Refugio y deseo

616 Words
La lucha había sido feroz. Las garras afiladas de las criaturas de las sombras habían rozado la piel de Sky, y los gruñidos amenazantes resonaban en el bosque. Pero, con la ayuda incansable de Kael, lograron repeler a sus atacantes. Cada vez que una sombra se acercaba demasiado a Sky, ahí estaba Kael para salvarla, protegiéndola con una determinación férrea. Exhaustos y heridos, se adentraron más en el bosque en busca de un lugar seguro donde pudieran descansar y recuperarse. La noche parecía interminable, y el frío de la oscuridad se hacía cada vez más penetrante. Después de lo que pareció una eternidad, encontraron una pequeña cueva oculta entre las raíces de un árbol gigante. Era húmeda y oscura, pero ofrecía una cierta protección contra los elementos y las criaturas que aún acechaban. Kael encendió una pequeña fogata en el centro de la cueva. El calor del fuego comenzó a calentar el ambiente, y la tenue luz proyectaba sombras danzantes en las paredes de la cueva. Sky se sentó junto a él, apoyando la cabeza en su hombro. La batalla y la tensión del momento habían dejado a Sky agotada, tanto física como emocionalmente. —Gracias por salvarme —murmuró Sky, cerrando los ojos y dejando que el calor del fuego la envolviera. Kael sonrió, sintiendo la gratitud y el cansancio de Sky. La envolvió en sus brazos con ternura. —Siempre estaré aquí para ti, pequeña —dijo Kael, su voz suave y reconfortante. Se quedaron así durante un rato, disfrutando del calor del fuego y de la compañía del otro. La tensión s****l entre ellos era palpable, y Sky sintió un deseo ardiente que nunca antes había experimentado. Las llamas del fuego iluminaban sus rostros, haciendo que sus miradas se encontraran con una intensidad que no podían ignorar. Kael se acercó a su oído y susurró con un tono cargado de emoción: —Eres tan hermosa, Sky. Las palabras de Kael hicieron que un escalofrío recorriera el cuerpo de Sky. Abrió los ojos y lo miró fijamente. Sus miradas se encontraron, y una chispa eléctrica pareció pasar entre ellos, conectándolos de una manera que superaba el mero deseo físico. Lentamente, Kael se inclinó hacia ella, y sus labios se encontraron en un beso suave pero cargado de pasión. El beso era una promesa de lo que estaba por venir, y Sky respondió con igual intensidad, sus labios moviéndose al compás de los de él. La conexión entre ellos era profunda y urgente, como si cada beso revelara un pedazo de su alma. El beso se profundizó, y las lenguas de ambos se entrelazaron en un baile sensual y seductor. Sky sintió que su cuerpo se derretía en los brazos de Kael, cada roce y caricia intensificando el deseo que ardía en su interior. Kael comenzó a explorar su cuerpo con sus manos, sus dedos trazando delicadas líneas a lo largo de su espalda. Cada toque provocaba escalofríos que recorrían todo su cuerpo, avivando el fuego del deseo. Sky se sintió completamente entregada a él. Nunca había experimentado nada igual; era como si una parte de ella que había estado dormida durante años se estuviera despertando. La intensidad del momento y la conexión que compartían transformaban cada segundo en una experiencia inolvidable, llenando la cueva con un calor que nada tenía que ver con el fuego que ardía en el centro. Mientras el fuego crepitaba y las sombras danzaban en las paredes, Sky y Kael se sumergieron en un mundo donde solo existía el uno para el otro. En medio de la oscuridad del bosque, encontraron un refugio en los brazos del otro, y la promesa de un futuro incierto se convirtió en un deseo.
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