CAPÍTULO 6 | AYLA

1977 Words
Tres meses antes de la boda Ayla Yilmaz fue por más de 15 años la esposa del Kral de los Ceza, una mujer conocida como fría y calculadora, misma que llevo a Serkan a involucrarse desde niño en lo más bajo de la mafia turca. Desde pequeño supo que la presencia de su madrastra solo lo llevaría a tener que demostrar a su padre que no necesitaba más hijos para mantener el poder en sus manos, por lo que, se involucró en todo convirtiéndose en el mejor de todos los a*esinos, en el mejor estratega, en el más cruel, tenia tanto poder que incluso los Katiller, los más sanguinarios y maton*s personales del Kral, seguian sus ordenes como si se trataran del mandato de Allah, por lo que no hubo duda alguna de que Turquía no necesitaba más herederos haciendo que Ayla le guardara un profundo rencor en su contra, uno que la llevo a quitarle lo único que realmente había amado en la vida. Antes de que Serkan cumpliera los 15 años ya tenia una lista amplia de mujeres que habían pasado por su cama, un completo experto en las artes amatorias que lo habían hecho merecedor de una reputación en el Genelev, el hogar de las más exclusivas trabajadoras de la noche que solo prestaban sus servicios a los altos mandos del gobierno y a los dueños del lugar, los Ceza, pero todo cambio cuando conoció a Alexandra, aquella mujer color canela y ojos miel se impregno tanto en él que ni supo el momento exacto en el que se había enamorado perdidamente de ella. Ese año en el que la conoció los alemanes se habían puesto a la tarea de secuestrar a varios de los herederos de familias de la mafia para tratar de controlar el trafico de Europa y occidente, sin imaginar que dos de esos que ellos llamaron “niños”, estaban preparados para mat*r a todos los que los tenían capturados para luego escapar con un poco de ayuda de la Famiglia Angelucci, por lo que no pasaron muchos días en cautiverio para que Serkan y Montserrat, la heredera de los italianos, se escaparan teniendo por suerte estar en la provincia de Lucca, en Italia, haciendo el trabajo más fácil para la chica quien al percatarse de la presencia de su tío Mauridcio hizo todo para encontrarse con ellos y salir ilesos. Aquel acto hizo que los turcos se sintieran en deuda con los italianos abriendo campo para los negocios con ellos sin esperar que la base de sus encuentros se trasladaría de Nápoles a Palermo, lugar en el que Serkan vio como un hermoso ángel de cabellos negros bajaba con elegancia las escaleras, aquel vestido dorado hacia que el color de su piel resaltara, que el brillo de sus ojos fuese mayor y el rosado natural de sus labios lo hipnotizara, jamás había visto a una mujer tan perfecta. Lo mismo le sucedió a la chica, no lo esperaba, ya le habían dicho que el joven era guapo, pero no esperaba que se viera tan bien, un hombre con facciones tan masculinas y marcadas que era simplemente imposible que no resaltara entre todos, esas esmeraldas que tiene por ojos se clavaron en ella haciéndola sentir escalofríos, nunca se había sentido intimidada por nadie, pero él, su presencia, su aura de dominación la hicieron sentirse extraña. Conocía su recorrido, Lucca, su guardia, le había dicho todo lo relacionado con él, con la vida de libertinaje que tenia pese a sus solo 17 años, pero fue imposible no sentir aquella corriente eléctrica cuando sus manos se chocaron para presentarse, fue magico, ambos conectaron, la química entre ambos fue tan obvia para todos que incluso sus padres sonrieron, sus ojos estaban conectados como si el destinos los tuviese predestinados a encontrarse en algún momento. Aquello también fue obvio para Ayla, quien había encontrado el talón de Aquiles de su hijastro, tenía años buscándole alguna debilidad, aunque fuese un poco de inestabilidad para atacarlo, pero el maldito no daba pasos en falso, estaba tan apegado a las reglas, las costumbres y a su papel como heredero que no había nada que pudiese usar en su contra, hasta ese momento, pero no fue fácil, las trabas que puso a aquella relación parecían ser esquivadas o pasadas sin que los implicados sufrieran rasguño alguno, nunca un Capo de los Ceza se había casado por amor, lo que hizo que el padre de Serkan se sintiera más que comprometido con darle a su hijo lo que ninguno de sus antepasados había tenido, mientras que no había capricho que el padre de Alexandra no le diera o que sus tíos se negaran a cumplirle, por lo que, el que la relación tuviese el apoyo de todos hizo el trabajo de la mujer aún más difícil, pero no se detuvo hasta que encontró una forma de hacerlo caer. Alexandra se convirtió al islam y lo respetaba de manera que no estaría con su prometido hasta el día de la boda, mantendría su pureza hasta que Allah les diera su bendición de estar juntos, pero conocía a Serkan, si había algo que le gustaba después del poder era el s*x* y justo por allí comenzó a atacarlos. Preparo a su sobrina para que conociera todo lo que al chico le gustaba, sobre todo porque ella sabia todos los planes de la boda, esperarían hasta que Alex cumpliera los 20 años y Serkan los 21 para que estuvieran unidos, había tiempo suficiente para que una traición los separara. La extranjera respetaba sus tradiciones, pero esperaba que Serkan hiciera lo mismo, por lo que, la lealtad hasta la boda debía ser reciproca, pero Ayla consiguió a la mujer perfecta para destruir esos planes, una que estaba dispuesta a todo con tal de ser la siguiente Kraliçe de los Ceza. Su sobrina Reyjan, no le importaban los métodos con tal de tener a ese hombre solo para ella, por lo que espero hasta la celebración del Ramadán, justo tres meses antes de la boda, Serkan estaba tan ebrio que ni siquiera la reconoció y la acepto en su regazo, para los turcos es normal que él tuviese mujeres antes de su matrimonio y ellas debían tener claro que nada debía ser dicho o difundido, así que aprovechando su confusión y termino en su cama, disfrutando de las delicias que hacia ese majestuoso hombre perdiendo su pureza con él. La luz se filtro por la ventana a la mañana siguiente haciéndolo arrugar la cara, su cabeza amenazaba con explotar, se levanto de mala gana y se sentó en la cama, vio a la mujer a su lado pero no le dio importancia, se levanto y fue hasta el baño que había sido preparado para él, porque esa no era su habitación, solo su esposa podía dormir en su cama, tras un largo baño salió y vio que tenia mensajes de Alexandra los respondió con una sonrisa dispuesto a ir de inmediato a verla a Italia, pero entonces un quejido en la cama lo hiso devolver su atención a la mujer, ¿Por qué no se había ido aún?, de mala gana le quito las sabanas de encima para que se fuera, pero vio el colchón, una mancha roja lo hizo abrir los ojos y apartar le cabello del rostro de la chica, no, no podía ser cierto, no podía ser Reyjan, maldijo para sus adentros y salió como alma que lleva el diablo y llamo a Omer. - Dime ahora mismo que mierda hace esa mujer en mi cama. El hombre lo miro confundido, no comprendía lo que pasaba – No me mires con esa cara de estúpido Omer, ¿Por qué Reyjan Aslam está en mi cama?, ¿Qué hacia ella en esa fiesta? El guardia lo comprendió todo, una cosa es que él estuviese con mujeres de la vida nocturna que no tuviesen nada que perder, a quitarle a virginidad a una de las herederas de las familias más importantes de los Ceza, su familia pediría una compensación y claramente al ser sobrina de Ayla pedirían que se casara con ella, que le diera un apellido tras degradarla. - No lo se señor, le juro que todas las familias fueron despedidas a las 12:00 p.m., como se tenia previsto, solo los hombres se quedaron, no tengo idea porque esa señorita estaba en el salón. - Llama a Ozhan DE INMEDIATO. La frustración era mucha, no comprendía que había pasado, ella no debía estar allí, era una mujer de clase, debió irse con su madre una vez todos fueron despedidos – MALDITASEA. Tiro todo lo que había en su escritorio y salió para su habitación. Comenzó a cambiarse mientras que Firuze, su ama de llaves levantaba a la chica y la ayudo a arreglarse para ser sacada de la casa sin que nadie más la viera, no todo era su culpa, o eso se decía así mismo, una mujer de clase y con valores no se hubiese quedado en una fiesta solo de hombres y mucho menos se hubiese acostado con uno que sabia está comprometido. Reyjan, estaba feliz, pensó que él iría por ella y se haría “responsable”, pero lo único que vio entrar por la puerta luego estar vestida fue a al Guven, quien la miro de manera despectiva. - Creo que no necesito explicar que lo que hiciste anoche no esta bien, le faltaste el respeto a tu familia a los valores que su supone la familia Aslam inculco en ti. La mujer agacho la cabeza. - Lo que sucedió no es mi culpa yo… - Tu estabas en una fiesta donde solo había hombres y mujerzuelas, vestías como ellas, bailaste como ellas y terminaste en la cama de un hombre públicamente comprometido, ¿Quién crees que pagara las consecuencias de esto? Claramente seria ella, ni una gota del agua sucia caería sobre Serkan, lo sabía, pero también sabía que la italiana no se lo perdonaría. - Antes de irme quisiera hablar con el Kral. - No puedes, no le agradan las mujeres como tú, hablara con tus padres, sabrán lo que sucedió y ellos se encargaran de darte el castigo que mereces. El Guven estaba dando la espalda para irse, pero una frase de la chica lo hizo perder el control. - ¿Qué pasa si ella lo sabe?, si la prometida se entera. ¿Acaso los estaba amenazando? Sin esperárselo fue tomada por el cabello y arrastrada hasta afuera de la habitación, sus gritos se escuchaban por todo el lugar, Ozhan la llevo gasta el estudio y la arrojo a los pies de Serkan, maldita perra creía que podía jugar con ellos, no tenia ni idea de lo que había hecho, el Kral miro confundido la situación. - Pregunto qué pasaría si Alex se entera. Serkan se rio, de una manera fría y perturbadora, Allah debía darle paciencia. - Antes de que ella lo sepa tu estarás muerta al igual que toda tu familia. Se inclinó y la tomo por el cabello para luego estamparla contra la pared y comenzar a ahorc*rla – Espero que hayas disfrutado de tu plan, porque si esa maldita boca tuya se vuelve abrir para decir estupideces como la que le dijiste a Ozhan será la ultima vez que hables, ¿anladın?, (entendiste). La chica solo asintió, para que la soltaran cayendo de forma cruel al piso – Sácala de mi vista y si vuelte a decir estupideces, córtale la lengua. Aquello ultimo lo dijo mirando el teléfono para luego contestar una llamada y hablar en italiano, su sonrisa la forma en la que le hablaba a esa extranjera la hizo sentirse como la más estúpida de todas, pero también le quedo claro que eso era lo que quería y lo que tendría, aunque tuviese que matar a Alexandra.
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