Todo quedó arreglado para que Mathew saliera del hospital y mientras sus abuelos paternos se iban a encargar de atenderle mientras los hermanos permanecieran aún recluidos. Roxanne preguntó a su suegro Porcel estado de salud de sus hijos, él le dijo: — Ellos están aún delicados, pero la juventud y fortaleza harán su mejor trabajo para tenerlos pronto fuera de peligro— puso una mano en su hombro— no te angusties, ten confianza y los verás pronto. Ella le sonrió en agradecimiento por darle información y consolarla, no había visto a su esposo desde la noche anterior y no quiso preguntar, se sentó en el pasillo a esperar a que sus hijos estuvieran mejor y poder verlos. Se recostó en la silla y su cabeza quedó pegada a la pared, cerró los ojos y lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas s

