Cuando llegue a la entrevista la Señora Cecilia Richards encargada de recursos humanos de la empresa me hizo varias evaluaciones, algunas psicológicas, también de razonamiento lógico y otras de comportamiento. Las cuales pasé con excelentes puntuaciones por lo que ella me sonrió (algo que después me di cuenta no solía hacer) y me felicito, desde entonces sentí que tuvimos un clic, a veces conversábamos y hasta me llamaba para tomar el lunch juntas algo que tampoco hacia con nadie. Cuando me contrato, ella me llevo a hacer un recorrido por el área y me presento con quien sería mi jefe, el ingeniero Roland Fonseca un experimentado Black Belt que ya estaba algo mayor de edad. Fue duro mi aprendizaje y adaptarme a él… era demasiado estricto, pero yo realmente necesitaba el trabajo, no podía darme por vencido porque la razón de buscar un trabajo como este… era ganar más dinero y poder ayudar en el pago de la universidad de mis hijos. Ya que mi esposo se desligaba de su responsabilidad cada vez más. Nuestra relación se había roto por completo, creo que todos esos años de rutina habían acabado con nuestro matrimonio hace mucho tiempo y la verdad Joshua solo estaba esperando que nuestros hijos se graduaran y se pudieran mantener por si solos, para abandonar nuestro hogar definitivamente para dedicarse a viajar y vivir su vida… una vida en la que yo no cabía. Me dolía demasiado su desamor, pero era una cruda realidad que tenía que enfrentar. Siempre me sentía sola y pasaba muy triste porque mi esposo siempre se iba de viaje con la venta de sus vehículos y dejaba de verlo por semanas a veces por meses… muchas veces intente acercarme y seducirlo, pero el me miraba como una vieja ridícula por lo que no le interesaba ni en lo más mínimo. Me case muy joven con él y nuestros hijos ya estaban en sus veintes, Josh estudiaba administración de negocios y Anna estudiaba una ingeniería, yo estaba en mis cuarentas, pero hacia ejercicio en casa y mantenía una bonita figura, mi cabello rubio es natural, mis ojos son verdes además que me vestía bien pero con nada de eso llamaba la atención de mi esposo, pase deprimida muchos años hasta que llego mi amiga Johana al rescate…
—Jajajaja siempre fue loca y alborotada jajajaja cuando nos conocimos en la oficina del señor Fonseca nos hicimos amigas casi de inmediato, ella me hacía reír mucho y su actitud tan entusiasta siempre me sacaba de mis depresiones más profundas. Mi rutina era llegar a casa a estar sola, cenar algo ligero, estudiar algún idioma, hacer ejercicio al mismo tiempo de leer un libro o ver una serie en la televisión, ducharme y dormir para levantarme temprano y estar despejada para el trabajo. Pero al conocer a mi nueva amiga, pude ir al cine, acudir a conciertos de bandas de rock y bueno también ir por tragos en los bares de moda. Ambas éramos ejecutoras y recibíamos instrucciones de nuestro supervisor en ese tiempo solo el ingeniero Fonseca hacia las presentaciones (las cuales eran super aburridas) pero nuestras nuevas ideas siempre eran abolidas por su “mega experiencia” Éramos un grupo grande de veinte y ocho ejecutores de los cuales el casi solo escuchaba a los hombres, machistas si, clasistas por supuesto. Lastimosamente para el jefe Roland Fonseca ese año cumplía sesenta y cinco años por lo que celebraríamos una fiesta por su retiro. Joha y yo llevábamos un año estudiando para ser Black Belt junto a varios de nuestros compañeros y ese mismo mes del retiro del jefe Fonseca se abrieron cuatro posiciones para supervisores de proyectos.
—Wow el grupo se dividirá en cuatro y contrataran varios elementos nuevos… le mencione a Joha… y ella me miro con una sonrisa plasmada en sus labios… asi que ya sabíamos lo que íbamos a hacer… el día de nuestras graduaciones recibimos varias ofertas de trabajo, de otras plazas en otros departamentos de la corporación, pero nosotras sabíamos lo que queríamos y ya estábamos metidas hasta el cuello en la realización de proyectos los cuales generaban altas guanacias para toda la corporación. Aplicamos a los puestos de supervisoras casi de inmediato, la señora Ceci me conocía y ya tenía mi aplicación llena. Por lo que solo esperamos un par de días para recibir la notificación que habíamos sido aceptadas. Joha gritaba y yo saltaba de alegría…
—¡RENY!!! ¡LO LOGRAMOS!!
—Siiii amiga jajajaja jajajaja nos reíamos tanto. Pero nuestra risa se acabó cuando HR nos llevó a los cuatro nuevos supervisores con todo el grupo de ejecutores donde nuestro manager corporativo… alias “El Verdugo”. Un imbécil arrogante peor que el ingeniero Fonseca. Nunca había visto al Ing. Joseph de cerca y mucho menos había estrechado su mano. Era un tipo imponente, guapísimo, varonil y olía tan delicioso, me quedé embobada observandolo sin poder soltarle la mano y sentí su mirada penetrante un tanto seductora ‹‹ ¿Seductora? Noooo solo era mi imaginación ›› Cuando me di cuenta, le solté la mano... agachando mi cabeza y disculpándome ‹‹ ¡Ay sentía mis mejillas bien rojas de la vergüenza!! ›› a lo que el ignoro lo que dije y hablo dirigiéndose a todo el grupo.