Destinados

El silencio por un par de minutos resulta un poco incómodo para todos, aunque intentaba evitarlo no pueden dejar de pensar en todo lo que pasó, todos tienen su recuerdo, todos tienen su miedo, todos llegaron a desarrollar algún tipo de trauma con lo que les pasó en el hospital, tras la muerte de Alejandro, al saberlo vivo. Todo había pasado tan rápido, que ninguno de ellos había tenido tiempo de pensarlo a excepción de Leo. Alejandro no es mucho de reuniones, en realidad jamás lo ha sido, así que no tarda mucho en empezar a sentirse incómodo, además de fuera del lugar. Mientras todos ríen y tienen toda su atención centrada en Anton, el disimuladamente finge que va a contestar una llamada y se aparta del grupo. ─hermano, ¿está todo bien? ─se acerca Jack sin dejar de mirar al grupo a lo lejos ─no lo se, ¿lo está? ─dice mientras mira con la cabeza y continúa avanzando hasta salir de la vista de los demás, pero él aún puede verlos ─entonces por qué te alejaste del grupo, ¿qué pasó?, dime, sabes que puedes confiar en mí. ─no sucede nada, está todo bien. ─no es cierto, desde que volviste tu no eres el mismo. ─dice sin dejar de mirar las demás ─no sé cómo hacerlo. Yo... los veo a todos allí y se ven tan cómodos, y yo simplemente no sé cómo hacerlo. No puedo, yo no sé cómo... ─se lleva la mirada a sus manos y al hacerlo Jack nota que las manos Alejandro están temblando ─tranquilo. ─se acerque coloca la mano en su hombro. ─estoy aquí, estamos todos aquí, estamos bien y, ya pasó. Alejandro asiente, pero aún no se ve muy convencido, sacude sus manos y hace puño varias veces soltando un par más para hacer que dejen de temblar, pero la frustración puede verse en su expresión ─Alejandro, no puedes seguir así, he visto lo que hacías cada vez que estuvimos en el hospital, no te veías cómodo, y está bien, lo entiendo, tú no eres así, pero por qué no hablas con ella y le explicas lo que sucede. Toda la vida tú y yo hemos sido amigos, hermanos. Me atrevería a decir que incluso mas que con Anton, pero ahora lo guardas todo, incluso de mi y eso me asusta. ─¿de que hablas?, tú y yo no somos así... ─disimula intentando recobrar su compostura. ─Hablo en serio. ─mira a Alana. Alejandro no dice nada, solo ve a Evelyn a lo lejos. ─Estoy bien..., no tengo nada que decir. ─insiste. ─Que bien por ti. ─se para junto a él. ─yo estoy aterrado todo el tiempo. ─mira sus manos haciendo que su amigo vea también lo que el ve. ─no puedo dormir. ─sus manos tiemblan, aunque él intenta resistirse a ella sacudiendo sus manos. ─no puedo cerrar los ojos sin que todo ese infierno en la cabaña vuelva a mi cabeza y es horrible. Soy un niño asustado. ─lamento que pases por todo eso... ─ahora es él quien coloca su mano en el hombro de Jack. ─Nadie ha vuelto a ser el mismo, desde que ese infeliz entró en nuestras vidas, se creó un antes y un después, y lo odio por eso.─se puede palpar el coraje y odio que le causa a Jack hablar sobre Jonathan ─lo sé, y es por esa razón que no quiero a mi esposa cerca de ese tipo. ─¿Y cómo lo evitarás en cenas especiales, o eventos familiares? ─pregunta cruzándose de brazos. ─No se acercará a mi esposa a menos que yo lo permita, y eso solo será posible cuando haya mínimo doscientos hombres cerca y todos armados. Si intenta hacerle daño, o lo que sea con mi esposa no lo pensaré dos veces, lo voy a asesinar. ─dice tensando la mandíbula, la vena en su cuello resalta, incluso su mirada cambia. ─vez, es a eso a lo que me refiero... ─sé que puedo lidiar con esto, es solo que es muy pronto. Ni siquiera debería haber aceptado salir del hospital. Estábamos bien, si algo sucede con ella, los niños... ─hermano. ─posa cada una de sus manos en sus hombros, teniéndolo frente a él presiona con cierta fuerza y da una ligera sacudida. ─¡mírame!, todos estamos aquí, todos somos tu familia, todos fuimos afectados por lo que pasó, y jamás me va a alcanzar la vida para pedirte perdón por todo lo que mi hermana hizo. Amo a mi hermana más que nada, y eso no va a cambiar, así como tampoco va a cambiar el hecho de que sé, y entiendo que tal vez en tus recuerdos sientas odio o furia por ella, lo entiendo, juro que lo entiendo, pero no puedes lidiar tu solo con eso... no sé que es lo que pasaste cuando te secuestraron, pero, si de algo sirve, estoy aquí para ti. ─dice y puede verse en sus ojos el arrepentimiento y culpa que siente. ─el tiempo solamente borra las cicatrices. ─levanta la manga de su camisa dejando ver las cicatriz que le ha dejado el disparo que le dio Jonathan en su intento de asesinarlo el día que explotó la cabaña ─No..., no, Alejandro eres increíblemente fuerte, eres el mejor amigo, mi hermano, y seguramente serás el mejor padre, pero si te guardas y no lo dejas salir te va a afectar. ─¿como tú y Jenko?, ¿de verdad? ─deja salir algo de su frustración. ─Es diferente. ─lo golpea en el hombro. No hablo con mi padre, pero sí con un terapeuta. ─dice para su sorpresa. Alejandro estaba muy asombrado, ya que Jack siempre ha tenido una vida muy alegre, sana y divertida, jamás ha requerido de un terapeuta ─no lo sabía... ─musita, a su vez que ve a Alana, no puede creer lo bien que le hace a su amigo. ─He corrido autos toda mi vida, y lo sabes. ─señala dejándose caer en la pared. ─amo esa adrenalina, la emoción corriendo por mis venas, por ganar, por vivir ese momento, la emoción de llegar a la meta, y todo eso me ha hecho feliz toda mi vida, pero no estoy seguro de que pueda volver a hacerlo una sola vez más. ─¿de qué hablas? ─dice Alejandro dejando sus problemas de lado,concentrándose únicamente en su amigo, ya que jamás había contemplado ni siquiera como un mal chiste dejar las carreras, era lo que le apasionaba, lo que amaba, no hay nada que amara más que eso, y ahora escucharlo decir por su voluntad que dejará las carreras lo ha dejado demasiado sorprendido. ─Hace unos días fui al autódromo, intenté volver a lo mismo, sabes..., quería entrenar, volver a hacer lo que he hecho siempre, a sentir esa emoción y estar allí, pero mientras caminaba en el circuito, al momento de entrar, alguien había incendiado sus neumáticos por tanto derrape. Al ver las llamas..., todo para mí se nubló, todo, era como si todo mi alrededor disminuyera su sonido, yo solo podía ver el fuego, y escuchar una y otra vez el sonido de los disparos cuando te dispararon... ─al decir esto, la voz de Jack se quiebra, y al levantar la mirada a Alejandro puede ver sus ojos enrojecidos. ─¿Es por eso que ves un terapeuta?... ─yo entiendo lo que estás pasando, lo entiendo de verdad. Tal vez no me dieron por muerto, y tal vez mi esposa no me ha llorado desconsolada, pero te entiendo, porque cada vez que veo fuego o puedo escuchar el choque de metal, o lo que sea lo suficientemente fuerte, lo único que viene a mi mente es el momento en que te dispararon por mi culpa. El momento que casi muero, que pude haber sido yo y no Samuel, o Renata... ─no es tu culpa, jamás fue tu culpa, ¿de qué hablas? ─Soy culpable de todo. ─niega con la cabeza. ─soy culpable de proteger a Renata, si desde el principio le hubiera dejado claro que tenía mi apoyo, pero que no consentirla nada de lo que hizo desde el principio, tal vez ella aún estaría con vida. Si hubiera hecho algo más, nada de esto se habría salido de control, si me hubiera disparado solo a mi y no a ti... ─Hay un nombre que no ha salido de mi cabeza, sabes... y no tiene absolutamente nada que ver contigo "Iván kratov", ese hombre hizo todo esto, él es el único culpable de todo lo que pasó. El único por el que siento rencor es por el hermano de mi esposa, y ni siquiera sé si lo puedo llamar hermano de mi esposa, pero tú no eres el culpable, tú eres mi hermano, y eso no va a cambiar. Si alguien dice lo contrario, dile que venga a verme. ─sonríe jalando a Jack del hombro y lo abraza con fuerza. ─si me besas, tendrás que pagarme. No soy un hombre fácil. ─sonríe intentando que no salgan lágrima de sus ojos. ─lo siento bonita, estoy feliz e irrevocablemente casado. ─dice con gracia soltando el abrazo por fin ─te puedo recomendar el mismo terapeuta o alguien más, lo necesitas, todos lo necesitamos en algún momento, todo lo que pasó no es fácil, y no caería mal un poco de ayuda... ─lo pensaré. ─se reincorpora al ver que Evelyn intentó levantarse de la cama con ayuda de Alana y Diana. No piensa mucho en por qué lo hace, o qué hará al levantarse, inmediatamente asume que algo anda mal y corre hacia ella. Todos lo ven correr desde sus asientos y corren tras el también dejando sus asientos detrás muy rápido. ─¿estás bien? ─se acerca rápidamente y la toma por la cintura. ─Sí... ─sonríe intentando no perder el equilibrio. ─solo es un poco difícil levantarse con todo esto. ─señala su vientre con un gesto de incomodidad. —solo intentaba levantarse. —dice Diana sin soltar su mano. —¿te sientes cansada?, ¿te duele algo?, ¿quieres comer algo?, ¿dormir? —la bombardea de preguntas ante el silencio formado por el suspenso, de los demás. —tranquilo, estoy bien. ─recuesta su cabeza en el pecho de él. —será mejor que los dejemos descansar. —dice Jack llamando la atención de Alana, tan solo bastan un par de gestos para que ella le entienda. ─Nada de eso, aún es temprano... ─sonríe Evelyn acariciando su vientre. ─aún no llega la pizza.