La habitación Rosada

2491 Words

Después del baile, Salamandra terminó su número con un tango antiguo, un lamento musical cargado de promesas rotas, de esas que nacen por el amor a un desconocido. La letra, melancólica y visceral, resonó como un eco persistente entre las paredes del bar, la historia de un desamor que era universal. Cuando el último acorde se extinguió, desvaneciéndose en el aplauso, Giovanni la esperaba en la barra, inmóvil, como un espectro paciente en la penumbra. Apenas bajó del escenario, aún con el cuerpo vibrando por el esfuerzo y la adrenalina, él se acercó y, con la voz rasgada por el deseo contenido, apenas un susurro que solo ella pudo escuchar, le dijo: —Ven conmigo esta noche. Al rancho. Ella sonrió con un dejo de picardía, aún agitada por el baile, el brillo en sus ojos reflejando el fulgor

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