Sky
La oscuridad me envolvía como un manto pesado, sumergiéndome en un océano de energía caótica del cual me había convertido en la reina absoluta. Cada pensamiento era una chispa que encendía tempestades y calmaba tormentas, levantaba montañas y las hacía desaparecer con un simple susurro de mi voluntad. Era como si estuviera conectada directamente con el núcleo del universo, moldeándolo a mi antojo. Mi poder era divino, y yo era su encarnación terrenal.
Pero este dominio sobre la realidad venía a un precio. Mis amigos, mi familia, todos aquellos a quienes alguna vez amé, se habían convertido en peones en mi juego. Los manipulaba sin pensarlo dos veces, utilizándolos para mis propios fines. Aquellos que alguna vez fueron mis compañeros de batalla ahora eran marionetas, movidas y dirigid
