Ella decidió comenzar a comer, mientras él se movía por la habitación. Su cabello, como siempre, estaba alborotado y mojado, «¿adónde va?» Ella pensó, se veía realmente bien vestido. Dejó caer su maletín en el sofá y se estiró para arreglar sus gemelos. —No vas a desayunar, ven, siéntate y acompáñame. —dijo Harmony, pero él no la escuchó o fingió no hacerlo. Se mordió el labio y se acercó un poco más a él. —Déjame ayudarte. —Eddy se quedó en silencio y continuó con lo que estaba haciendo— Yo ordene el desayuno, espero que te guste. —sonrió. Él parecía haber terminado con sus gemelos ahora y solamente se agachó, tomó su maletín de nuevo y caminó hacia la puerta, no quería tener ningún tipo de conversación con ella. Harmony se sorprendió y lo vio irse, se detuvo en la puerta sin volverse

