6. Mi voluntad es mas fuerte que mi corazón.

2836 Words
Estoy de pie en el vestíbulo de Lenny´s Dinner, esperando ansiosamente a mi doble de Jamie. Mariposas pululan por mi estómago y reviso su perfil una vez más solo por el placer de hacerlo. Si. Él es tan sexy. Latente. —¿Eres mi acompañante, Sophia Chapman? — Una profunda y soñadora voz dice detrás de mí. Una sonrisa ridícula en mi cara, no podía borrarla incluso si mi vida dependiera de ello, me giro tan sexy como puedo, ansiosa por finalmente cumplir el sueño de un hombre. Pero al instante en que lo veo, siento como si alguien me estuviera gastando la broma más cruel y mezquina. Porque, a decir verdad, el tipo que esta frente a mí no se parece en nada, NADA a su foto de perfil. ¿Dónde está el pelo de highlander? Este hombre se está quedando calvo con un peinado muy desagradable sobre su frente grasienta. ¿Y por qué es flaco, pálido, de mediana edad y cinco centímetros más bajo que yo cuando en su foto de perfil era divinamente alto, musculoso bronceado y un sueño? —Er…si, esa soy yo— chille, todavía confundida al máximo —Genial. Soy Noel— Se desliza en la mesa más cercana a nosotros y me ofrece sentarme. —Me alegra mucho verte exactamente cómo te ves en línea— Hace un gesto hacia mi mientras sus ojos me miran con avidez. ¡Eres una estrella de Rock! — A-ja-ja. Tan discretamente como puedo, me coloco mi largo cabello oscuro frente a mi pecho, tratando de ocultar mi escote. Maldita sea, no debería haber usado esta camiseta magenta escotada y estos jeans ajustados y zapatos de tacón rosa neón altísimos. Estaba tratando de impresionar a un montañés, no a un geriátrico. Al menos llevaba mi sostén n***o deshilachado y mis bragas rosas de algodón para recordarme a mí misma que no iba a dejar las cosas fueran más allá de besarnos. Ni siquiera con el montañés. —Gracias— me siento frente a él y trato de no parecer demasiado sorprendida. O disgustada. —Te ves…bastante…um…bastante diferente de lo que esperaba— No quiero ofender al chico. Gerald me mataría si lo hiciera. ¿Pero qué? ¿Pensó que no notaria el mil por ciento de no parecido con su foto de perfil? —Si, lo entiendo mucho— dice, agitando su mano con desdén hacia mí. Espero la segunda mitad de su explicación, pero después de un rato, me doy cuenta de que no tengo suerte. Bien. Ojalá esta cita ya hubiera terminado. Toma mis manos sobre la mesa. Su piel esta fría, húmeda, tosca. —¿Tienes hambre, pastelito? — ¿Pastelito? Mi estómago ha estado gruñendo desde una hora después del almuerzo. Estoy hambrienta. Pero de repente siento nauseas. —Podría comer algo— Creo Me guiñe un ojo. —Bien, ¿Qué tal si te pido una hamburguesa? — Estoy a punto de decirle que me apetece algo más saludable, como una ensalada, pero antes de que pueda decir una palabra, la camarera está en nuestra mesa. Sin soltar las manos. Noel pide dos hamburguesas con queso y refrescos. Genial. Odio el queso. Y dejé de tomar refresco hace años. —Así que cuéntame de ti, Sophie— me mira con los ojos muy abiertos mientras me frota las manos. —Es Sophia— lo corrijo. —Me gusta Sophie. Es más divertido— le doy una sonrisa. Bien. Él está pagando por la cita, así que supongo que seré complaciente. La regla número uno como acompañante que me metieron en el cerebro durante la orientación de tres horas fue complacer a mi cliente. Al necesitar que me paguen, seguiré esa regla. No quiero contarle nada sobre mí, así que le pregunto. —Entonces, cuéntame sobre ti Noel— —Mmm. Me encanta como suena mi nombre en tus labios. Eso es tan genial suena como una estrella de Rock— —Genial— bruto. Él se ríe, un sonido agudo y chirriante. —Soy ingeniero. Estuve casado durante un año y medio y luego me divorcié el año pasado— —Lamento oír eso— digo. —Fue lo mejor. Era mi sexto matrimonio. Las mujeres simplemente no me entienden— Eh. Me pregunto por qué. La camarera nos trae las hamburguesas y me obligo a tragar la cosa grasienta mientras el habla de sus tres gatos, sus cuatro periquitos y su última endodoncia. Una vez que terminamos el paga la cuenta. —¿Te gustaría salir a tomar un helado? — el pregunta. —Conozco un lugar fantástico justo al final de la calle. El mejor helado de la ciudad, te lo garantizo. Es una estrella de rock genial— ¿que pasa con este y las estrellas de rock? Dios. Realmente no quiero ir, pero como se supone que debo complacerlo, lo acepto. —Claro— Nos dirigimos al estacionamiento y el sugiere que conduzcamos juntos. El parece inofensivo, así que estoy de acuerdo, y pronto estamos conduciendo por El bulevar universal. Después de cinco minutos conduciendo, empiezo a preguntarme a que distancia esta la heladería. “justo al final de la calle” Después de diez minutos ya no puedo mantener la boca cerrada. —Esto parece más allá de la misma calle— digo, pateándome por haber aceptado en primer lugar. Obviamente el hombre no sabe la diferencia entre verdad y mentira. —Oh, bueno, pensé que iríamos a buscar una habitación de hotel y follaríamos primero— dice. Me pongo rígida en mi asiento. —Solo soy una acompañante, Noel— le recuerdo. —No soy una de las chicas con estatus de amante — Pero había una super conexión entre nosotros y pensé que podíamos llevarlo al siguiente nivel— —Bueno, no sentí esa conexión y realmente no me siento cómoda con eso— hago nudos en mis dedos. —Oh, vamos— Me lanza una mirada sórdida y luego me guiñe un ojo. —No vas a ponerte mojigata conmigo, ¿verdad? — —¿Mojigata? En mi contrato se establece específicamente que no tendré relaciones sexuales con mis clientes…— —A menos que así lo desees— termina la frase. —Y no lo deseo— espeto. Mi corazón está acelerado ahora. Necesito salir de aquí. Agarra mi mano y la coloca encima de su entrepierna. —¿Ves que duro me pones? — Esta erecto, pero no hay mucho allí. retiro mi mano. —¡Duro como una estrella de rock, bebe! — Dice —Déjame en la esquina ahora mismo— Yo digo. —Esta cita ha terminado— —Oh, vamos. Voy a tener bolas azules mañana. Tu no dejarías…— —Ese es tu problema. ¡Ahora déjame en este instante o le diré a mi jefe que me estás acosando sexualmente”— Grito! Eso fue suficiente para que se detuviera al lado de la carretera. —Hey, lo siento pastelito, yo solo…— Abro la puerta, salgo y la cierro de golpe detrás de mí. estoy temblando como una hoja. Estoy furiosa y me odio a mí misma en este momento. Debería haber sabido que esto sucedería. ¿Qué, pensé que podría evitar problemas en esta profesión? Me quito una lagrima antes de que ruede por mi mejilla. Me aferro a mi bolso de gran tamaño mientras camino calle abajo, tratando de alejarme lo más posible del señor, pervertido. Como necesito estar rodeada de gente, entro en una tienda de souvenirs. La tienda está llena de chucherías, fotografías, llaveros, dulces, juguetes y mucho más. Y aquí se siente una temperatura de treinta grados comparada con el exterior. —¿Puedo ayudarla, señorita? — pregunta el viejo empleado. —Solo estoy mirando— presiono una sonrisa, aunque todavía estoy temblando. Finjo que estoy interesada en los artículos mientras considero que hacer. ¿Debo llamar a Hazel para que venga a buscarme y me lleve de regreso al restaurante, donde esta estacionado mi auto? No. Probablemente haya salido con Jared. Además, aunque la llamé después del trabajo y nos recuperamos de nuestra discusión durante el desayuno, todavía hay algo de tensión entre nosotros. Considero caminar de regreso a mi vehículo, aunque con estos tacones altos, solo sé que me dejaran los pies en carne viva. ¿un taxi? No. Demasiado caro. Realmente debería de llamar a Gerald y contarle lo que pasó, que uno de los miembros de su sitio no sigue las reglas, pero entiendo la situación de que no será feliz al escuchar que termine la cita. O que no complací al cliente no sexy. En ese momento suena mi teléfono. El número no me resulta familiar, pero aún así lo contesto. —¿Hola? — Yo digo. —Hola, ¿es Sophia? — dice una voz profunda y familiar. Una oleada de emoción me recorre. —Si— —Soy yo. Kasper— Por supuesto que lo sé. ¿Cómo no iba a saberlo? Su acento… Su voz. Tan profunda…adormecedora, hipnótica. —¿Cómo obtuviste mi número? — pregunto, olvidando toda la ansiedad por el desastre de una cita. —Sabía que trabajabas en Café Exprés— dice. —Y llamé a casi todos los de la ciudad antes de encontrar en el que trabajabas— Espera. —Pero no te darían mi número— —Tu amiga Hazel respondió— dice. —Ella no va a trabajar esta noche—objeto. —Aparentemente, la obligaron a trabajar de último minuto. Uno de sus colegas renunció— Y por supuesto, Hazel le daría al Príncipe Kasper mi información de contacto. Probablemente este mareada en el trabajo ahora mismo. Aunque no estoy segura de si el hecho de que ella haga esto es un acto de venganza por nuestra discusión o un gesto amistoso. Supongo que un poco de ambos. —¿Así que llamaste a todos los Café Exprés tú mismo? — pregunto. —Si— dice. —¿No tienes como…eh… una secretaria o algo así? — —Una asistente personal. Si. Varios, de hecho— dice. Hay una larga pausa mientras considero como me hace sentir todo el calor interior que el hizo el esfuerzo de llamar por si mismo. —Está bien— digo. —Entonces, ¿Por qué me llamas? — —¿Quería ver si estas ocupada esta noche? — el pregunta. Tomo un globo de nieve con una hada de caramelo dentro de un reloj mientras la brillantina gira. Se suponía que debía entretener a Noe toda la noche. Pero ahora que terminé la cita antes de tiempo… —No, no lo estoy— —¿Y mañana por la noche? — el continua. No trabajo en Café Exprés y, hasta el momento, no tengo otro cliente de Escorts y Amantes en espera, así que —No— ¿Por qué me preguntas? —Bien— dice, —Tengo un banquete real honorario de caridad al que atender mañana en Miami y quiero que seas mi cita— El júbilo llena mi pecho y quiero gritar en voz alta. —Y, de hecho— continúa. —quería ver si también me acompañarías a otro evento el próximo fin de semana— añade. —Se trata de una recaudación de fondos para madres solteras desfavorecidas en Nueva York— ¿Miami? ¿Nueva York? Wow. —Bien, realmente necesito trabajar— Tengo el próximo fin de semana libre en Café exprés, pero tendré que estar disponible para mi trabajo de escort por si alguien me contrata. Y luego…uf. Entonces me di cuenta de que ahí estaba el problema de mi sombría profesión laboral, Kasper no se da cuente que, si sale conmigo, su reputación estará en juego. —¿Hay manera de que puedas solicitar el próximo fin de semana libre? — el pregunta. Sería injusto de mi parte aceptar cualquiera de sus ofertas. —Kasper, no quiero que quieras invitarme a salir— —No, realmente quiero— dice. ¡Me duele el interior porque tengo tantas ganas de volver a verlo! Pero no debería desearlo. ¡Y no quiero! Porque las cosas entre un príncipe y yo, una humilde acompañante, nunca podría funcionar. Sería una idiota si lo aceptara. —Realmente necesito trabajar para poder ganar dinero para las prótesis de mi hermana— Odio usarla como excusa, pero es verdad. —Te diré una cosa— dice. —Todo lo que necesites para las prótesis de piernas, lo pagaré. Cubriré la mitad mañana y el resto el segundo fin de semana— Me quedo sin palabras por un momento, sin aliento también, la generosidad es abrumadora. Pero no puedo aceptar por muchas razones. —Yo…— —Y no digas esa mierda de “No puedo aceptar tu dinero” Me harías un favor si dijeras que si— dice. —Veamos esto como un acuerdo mutuamente beneficioso— ¿Qué diablos quiere decir con que le haré un favor? —Estoy segura d que hay cientos de otras chicas a las que les encantaría ir contigo. Incluso miles— —Entonces, ¿estás diciendo que no? — el pregunta. —No, solo quiero decir, es extraño que estés tan decidido a que yo vaya cuando hay como un trillón de otras chicas que vivirían felices para siempre si las invitaras a una cita y ni siquiera tendrías que pagarles— Se ríe, un gruñido bajo y profundo que hace que mis entrañas se agiten. —El dinero no es una preocupación para mí. y, además, eres exactamente lo que busco en una cita. Eres normal— —¿Normal? — Argh. El continua. —Si tuviera que invitar a salir a otra chica, estaría fuera de si toda la noche, y necesito a alguien que pueda aparecer y no asustarse o actuar como loca por el hecho de que soy el Príncipe de Noruega. Así que, por el amor de Dios, acepta mi oferta— dice Kasper con un gruñido exasperado. La posibilidad de dejar mi trabajo de escort después del fiasco geriátrico con el no sexy hombre de hoy suena particularmente atractiva. Pero…—No tengo nada que ponerme. Y mi hermana necesita a alguien…— —No te preocupes por los detalles— él dice. —Los resolveremos. Solo respóndeme. ¿Aceptarás o no mi oferta? — Oh, Dios, debería llamar a Hazel y preguntarle sobre lo que debo hacer. Pero, de nuevo, ya sé lo que dirá. Ella lo haría y estoy segura de que me abofetearía tontamente por resistirme a su oferta en absoluto. Entonces ¿Por qué en nombre del cielo estoy dudando? Respiro hondo y tiro con precaución al viento. —Está bien, iré— Voy a arrepentirme mucho de esto. —¡Excelente! — él dice. —¿No quieres saber cuánto cuestan las prótesis? — pregunto. —No importa la cantidad, no será un problema para mi— dice. —Ahora, ¿prefieres que vaya a buscarte o nos vemos en mi hotel? — —Espera, ¿nos vamos ahora? — pregunto. —Si. Necesitamos conseguirte ropa para los eventos y volaremos esta noche. No hay tiempo que perder— —No tengo ninguna cosa. Quiero decir, mi cepillo de dientes, maquillaje…— Deje que mi voz se apagara. —Me aseguraré de que tengas todo lo que necesitas cuando llegues al hotel en Miami— dice. Miro a mi alrededor. —Estoy como…saliendo de compras en este momento— —Dame tu paradero y iré a buscarte— dice. Dios mío, no puedo creer que este haciendo esto. Le pido la direccion al dependiente y se la repito a Kasper. —Está bien, el GPS dice que estaré allí en catorce minutos— dice Kasper. —Nos vemos pronto— —De acuerdo— Ay dios mío. Esto realmente está sucediendo. —¿Y Sophia? — el añade. —¿Sí? — —Gracias— sus palabras permanecen en el espacio entre nosotros y puedo escuchar el sincero agradecimiento que transmiten. ¿Por qué su voz tiene que ser tan jodidamente sexy? —De nada— Cuelgo y guardo mi teléfono en mi bolso de gran tamaño. ¿Es esto realmente real? Si, así es. Un príncipe. Una escort. Un trato. Mi corazón se hunde un poco ante la parte del trato. Va a ser muy desafiante no enamorarse de el en dos segundos. ¿pero quién puede culparme? ¿Cómo podría no estar deslumbrada por el? Es un dios de hombre. Un verdadero príncipe. Y en cierto modo, mi salvador. El salvador de mi hermana. Solo tengo que recordar que esto es para mi hermana. No para mí. Y me mantendré alejada del príncipe. Solo necesita una cita normal. Y puedo ser eso. Puedo verlo simplemente como un amigo “normal” Puedo hacer eso. No hay manera de que el infierno de que pueda hacer esto. ¡Si, lo hare! Mi voluntad es más fuerte que mi corazón
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD