PROLOGO

1283 Words
Otoño del 2010. El primer amor, el primer beso, el primer te quiero, la primera persona ajena a ti siendo parte de tu corazón, tus pensamientos y tus días. Suelto una carcajada cuando un montón de hojas secas y entre amarillas y naranjas caen sobre mí. Cuando alzo la mirada lo visualizo de pie sobre una banca y nuevamente lanza más y más hojas sobre mí. Yo abro mis brazos, sonriente y girando sobre mis pies me dejo caer de espalda sobre las hojas y me quedo con los ojos cerrados. El sonido de los pájaros cantando, la brisa fresca y el clima un poco frio me agrada, y es que definitivamente vivir aquí en Boston y esperar el otoño es lo que más me gusta. Siento un ligero peso sobre mí y cuando abro mis ojos, sonrio al verlo tan cerca de mí, con su cabello apuntando en varias direcciones, con esos ojazos grises con detalles verdes y cuando sonríe, mi corazón palpita como loco. –Hola... –susurra. –Hola... –respondo, su nariz juega con la mía. –Nuria, ¿Te dije que estas muy bonita el día de hoy? –asiento. – ¿Te dije que eres la novia y mejor amiga más bonita del universo? –esbozo una sonrisa, asiento. – ¿Te dije también que jamás tendré ojos para nadie, pero si una eternidad para ti? –Sí, sí y sí, todo eso me lo dices siempre Samu, pero a mí me gusta que me lo digas una y otra vez –esboza otra sonrisa y dejando un beso en mi mejilla se aparta y se sienta en el suelo, yo me incorporo, lo observo. –Estoy emocionada. – ¿Por tu primer recital? –asiento sonriente mostrando en su esplendor mis aparatos odontológicos. –Lo harás muy bien, Nu, has practicado muchísimo, te has esmerado y sé que lo harás muy bien... –llevo mi mano hasta la suya, enganchamos nuestros meñiques. –Y yo estaré en primera fila, te lo prometo. – ¡Eso espero! –digo de inmediato. –Por qué te juro que si no te veo en el auditorio del instituto, prometo no hablarte más. – ¿Ah sí? –asiento segura y este sonriente niega, entrelaza nuestros dedos y observa nuestras manos. –Estaré allí, te lo prometo –alza la mirada. –Estaré viendo como mi Nuria bonita, hace lo suyo y deja a todos callados –me sonrojo. –Eres el novio más dulce –dejo caer mi cabeza a un lado, fijando la mirada en él. –Guapo, divertido y especial –me hace ojitos y reímos. –Mi Samu lindo... –entrecierra sus ojos, yo arrugo mi nariz. – ¿Muy cursi? ¿No? –sonríe y niega. –Que te digo, soy lindo así que puedes decirme de ese modo siempre. –Que arrogante, eh... –se carcajea y se deja caer en su totalidad, lo imito, volteo a verlo y él ya lo hacía – ¿Siempre juntos? –Hasta que el mundo llegue a su fin, Nu... . Mientras el sol iba bajando para darle pasó a la noche, mi mejor amigo y mí ahora novio, Samuel Duff, me habla de su último partido de futbol, yo le dejo saber acerca de lo que tocare en el recital y de un momento a otro ya la noche está aquí. Tomados de la mano caminamos de regreso a nuestras casas, él vive a unas cuantas cuadras de la mía y cuando me deja frente a mi puerta deja un beso en mis labios y se termina marchando. Al entrar, escucho voces, mamá y papá desde la sala y mi hermano de seguro está en su habitación. Avanzo y observo a mis padres abrazados mientras ríen al ver un programa y están tan concentrados en ello que no se percatan de mí y dejándolos en su rato de romanticismo decido subir a mi habitación de inmediato. Busco las partituras de lo que debo tocar mañana y después de que mis padres terminen con su programa, yo bajare y practicare un rato. Necesito hacerlo bien, este recital escolar podría abrirme muchas puertas y aunque aún me falta mucho, nada perderé con mostrar mi talento. –Toc, toc... –volteo a un lado, es mi hermano Noel. –Hola pulga. –Hola, entra –lo hace. – ¿Te puedo ayudar en algo? –niega. – ¿Y bien? –Quería desearte suerte para tu recital de mañana –sonrio. –No podre asistir, tengo que ir para un examen de admisión para la universidad y es casualidad mañana –hace puchero y sonrio. –Bien, entonces yo también te deseo la mejor de las suertes y que salgas muy bien en tu examen –me da un corto abrazo. –Si te sientes nerviosa antes de tocar, no olvides que nosotros creemos en ti, que sabemos cómo has practicado y como te esmeras en tus clases de piano, serás una excelente pianista Nuria, ¿Vale? –asiento. – ¿Samuel? ¿Ira? –Sí, estará en primera fila, me lo prometió. –Pues eso espero, que asista y este aplaudiendo fuerte después de que termines –asiento sonriente. –Yo continuare estudiando un poco, tu práctica y recuerda, mañana lo harás muy bien. Asiento y Noel se marcha, yo me quedo por un momento pensando en el recital de mañana y me dejo caer de espaldas sobre el colchón de mi cama, me quedo con la mirada fija en el techo y sonrio. –Mamá y papá estarán contigo, así como Samuel también, no debes preocuparte porque tendrás el apoyo de todos –sonrio. –Serás una maravillosa pianista y tendrás una vida feliz, Nuria –volteo a un lado, fijo la mirada en una fotografía que esta sobre la mesita de noche. –Y tú siempre serás parte de mis logros, Samuel, siempre. … Pero eso no fue cierto, porque al siguiente día de mi recital de piano, Samuel Duff nunca llego, nunca apareció y se marchó de la ciudad sin algún aviso. Me pase días enteros preguntando en cualquier lugar donde lo conocieran si sabían algo acerca de él y todos me dijeron que no, que solo estaba el rumor de que su familia se fue por la madrugada y dejaron todas sus cosas en la casa, solo llevaron algo de ropa y nada más. A los meses supimos que era cierto, que la familia Duff, integrada por cuatro personas se había marchado de Boston y nadie sabía el paradero de ellos, ni siquiera sus familiares más cercanos quisieron dejar saber que había ocurrido. Y cuando paso el año y volvió una vez el otoño, decidí en ese lugar donde nos prometimos estar siempre juntos, que ya era hora de dejar de esperar a Samuel, que lo mejor era hacerme la idea de que jamás lo volvería a ver y han pasado doce años desde ese día y hasta el día hoy, ya no lo pienso como al principio, ya no tengo preguntas y ya ni siquiera escuchar su apellido me atormenta. Así como los Duff se marcharon sin previo aviso, mi corazón de adolescente enamorada dejo de sentir de un momento a otro, solo espero que si esta en alguna parte del mundo, sea un hombre exitoso, que todo a su alrededor este bien y que si yo en momentos lo recuerdo, él también lo haga con el mismo aprecio y sin ningún rencor, porque después de todo, yo no lo olvide de mi mente, pero sí de mi corazón y eso continuara hasta que el mundo llegue a su fin, ¿O no?
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