Capitulo 1
Una nueva sumisa me mira, no me convence del todo, sin embargo necesito saciar mi sed. La próxima candidata llega mañana, ya no tengo a ninguna con contrato.
Se relame los labios, acercándose a mí.
—Ven, súbete a mi regazo —demando con voz gruesa y dominante.
—Si...
Su voz es demasiado chillona para mí gusto, sin embargo accedo. Me mira con confianza desmedida y se muerde los labios. Intenta besarme y me niego.
—En la boca no —al decir eso, me mira confusa.
—¿Por qué? —Indaga.
La ingoro, beso su cuello suave. Mis manos se dirigen a sus piernas suaves. Su piel es blanca, tiene algunos bellos invisibles, pasan desapercibidos para mí.
Al tener un vestido corto, me facilita el acceso a su parte íntima. Voy a correr su braga. Pero mi sorpresa es que no tiene.
—Vine preparada —ronronea.
Sin dudarlo, toco su punto débil sin retirarme. Ella cierra los ojos, y me mira con gracia.
—Soy Mía.
—Ok.
No me interesa su nombre. Se lo hago saber. Cuando introduzco un dedo en su cabidad. Sonrío socarron.
Parece disfrutarlo, porque levanta su pelvis en dirección a mi mano.
—Más —me pide en un gemido apenas inaudible.
—A sus órdenes.
Con el pulgar, acaricio su botón, late deseoso y es suave. Introduzco dos dedos. La bombardeo, ella se mueve encima de mí. La retengo de la cintura, para que se quede quieta.
—Quieta —ordeno sin vacilar.
—Lo siento jefe
Comenta y me mira con un puchero. El cual me parece horroroso. Ella empieza a bajar el cierre de mi pantalón. Por fin, pienso.
Toma mi Gran m*****o, lo ve sorprendida. Creo que le gustó, porque lo toma y lo introduce en ella.
—¡Qué rico! —Exclama.
La tomo de cintura. Y la giro, la tomó del trasero. Le doy un cachetazo, en su trasero.
Me observa.
—Hazlo...
Me pide, se lo que quiere. Sonrío, pero no la penetr@ sino, sigo jugando con mis dedos dentro de su vagin4.
Ella se estira en el escritorio, hago una mueca al ver que se está por venir. Aprieta mi dedo, en forma rápida, los quito y la pentr@.
—¡Así!
Gritó, y sonrío. La tomó del cabello, mientras la embisto: una y otra vez. La chica, gime puedo sentir como contrae sus paredes al rededor de mi cuerpo.
Muerdo los labios. Me estoy por venir.
—¡más! —Exclama.
Y me vengo en ella, sonríe.
—¡fué increíble! —Exclama y frunzo los labios.
—Vete.
Ella me hace caso, se gira para besarme pero nuevamente quitó el rostro. No quiero que una desconocida me bese.