En la pequeña cueva, lejos del tumulto del mundo exterior, Sky y Kael forjaron un vínculo profundo y auténtico. Los días se desdibujaban en noches y las noches en días, mientras compartían historias, miedos y sueños. Kael le enseñó a Sky a controlar sus poderes, a sentir la energía de la naturaleza y a comunicarse con los animales. Cada momento juntos fortalecía su conexión. Sus besos se volvían más apasionados y sus caricias más íntimas. Sky se sentía segura y protegida en los brazos de Kael, como si nada malo pudiera alcanzarla mientras estuvieran juntos. Un día, decidieron explorar los alrededores de la cueva y encontraron una pequeña corriente de agua cristalina. La idea de un baño en el agua fresca y revitalizante parecía perfecta para escapar del calor. Mientras el agua fría envolv

