Te amo, Agnes

542 Words
Lentamente la bajé de mis espaldas y con miedo, pudo bajar. Al instante empezó a reír. —¡se siente raro, me gusta! —dijo tratando de ponerse en pie. Vi que el mar se retiraba lentamente así que agarré su mano y la saqué de la playa, venia una ola. —agnes —dijo confundida —¿qué pasa? —viene una ola mediana, como no sabes nadar es mejor que nos quedemos en la orilla. —ah, está bien —asintió. Llegamos a la orilla y lo abracé, la ola cayo y la protegí, nos movió un poco pero no fue para tanto. —con que eso es una ola —dijo sorprendida. —pues sí, hay más grandes, pero hoy fue pequeña en comparación. —me gustan las olas, son muy bonitas. —dijo riéndose. Disfrutamos la estadía en la playa, a agnes se le llenó el traje de baño de arena y tuvo que ir a bañarse. Comimos los tacos y empanadas, estaban deliciosos. Agnes reconoció que soy buena cocinera y le agradecí. Conforme iba pasando el día hablábamos y reíamos. Las personas de mi pueblo estaban mirándonos raro porque somos una pareja poco común. Y no me importa, yo demuestro cuanto amo a mi novio. Al final nos encaminamos para una piscina pública, está estaba casi vacía, pero ya cómoda para los dos. En el horizonte se ceñía un atardecer precioso. Terminamos de comernos los tacos que sobraron y nos pusimos a nadar más cómodos. Agnes estaba en la orilla disfrutando del agua, como no sabía nadar, disfrutaba lo que podía. Entonces aproveché el momento para enseñarle a nadar un poco. Era miedosa pero poco a poco aprendía. Terminamos de hacer el recorrido y nos fuimos en taxi hacia la casa. Estábamos cansados pero felices de este buen día. Vi que mis padres nos dejaron la cena en la mesa, así que decidimos ver películas en el sofá mientras cenábamos. Nos dimos una corta ducha y aquí estábamos, viendo una película de romance y comedia, riendo a carcajadas y comiendo. Agnes se recostó en mi hombro, pero yo me levanté y llevé los platos a la cocina. Regresé y lo vi, media adormilado. Busqué una sábana. —¿y qué te pareció este día, preciosa? —dije llegando con la sabana y arropándonos a ambos en el sofá. Nos acostamos ahí aprovechando que el sofá es grande. —ha sido de los mejores. He aprendido tanto y disfrutado tanto de la vida… gracias a ti amor — me dio un beso en la mejilla. —gracias, señorita. Qué bueno que le encanto. Ahora quisiera abrazarte —nos abrazamos y la besé tiernamente en la boca. Fue un beso dulce y tierno. —¿me seguirás amando aun pasen los años Ly? —dijo mirándome tiernamente. —sí y tengo ganas de tenerte siempre, de conocerte una y mil veces. ¿sabes? Si existe suerte la mía es quererte. Además, si un día tú me faltas yo no sé qué haría. Porque eres el principio y el final. Qué importa el mundo entero si lo único que quiero eres tú —dije mirándola con amor. Ella soltó una lagrima y se la limpio rápidamente. —gracias por…amarme tanto.
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