Correr el Riesgo

Escucho atentamente lo que el profesor explica ya que dentro de una semana son los exámenes finales y debo estudiar lo que más pueda para poder sostener mi beca. Pienso en que ya falta un año para graduarme y es cuando más debo esforzarme.  Hace un año que murió mi abuela, la mujer que siempre me cuidó y protegió cuando mis padres murieron, pero ella y yo no tuvimos dinero suficiente, ella trabajaba como empleada de servicio, pero hace ya año y medio le dio un infarto fulminante dejándome sola.  Gracias a mis buenas notas pude conseguir una beca en la universidad de Chicago, pero desafortunadamente no es una beca completa, por lo que cuando murió mi abuela tuve que buscar un empleo para no morirme de hambre. El timbre suena sacándome de mis pensamientos, observo el reloj mientras salgo del salón. Tengo hora y media para ir a mi apartamento darme una ducha y luego ir al trabajo.  Hace ya un año que trabajo como bailarina exótica en un club muy exclusivo para caballeros, aunque no me guste mucho hacerlo la paga es muy buena lo que me ayuda con los gastos de la universidad, mi pequeño apartamento, mi alimentación y una que otra cosa.  Yo no me considero una mujer hermosa, aunque muchos aseguren lo contrario. Mido 1.78, soy castaña, de ojos azules. Mi metabolismo me permite tener las medidas casi perfectas, mi pecho es de un tamaño ideal, mi abdomen plano y ligeramente marcado, mi trasero también está dentro de lo que se considera normal. Marion mi mejor amiga dice que mis rasgos son delicados como los de una muñeca.   Luego de una pasada rápida por mi apartamento, llego al club y paso directo a los camerinos donde ya me espera Sarah la encargada de las bailarinas y acompañantes.  - Llegas tarde – me riñe y yo solo asiento con la cabeza caminado directo a mi lugar asignado.  Antonio Meller es el dueño del lugar, él me permitió bailar con antifaz y pelucas para que fuera del club nadie pudiera reconocerme, algo que le agradezco. Así que rápidamente tomó mi atuendo de la noche, inspirado en el gran gatsby, vestido muy corto de lentejuelas plateadas, peluca de color n***o con el peinado de la época y el antifaz del mismo color. Cuando estoy lista Sarah me informa que es mi turno así que salgo a la tarima que hay en el centro del lugar y en la cual todos los hombres allí presentes pueden verme.  - Una vez más con nosotros – dice el "maestro" – nuestra querida Hator.  Comienza la música al igual que mi rutina para esta noche, me muevo a través de la tarima para después bajar y caminar mientras bailo entre las mesas del lugar. Los clientes dejan sus propinas en la cinturilla de mi vestido haciéndome sentir muy humillada, pero es algo que necesito.  Cuando la música acaba corro rápidamente a los camerinos a cambiarme por qué en una media hora es mi próxima aparición.  Cuando inicie a trabajar aquí, tuve que aprender todo tipo de bailes, además de que debo venir al club tres veces por semana a ensayar nuevas coreografías, mientras me maquilló pienso en que solo serán unos meses más hasta que me gradúe o antes si consigo trabajo como pasante.  Cuando estoy lista camino hacia el club por una botella de agua, ya que las deberían estar en el camerino no están, al salir todos los hombres me observan de forma tan lasciva que me dan nauseas. Yo no soy virgen pero tampoco me gusta que me vean como si fuera un pedazo de carne. El club es un prostíbulo de clase alta, Antonio no recibe a cualquiera y las chicas que aquí trabajan deciden si quieren acostarse con los clientes o no.  Cuando llego a la barra pido a Jada una de las barman una botella de agua, ella rápidamente me la entrega, al dar la vuelta para volver al camerino choco con un hombre que me observa con tanta lujuria en los ojos que me produce asco.  - Hola preciosa – dice él de forma lasciva - ¿Cuánto la noche?  - No tendría el dinero suficiente – respondo para después irme por donde vine dejándolo perplejo.  Esos imbéciles piensan que por qué trabajo aquí voy a venderme como a una cualquiera, están muy equivocados, yo solo bailo si tuviera que hacer algo más preferiría morirme de hambre que hacerlo.  Mientras espero que sea mi turno camino de regreso a los camerinos, saco un libro que debo leer para hacer un trabajo de la universidad. Me concentro en el libro hasta que Sarah viene a decirme que estoy por salir.  Mientras bailo recuerdo todo lo que el profesor explicó en clase ya que hay muchas cosas las cuales debo recordar para los exámenes finales. Al terminó respiro con alivio ya que me voy para mi casa a hacer trabajos de la universidad.  Sé que el esfuerzo que hago es mucho pero también sé que la recompensa será mucho más satisfactoria. Por eso al llegar a mi pequeño apartamento, me doy una ducha y me pongo un sencillo pijama, extiendo libros, agendas y planos sobre la mesa, para estudiar a gusto. El tiempo se me pasa volando y cuando menos me doy cuenta faltan dos horas para ir a estudiar por lo que dejo todo de lado y decidí dormir un rato antes de ir a la universidad.