está bien ¿a dónde puedo pasar a recogerte? —No mándame la dirección y ahí nos vemos en la entrada, nadie notará que no llegamos juntos. —Muy bien una cosa más ¿podrías ponerte el vestido n***o? —Si, nos vemos más tarde y hablaré con Julián para que le digas cuando puede llevarte los papeles del divorcio. Me levanto de prisa y antes de ir a casa de mi madre llego a un salón de belleza, me hago un corte más moderno, y ya estando ahí le pido a mi estilista que me maquille para esta noche, al verme en el espejo me siento muy hermosa, mis ojos resaltan mucho y aunque es un maquillaje sencillo se ve bastante bien. Me voy a casa de mi madre y saco el vestido n***o que quería Barnett, pero luego de pensarlo un poco cambio de opinión y saco uno que me compre hace unos meses, es rojo,  ajustado, tiene un poco de escote y una enorme abertura en la pierna, a Barnett nunca le gustó, así que no había podido estrenarlo hasta hoy, me pongo los labios rojos y me resaltan mucho por mi piel tan blanca, ya que estoy lista salgo de la habitación y mi madre y Hector se quedan soprendidos. —¿Hija pero a dónde vas tan hermosa? —Mamá no exageres. —Oh no Loren tú mamá no exagera, te vez preciosa, no entiendo porque dices que estas gorda si te vez perfecta. —Gracias Hector, bueno madre no te vayas a enojar pero voy a una fiesta de negocios con Barnett. —Ay hija. —Me aseguró que si lo acompañaba me firmará el divorcio. —Pero tú todavía crees que Bobonett te va a firmar el divorcio, hija no quiero desanimarte pero ese hombre sólo te esta engatusando para su beneficio. —Bueno madre no te preocupes que aun tengo un "as" bajo la manga que lo obligaría a firmar el divorció. —¿Vendrá por ti? —No mamá le dije que lo veía en la puerta del hotel. —Bueno hija tú sabes lo que haces, pero si necesitas algo no dudes en llamarnos. Me acerco para darle un beso y despedirme de ellos, me subo en mi coche y mientras conduzco hacia el hotel no puedo dejar de pensar en la cara que pondrá Barnett cuando me vea con este vestido rojo, siempre me ha dicho que es un color muy vulgar. Dejo mi carro en el estacionamiento y mientras me acerco a la puerta veo llegar una limusina, no sé porque me llama la atención y me quedo observándola, de ella se baja una preciosa mujer con un vestido tan elegante y hermoso que me hace sentir menos, un hombre se acerca a ella y van juntos a la entrada, me acerco un poco y me quedo impresionada al darme cuenta de quién se trata, es Cameron, está increíblemente guapo con un smoking n***o y una camisa blanca, trae su barba perfectamente arreglada, lo estoy viendo tan concentrada que creo que siente mi mirada porque voltea y sus ojos no pueden ocultar su sorpresa, le dice algo a su compañera y se acerca a mi. —Loren por Dios, no te reconocía, estás preciosa, jamás había visto a alguien que le sentara tan bien el color rojo. Yo me pongo un poco roja por su comentario y él me sonrie. —Perdón por ser tan directo, pero de verdad creo que de ahora en adelante el color rojo es mi favorito. —Muchas gracias Cameron, tú también estas muy guapo. —¿Y qué haces aquí? Estoy a punto de contestarle cuando llega Barnett y se acerca a nosotros. —Loren ¿porqué no te pusiste el vestido n***o? Cameron lo voltea ver con cierta reticencia, Cameron es un poco más alto que Barnett y no quiero decirlo pero tiene un mejor cuerpo que Barnett. Barnett se da cuenta de que estábamos conversando y lo saluda con una sonrisa, al parecer se conocen. —Sr. Parker que alegría verlo. Cameron le da la mano pero está muy serio. —Loren podrías quitarte ese lápiz de labios el color se ve bastante vulgar. A mi me da mucha vergüenza con Cameron que esté escuchando las quejas y órdenes que me está dando Barnett. —Si me permites Barnett tengo que decirte que tienes una esposa muy hermosa, jamás había visto a alguien que le sentara tan bien el color rojo. Barnett se pone un poco pálido y se acerca para abrazarme, en eso Cameron me ofrece su brazo para entrar a la fiesta, yo le sonrió a Barnett y me voy del brazo de Cameron. —No te estabas divorciando. —Si pero al parecer Barnett no podía venir sólo hoy,  puedes imaginarte que me ofreció firmar el divorcio si lo acompañaba. El se queda pensativo por un momento.  —Bueno la verdad que se lo agradezco, estás fiestas se me hacen muy aburridas y encontrarme contigo es lo mejor que pudo pasarme. —Lo mismo digo. Barnett se acerca a nosotros. —Vamos Loren nuestra mesa es la que está al otro lado. Cameron no me suelta. —Barnett en tú invitación no aclaraste que venias acompañado y al parecer sólo tienes un lugar reservado. Yo me quedo sorprendida y Barnett también. —Cierto olvidé confirmar que mi esposa venía. —Bueno yo podría sentarla conmigo, tengo un espacio para mi compañera, pero como tú ya sabes ella no la va a ocupar. Barnett no puede ocultar su sorpresa y se acerca a mi oído para decirme muy despacio. —No se te ocurra decir que nos estamos divorciando. Se aleja un poco molesto y Cameron me sonríe. —Bueno ven siéntate a mi lado. —Cameron no quiero incomodar yo prefiero irme la verdad, tú venias acompañado y no quiero incomodar a tú esposa. El me sonríe. —Mi invitada es mi hermana y es la organizadora de este evento, así que no te preocupes, no estoy casado Loren. Bueno tal vez sea padre soltero, en fin, me siento a su lado y la gente no deja de observarnos, la verdad que Cameron es muy gracioso y mi carcajada tan poco escandalosa se escucha hasta el último piso del hotel. —Me encanta tu risa. —Seguramente, mira como me ven todos como si estuviera loca, Barnett quiere asesinarme con la mirada. Empieza una pequeña ceremonia y después comienza  la música, Cameron me invita a bailar y yo acepto encantada, es un excelente bailarín pero no puedo evitar estar nerviosa, no sé que me pasa cuando estoy cerca de él, es como si me recorriera un hormigueo por todo el cuerpo y sentir sus manos en mi espalda me está dando mucho calor. —¿Cuéntame porque te vas a divorciar de Barnett?  —¿Lo conoces? —No mucho. —Barnett me advirtió que no dijera nada, pero no sabe que nosotros nos conocemos y que eres mi compañero de trabajo, nos vamos a divorciar por infidelidad. El abre mucho los ojos. —No me veas así, obviamente es por parte de él, recuerdas el día que regrese al aeropuerto que parecía una zombi. —Como olvidarlo, pensé que había empezado el Apocalipsis. Yo suelto una carcajada. —No me hagas más reír, te voy a dejar en ridículo. —A mi no me importa lo que diga la gente y soy feliz viéndote sonreír. No sé como tomar su comentario y me da un poco de vergüenza así que mejor vuelvo al tema del que estábamos hablando.  —Bueno ese día era nuestro aniversario y yo quería sorprenderlo, pero fue todo lo contrario, él me dio la mayor sorpresa de toda mi vida, llego con una mujer a nuestro apartamento y ya puedes imaginarte lo siguiente. —El golpe que tenías te lo dio él. Yo asiento avergonzada y Cameron se pone furioso. —No lo puedo creer, es un desgraciado. —Ya no tiene importancia. En eso Barnett se acerca a nosotros. —Sr. Parker me permite bailar con mi mujer. Cameron asiente pero no disimula su coraje y se aleja. —No puedo creer que me estás poniendo en ridículo, primero te pones ese vestido tan vulgar y ahora bailas con un hombre que acabas de conocer al que le coqueteas descaradamente. —Eso no es cierto yo.. —Cállate, siempre tienes que contestar a todo lo que te digo, nunca puedes quedarte callada. —Barnett necesito ir al tocador. Salimos de la pista y me lleva tomada de la mano con fuerza. —¿Acaso no sabes quién es ese hombre? Voy a contestarle que es mi compañero de trabajo cuando nos interrumpe la chica con la que me engaño. —¿Baby porqué trajiste a esa mujer? Quedamos que yo te acompañaría a todos los eventos de ahora en adelante. No puedo creer el descaro de estos dos. —Sabes que Barnett, firma el divorcio cuanto antes y no vuelvas a buscarme. Me estoy alejando y Barnett me toma del brazo con fuerza. —No puedes irte todavía. Cameron viene caminando a nuestro encuentro. —¿Loren está todo bien? —Si Cameron gracias, yo me tengo que ir. Salgo apurada al estacionamiento y me detengo en la puerta para tomar aire, por un momento siento que me estoy ahogando, Cameron se acerca y me ve preocupado. —Loren ¿estás bien? —No, siento que me falta el aire. Me toma de la mano y me sube a la limusina, da instrucciones para que nos lleven a algún lugar la verdad no tengo idea de a donde porque me estoy concentrando en tratar de respirar con normalidad mientras él va haciendo unas llamadas. Llegamos muy rápido a un enorme edificio, me toma en los brazos y me baja de la limusina con prisa, al entrar al elevador pone una clave y vamos directo al penthouse, cuando se abren las puertas hay una mujer esperándonos, me lleva a una habitación y me deja en la cama con cuidado, ella empieza a revisarme rápidamente, trato de contestar a sus preguntas pero no tengo suficiente aire. Me pone una inyección y empiezo a sentir que poco a poco mi respiración se normaliza, siento mis ojos muy pesados y me quedo dormida. Cuando despierto me siento un poco desorientada, empiezo a recordar lo que sucedió, trato de levantarme pero al verme me sorprendo porque estoy en ropa interior, no puedo sentirme mas avergonzada.  En eso se abre la puerta y viene entrando Cameron, trae uno de sus trajes y al verlo recuerdo que hoy salíamos los dos de viaje, me voy a levantar y lo hago tan rápido que si no es porque él me detiene ahorita me faltarían algunos dientes. —Loren por favor no te levantes, estás un poco débil por la inyección que te pusieron. —¿Qué fue lo qué me paso? —Según lo que me dijo la doctora que te revisó, tuviste un ataque de ansiedad bastante grave, te puso un sedante para poder controlarte. —Cameron hoy teníamos que viajar. —No te preocupes por eso, avise a nuestra jefa para que nos buscara unos suplentes está semana. —Lo siento que vergüenza contigo, hace mucho que no tenía crisis, incluso llegue a pensar que se me habían quitado por completo; por cierto mi mamá debe estar preocupada ¿dónde esta mi teléfono? —No te preocupes, tú mamá te marco y le conté lo que sucedió, por un momento se asusto pero luego le expliqué que éramos compañeros de trabajo y se quedo más tranquila, claro no sin antes pedirme una copia de mi licencia de conducir y advertirme que sabe disparar. Yo le sonrío. —Pues no te quiero asustar pero en efecto mi mamá es campeona en tiro al blanco. —Bueno entonces dejaré lo de secuestrarte y violarte para otra ocasión ya me siento asustado con las amenazas de tú madre. Yo suelto una carcajada. —¿Esté es el departamento que estás vendiendo? —Si, me compré una casa en Aspen y la verdad vengo muy poco a la ciudad. —Cameron esto no es un departamento, es un penthouse, yo ni siquiera podría permitirme la renta de uno de los apartamentos sencillos en está área. —Podría hacer una buena oferta para ti, hablaré con tú agente. —La verdad no creo que esté en mi presupuesto, pero gracias, oye ¿dónde está mi vestido? es un poco incómodo estar hablando contigo en ropa interior. —¿De verdad? a mi no me incómoda nada. —Muy gracioso eh. —No tengo mucho que ofrecerte, pero tal vez te puedes poner algo de mi ropa deportiva para que estés cómoda. —Si te lo agradecería. Se aleja a un enorme closet y sale con una playera blanca y una pantalón deportivo  gris. —Tal vez te quede un poco grande. —Gracias, no importa. Empiezo a ponerme la playera y él sonríe sin dejar de observarme. —Podrías disimular un poquito que me estás devorando con los ojos. —¿Para qué, quién crees que te quito el hermoso vestido rojo ayer? —Descarado ni siquiera lo ocultas. —No, no soy descarado, soy un alma noble que te ayudo a dormir mas cómoda. —Esta bien señor alma noble, gracias por desvestirme y no dejarme cambiar con privacidad. Escuchamos que tocan el timbre y yo me preocupo. —¿No será mi madre con su rifle? El suelta una enorme carcajada. —Para suerte mía no es tú madre, pedí algo para comer, como no vengo mucho por aquí ya no tengo nada que ofrecerte. Sale de la habitación y yo suspiro, tan mal que me caía al principio y resulta que ahora hasta siento que me atrae, ay no por Dios que estoy pensando, salgan pensamientos negativos de mi cabeza, estoy pasando por un horrible divorcio y me pongo a pensar en otro hombre no no no y no, no voy a caer por muy buenísima que sea la tentación.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD