Correr el Riesgo

Primer Encuentro

A la mañana siguiente despierto muy temprano ya que debo ir a ensayar en el club antes de ir a clase. Por lo que me levanto y me doy una ducha, me pongo ropa de deporte, una gorra ocultando mi cabello y salgo de mi apartamento. 

Camino hasta el metro y allí aguardo hasta la parada que me deja lo más cerca posible del club. Cuando llego entro por la puerta trasera y me encuentro con una de las chicas.

- Buen día- me saluda sonriendo 

- Buen día – respondo bostezando, necesito un café. Pienso mientras camino en busca de Sarah.

Cuando el encuentro veo que está hablando con Antonio y otro hombre que me da la espalda. Le hago señas con la mano tratando de llamar la atención de Sarah y lo logro. Ella se disculpa de los hombres para venir hasta mí. 

- Llegas antes – dice ella con su típica hostilidad. 

- No, llego a tiempo – respondo ella observa la hora ven su teléfono y maldice. 

- Ve a dejar tus cosas, dile a Jaime y Kara que vengan – dice y yo asiento, camino hacia los camerinos pasando junto a Antonio y el hombre quien huele de maravilla. 

Al llegar a los camerinos dejo todo en mi casillero, tomo una botella de agua y salgo de nuevo, busco a las chicas que me dijo Sarah y las tres volvemos con ella. 

Comenzamos el ensayo con un calentamiento un poco exigente, pero me ayuda a mantener el cuerpo que tengo. Luego la voz Beyonce inunda el salón y Sarah nos explica a cada una los pasos que debemos aprendernos para las siguientes dos noches. Me siento en el suelo a descansar luego de mi primera coreografía, nunca me habría imaginado que aprender pasos de baile sería sencillo para mí. 

- No descanses si es que te quieres ir a tiempo – dice Sarah y ruedo los ojos, me levanto y voy hasta el espejo más cercano, repito los pasos que ella acaba de indicarme cuando a través del espejo observo aquel hombre con quien hablaba Antonio y Sarah me observa atento. Es un hombre realmente atractivo, los rasgos de su rostro son muy marcados y varoniles, sus ojos no puedo distinguir el color, pero su mirada es intensa. Me detengo de golpe cuando nuestras miradas se conectan a través del espejo. 

- Tu turno Ana – Sarah hace que rompa la conexión. Cuando estoy ensayando la segunda coreografía siento su intensa mirada sobre mi lo cual hace que se me dificulte el concentrarme y eso molesta a Sarah. – o te concentras o aquí te quedas toda la tarde – dice molesta. ¡Anabeth concéntrate!! Me regañó a mí misma. Me obligó a concentrarme y cuando lo logró veo que es hora de ir a la universidad. 

Sarah me deja ir, así que voy a los camerinos donde hay una ducha, me baño rápidamente, me visto, tomo mis cosas de la universidad, dejo las demás para más tarde que vuelva y salgo. 

Camino rápidamente entre la gente, la universidad solo está a cinco manzanas, justo cuando estoy llegado siento un fuerte mareo. Mierda, hoy no he comido nada, pienso mientras disminuyó el paso, busco con la mirada una cafetería, voy hasta la más cercana a mí y compro una ensalada de fruta, pero de aquellas que son solo fruta sin nada más y un espresso muy cargado. Pago y reanudo mi paso hasta la universidad mientras me tomo mi café. 

- Hola Ana – me saluda Marion mi mejor amiga cuando llego. – ¿qué te pasa? Estas pálida 

- Ya sabes, Sarah – digo mientras nos sentamos en un banco cerca al salón, tengo cinco minutos antes de que suene el timbre – hoy tuve ensayo y no me ha dado tiempo de comer nada hasta ahora – digo mostrándole la fruta que comienzo a comer. Marion sabe sobre mi trabajo en el Club Zen- Dark, ya que por ella fue que terminé trabajando allí, Marion también trabaja allí, solo que ella si atiende directamente a los clientes. 

- Odio a esa maldita – responde tomando un poco de mi café – si no fuera por qué es la hermana de Antonio hace rato la hubieran sacado de allí- dice ella haciéndome reír – lo bueno es que no debo lidiar tanto con ella a diferencia de ti.

- Lo sé, a veces no la soporto, pero recuerdo que solo será un año más y eso me da fuerza – respondo justo en el momento que suena el timbre. 

- ¿Te llevo? – pregunta mientras nos ponemos de pie.

- Gracias – respondo asintiendo con la cabeza mientras me dirijo a clase.  

Durante la tarde me siento cansada, no solo por el ensayo, sino que tampoco he dormido bien por terminar el trabajo que debo entregar. No veo el momento de irme a casa, pero cuando salga debo irme al Club. Al salir Marion me espera en el estacionamiento y al verme sonríe.

- Vamos a cenar – dice cuando ya vamos en el auto – yo invito 

- Esta bien – vamos a un restaurante chino. 

- Te vez terrible – me dice mientras comemos. 

- Estoy muy cansada – respondo – no he dormido bien además del ensayo, no es la primera vez, pero es difícil – ella asiente

- Yo estoy igual, los trabajos de la universidad se acumulan, pero debemos vivir de algo – responde riendo, cuando terminamos de comer abrimos las galletas de la fortuna. - El destino tiene dos maneras de herirnos: negándose a nuestros deseos o cumpliéndolos. – lee Marion.

- Vale más un diamante con defecto que un pedrusco sin ninguno – Leo la mía y río – ¿soy un diamante?

- O un pedrusco – dice Marion, paga la cuenta y salimos del restaurante riendo, una vez en el auto cantamos y nos reímos, paramos en un Starbucks por un par de cafés cargados para aguantar la noche.  Cuando llegamos al club entramos por la puerta de atrás y vamos a los camerinos donde nos alistamos para comenzar nuestra noche.