El Eco de la Araña

1660 Words

La canción aún vibraba en su garganta, una melodía lúgubre que se aferraba al aire denso del bar como un fantasma, cuando Salamandra se bajó del pequeño escenario. El sudor frío le perlaba la espalda bajo el terciopelo del vestido, y la respiración, aunque entrecortada, no era por nervios. Ya no. Ella cantaba desde niña sobre ese escenario desgastado, en ese rincón de Las Azucenas. Esos tangos, esas historias de amor y desamor, los sabía desde que tenía memoria, nacidos en la voz de su abuela, luego en la de su madre, y ahora en la suya. Pero esa noche, Salamandra sentía que había algo distinto en el aire del bar, una corriente subterránea que no lograba identificar. Tal vez fueron los ojos grises que vio, aquellos que, por primera vez, la habían mirado de forma tan intensa a la orilla del

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD