El ánimo del Sr. Hamilton mejoró bastante y esperaba ansioso la visita de Harley, veían películas en una pantalla que él mandó a instalar en un área de su habitación y ella le mostró a sus súper héroes, le leía Harry Potter y después estudiaban Administración, ya que él le explicaba conceptos de los libros que traía de la biblioteca, también jugaban ajedrez y merendaban juntos.
***
Christian lo veía recuperarse y se lo comentó, entonces cuando su tío le respondió que Harley le había devuelto su espíritu casi salta de la silla, su tío muy entusiasmado le contó sobre todas las actividades que compartían juntos y que se sentía tan bien que estaba pensando salir de la cama.
Christian salió de la habitación de su tío, fue directamente a buscar a Harley, la encontró en la biblioteca y al verla le expresó:
–Vengo a agradecerle la mejoría de mi tío, es impresionante, hasta quiere levantarse de la cama.
–Eso sería estupendo, ¿verdad?
–Por supuesto. Llevaba meses abatido, pensando que de un momento a otro moriría. Tal vez si ya no está al borde de la muerte, no sea necesario casarnos. Volveré a hablar con él.
¡Diablos! Si no se casan no tendrá más dinero para la terapia de su padre. Ahora estaba preocupada.
Christian volvió donde su tío y le señaló:
–Tío, si estás mejor ya no es necesario casarme, ¿cierto?
–En el momento en que Harley salga de esta casa, me muero –exclamó teatralmente Edward Hamilton.
–No tío, ¿y si la contratamos para que te acompañe?
–Se queda siendo tu esposa o se va y me muero –manifestó con mucho drama el tío Edward.
–Está bien, era solo una idea.
–Muy mala, por cierto.
–Disculpa tío.
–Hijo, ¿te has fijado que es dulce, amable y muy bonita?
–Solo que es bonita, no la he tratado lo suficiente como para ver su lado dulce o amable.
–Inténtalo, te sorprenderás.
Se retiró pensativo, definitivamente había conquistado a su tío, así que seguiría con los planes, nada ha cambiado excepto el ánimo de Edward Hamilton.
Harley se encontró con Christian en el pasillo quien le dijo:
–La boda sigue en pie.
–¿Y no será demasiada alegría para usted?
–Muy graciosa.
–Gracias, me lo dicen mucho.
–La invito a cenar conmigo, ¿quiere salir o aquí en la casa?
–Me gustaría aquí.
–¿No quiere salir conmigo?
–Bueno, afuera.
–No, ahora será aquí. Dio media vuelta y se alejó de ella.
–Arrrgh, es insoportable –lo dijo lo suficientemente alto para que él la oyera.
Christian la oyó, pero no se dio por enterado y continuó avanzando mientras sonreía.
***
A la hora de la cena, ella se presentó usando un vestido con un escote que dejaba ver sus hombros y el nacimiento de sus senos, Christian quedó gratamente sorprendido pero no dijo nada en venganza por su “gruñido” de la tarde, durante toda la comida estuvo observándola, realmente había aprendido a comportarse en la mesa.
–La he visto muchas veces en la biblioteca.
–Sí, su tío me recomendó algunos libros de Administración.
–¿Eso es lo que quería estudiar en la Universidad?
–En realidad sí, porque esperaba organizar y ampliar el taller de mi papá, pero cuando quedó incapacitado no pude iniciar las clases, aunque siempre pienso que estudiando por mi cuenta aprenderé lo suficiente para empezar un negocio pequeño e ir creciendo con el tiempo y la experiencia.
–Yo soy administrador con especialización en finanzas, si tiene alguna duda podría ayudarla.
–Gracias, lo tendré en cuenta. ¿Sabe?, me preguntaba si en algún momento nos tutearemos, ya que falta poco para casarnos.
–Tiene razón, frente al personal podemos tutearnos, pero no me siento cómodo si estamos solos porque no somos amigos.
–Usted es intragable.
–¿Intragable?, ¿qué significa eso?
–Averígüelo, gracias por la cena, con su permiso me retiro, buenas noches –se levantó y salió molesta.
Christian la veía mientras salía del salón comedor y pensó que tenía que armarse de valor para tolerar a esa gruñona, ¿por qué no siguió buscando?
***
En la mañana después de desayunar con su padre, este le preguntó:
–¿Esta semana es la boda?
–Si papá, creo que el jueves.
Christian se había acercado a buscarla para pedirle unos datos necesarios para el acta matrimonial, cuando oyó la pregunta de Eric Scott a su hija, decidió esperar afuera para no interrumpir.
–¿Te sientes cómoda? Harley sé que es un sacrificio y toda chica sueña con casarse enamorada.
–Está bien papá, no es un sacrificio si te veo tan recuperado, ¿te has fijado en lo bien que te ves?
–Estamos comiendo tres veces al día, eso mejora a cualquiera.
–¿Ves? Solo por eso vale la pena todo.
–Pienso que tal vez algún día te enamores del Sr. Turner.
–¿De ese témpano?
–¿Témpano?, ¿por qué le dices así?
–Todo lo que tiene de lindo, lo tiene de frío, odioso y arrogante. Se pasea en esa silla que más parece un trono. Ayer me dijo que no somos amigos porque le pedí tutearnos. Pues será Sr. Turner hasta que nos vayamos de aquí.
Christian oía divertido y también atónito al saber que no se alimentaban bien, estaba sumido en sus reflexiones cuando una empleada le dijo:
–Sr. Turner, ¿desea algo?
Harley volteó de inmediato y pensó: “Me oyó, ay no, me oyó y dije que es lindo”.
–Vine a buscar a la Srta. Scott, acabo de llegar.
“Mentira” –pensó Harley– “estaba espiando y seguro oyó todo”, caminó hacia la puerta y lo saludó:
–Buenos días, dígame Sr. Turner.
–Necesito unos datos para el acta, venga conmigo por favor.
Harley salió presurosa tras él que ya conducía su silla por el pasillo en dirección al ascensor. Al estar a solas, no pudo reprimirse y le soltó:
–¿Sr. Témpano? ¿Soy frío y odioso?
Harley abrió mucho los ojos ¡atrapada! Así se sentía exactamente. Por fin le respondió:
–Pues sí, lo es.
Christian pensó que estaría apenada, pero no, respondió desafiante.
–También dijo que soy lindo –comentó sonriendo con ironía.
–Oyó mal –replicó Harley, lo más seria que pudo.
“Sí –se dijo a sí mismo–, definitivamente necesitaría valor y paciencia, porque 7 años serían una eternidad, ojalá su tío bajara un poco el tiempo, trataría de negociar con él”.
Llegaron al despacho y había un documento sobre la mesa, él lo señaló diciéndole:
–Por favor llene ese formulario, se necesita su nombre completo y su fecha de nacimiento, además de otros datos de identificación, son para elaborar el acta matrimonial.
Se acercó a la mesa y comenzó a escribir, bajo la atenta mirada de Christian Turner, cuando terminó le dijo: “Listo” y se dispuso a salir, pero él la detuvo:
–Espere un momento por favor ¿por qué su padre está incapacitado y por qué celebraban que ahora comen tres veces al día?
Aunque con esa pregunta confirmó que Christian había oído la conversación desde el principio, Harley volvió a sentarse y comenzó a explicar:
–Mi padre es un excelente mecánico de motocicletas Harley Davidson y acostumbraba probarlas él mismo antes de entregarlas a sus dueños, fue en una de esas pruebas que un camión lo arrolló haciéndole mucho daño en el 60% de su cuerpo, estuvo más de un año hospitalizado, por lo tanto perdió toda la clientela, yo solo había terminado la preparatoria y a pesar de que lo ayudaba muchas veces en el taller, no pude hacerme cargo, además, para compensar al dueño de la motocicleta con la que tuvo el accidente que amenazaba con demandar a mi padre, vendí todo lo que era vendible en el taller para poder pagarle. Cuando le dieron de alta y regresó a la casa comencé a trabajar de mesera, pero por horas solamente ya que debía atenderlo en todo, así que el dinero que ganaba lo usaba para sus medicinas. Los viejos amigos motociclistas de mi papá con los que crecí, nos ayudaban con algunos alimentos cuando podían, por eso la comida era escasa, aunque yo llevaba algunas sobras del bar algunas veces. Solo por el buen semblante de mi padre ahora, es que estoy dispuesta a hacer todo esto.
Christian la oyó en silencio, le emocionó mucho su relato, pero no lo demostró y prefirió callar antes de hacer algún comentario que lo delatara.
Ante el silencio de Christian, Harley se levantó nuevamente y salió de la estancia, dejando al témpano tras de sí y pensando: “¿Por qué me hace contarle todo si después va a quedarse tieso y mudo?, lo he dicho, es intragable, los 7 años más largos del Universo, eso serán”.
Christian se acercó a la mesa para recoger el formulario y cuando leyó los datos exclamó: “Lo que me faltaba, tenemos la misma fecha de cumpleaños, es imposible mencionar mi próximo cumpleaños sin incluirla”, parecía una mala jugada del destino.
***
Al salir del despacho Harley fue a visitar al Tío Edward, lo encontró de pie junto a la ventana y se alegró mucho.
–¡Tío Edward! –tenía varios días llamándolo así, por petición de él mismo– que sorpresa tan agradable, oiga usted es alto.
–Hola Harley, si hoy me sentí con fuerzas para salir de la cama, hacía tiempo que no miraba el jardín.
–¿Quiere dar un paseo conmigo?
–Me encantaría, vamos.
–Bueno, pero como tenía tiempo en cama, llevemos la silla y así alternamos un ratito de pie y otro sentado para que no se agote.
–Excelente idea, seguiré al pie de la letra tus recomendaciones.
Harley llevó al tío Edward en la silla hasta el jardín y luego tomados del brazo comenzaron a caminar, a corta distancia los seguía un empleado con la silla de ruedas, por si llegaba a necesitarla. Anduvieron un buen rato en silencio contemplando las flores y disfrutando la fresca brisa, ninguno de los dos se percató del rostro sonriente y enternecido que los observaba desde una de las ventanas de la mansión.
Christian estaba feliz con la recuperación de su tío y si esta se debía a la presencia de la gruñona motociclista, pues bienvenida sea. A fines de esa semana se casaría con ella, no es lo que esperaba, pero en realidad y dada su condición, nunca se planteó la posibilidad de un matrimonio convencional, las mujeres con las que había estado recibían una buena cantidad por sus servicios. Solo una vez pensó que sería diferente cuando conoció a una preciosa chica en el Club de Yates, tuvieron varias citas, ella aceptó de buen grado su condición y se mostraba muy interesada en él, hasta que se enteró de que todo pertenecía a su tío y Christian no consideró necesario aclararle que era su único heredero, por lo que con una excusa muy poco creíble, ella se fue de viaje y no volvió a verla. Ahora tenía un contrato con una chica que aceptó ser su esposa durante 7 años, a cambio de $30.000 mensuales y una excelente atención para su padre.
***
Llegó el día de la boda, la cual estaba programada para las 11:00 am, seguida de un almuerzo. El despacho fue acondicionado para la ceremonia civil y cuando Harley entró tanto Karl, el asistente de Christian, como el funcionario civil y su secretario dejaron escapar una exclamación de admiración. Estaba deslumbrante con su cabello recogido y pequeñas flores a manera de adorno, maquillada muy sutilmente pero destacando sus verdes ojos y sus largas pestañas, un brillo coral en los labios y el vestido largo con un estampado floral en suaves colores conformaban su atuendo de novia.
Christian oyó las exclamaciones, volteó hacia la puerta y contuvo el aliento, por un momento deseó estar de pie y poder recibir a esa hermosísima mujer que pronto sería su esposa. Ella lo miró y le sonrió con los ojos, se sabía hermosa y quedó muy complacida al ver el efecto que causó en todos, incluso en Christian quien no dejo de mirarla mientras se acercaba para sentarse junto él.
Todo sucedió de acuerdo a lo planeado, con la alegría adicional de que tanto el tío Edward como Eric participaron en la ceremonia y el almuerzo.
Para cuando terminara la celebración, Christian tenía una sorpresa preparada para Harley, pero antes reunió al personal y le anunció que a partir de ese momento Harley sería la Sra. Turner Hamilton por consiguiente debían obedecerla y atenderla como a él mismo. Cuando el personal se retiró se dirigió a Harley y le anunció que saldrían en una hora y ante la mirada interrogante de ella y su desconcierto, le aclaró: “Querida, nos vamos de Luna de Miel”, Harley se sostuvo de la pared ante esta revelación y palideció, Christian lo notó y como estaba disfrutando tanto de su reacción, fue hacia la puerta sin aclarar nada más.
Subió a su habitación y comenzó a empacar, su padre la encontró haciendo maletas y ella le informó:
–El Sr. Turner y yo saldremos de Luna de Miel.
–Lo sé hija, él me lo informó hace dos días, pero le prometí que no te diría nada.
–¿Estuviste de acuerdo?
–Ese es el siguiente paso después de una boda: “El viaje de Luna de Miel”, te diré lo mismo que a él, espero que este tiempo les sirva para conocerse un poco más y puedan iniciar una buena relación por lo menos de amistad.
Cuando el automóvil de Christian arrancó, Harley preguntó con voz temblorosa:
–¿Adónde vamos?
–Déjame sorprenderte.
–Pues estoy sorprendida desde que me dijo que tendríamos un viaje de Luna de Miel.
–Te estoy tuteando.
–Y no sé el porqué, ya que no somos amigos.
–Ahora eres mi esposa y no deberías ser tan rencorosa.
Llegaron al aeropuerto y los condujeron directamente al hangar privado donde les esperaba el personal del avión.
–¿Tiene un avión privado? –preguntó Harley sorprendida.
–Tenemos un avión privado –le aclaró Christian.
Bienvenidos Sr. y Sra. Turner dijo una de las azafatas a bordo. Harley observó que el avión estaba acondicionado para la movilidad de Christian, ella tomó asiento y oyeron por los altavoces la voz del Piloto: “Buenas tardes Sr. Turner, Sra. Turner –les saludó–, tiempo estimado de vuelo: dos horas y veintiocho minutos a Denver – Colorado, volaremos a…” La voz del hombre continuaba pero Harley se quedó en Denver – Colorado, nunca se había subido a un avión y ahora haría un viaje de más de dos horas. Se aferró con todas sus fuerzas al brazo del asiento y cerró los ojos aterrada. Christian la observaba en silencio ya que estaba tan frágil en ese momento de pánico, que no parecía que fuera tan contestona, insolente e impertinente.
Les ofrecieron champaña, pero ella seguía asustada, entonces Christian, en tono burlón, brindó por los dos y sus próximos 7 años juntos.
Al aterrizar les esperaban dos camionetas, las abordaron y Christian le explicó:
–Aún faltan unos 50 minutos de camino, vamos a Black Hawk, hay unas cabañas preciosas y una de ellas es propiedad de los Hamilton. Espero que estés más calmada, porque en el avión temí que arrancaras el brazo del asiento.
–Fue mi primera vez en un avión.
–Bueno, ya puedes relajarte.
Viajaron un buen rato en silencio, hasta que Harley le preguntó:
–¿Por qué hace todo esto? No se suponía que en nuestro matrimonio hubiera una Luna de Miel.
–Mi plan de vida no incluía una boda, pero como gracias a mi tío ahora soy un hombre casado, ¿por qué no disfrutar el proceso?, fue una ceremonia sencilla, la novia estaba bellísima y tuvimos un exquisito almuerzo, afortunadamente tu padre y mi tío estuvieron en condiciones para asistir y celebrar con nosotros, así que si vamos a aparentar, lo haremos muy bien.
–Si le pareció que estaba bellísima, ¿por qué no dijo nada?
–Acabo de hacerlo.
Harley respiró profundo y puso sus ojos en blanco, mientras Christian reía.
–Su tío y mi padre saben muy bien que soy su esposa de contrato.
–Exactamente, solo ellos lo saben, para el resto somos una pareja recién casada.
–¿Y usted pretende que yo…?
–No, no, no, de ninguna manera, no creo que pudiéramos ser una pareja real.
–¿Por qué lo dice? ¿Usted no puede…?
–No puedo, ¿qué?
–Bueno eso, ¿le funciona? –y Harley señalaba hacia su entrepierna.
–De verdad que tu insolencia no tiene límites.
Harley iba a responder cuando el chofer anunció que habían llegado, el exterior era precioso, unas vistas maravillosas, Harley se olvidó de la discusión y recorrió el porche de la cabaña con admiración. Christian no la perdía de vista, un momento era una curiosa indiscreta y al otro era una curiosa encantadora, en realidad le había hecho mucha gracia la forma en que hizo la pregunta, pero no tenía intención alguna de responderle.
***
Cuando entraron ella se impresionó mucho y exclamó alegremente que le encantaba. Era una construcción muy amplia de techos altos y de una sola planta, en la parte delantera con salones a cada lado de la entrada, uno de ellos con chimenea, luego todas las habitaciones y al fondo una gran cocina y comedor con salida a una terraza espectacular.
Cuando entró a la habitación que le dijeron que era la suya, también estaba el equipaje de Christian, se sentó en la cama a esperar y en cuanto él entró le señaló las maletas y preguntó:
–¿Y esto?
–Mi equipaje.
–Ni sueñe que va a dormir aquí.
–No sueñes tú. ¿Ves esa puerta? Da a la habitación de al lado, no te preocupes que yo dormiré allá, no me quedaría contigo ni loco, si gruñes despierta no quiero imaginar los ruidos que harás dormida.
–¿Cuánto tiempo estaremos aquí?
–Una semana, en casa hay dos personas atendiendo a tu padre y no faltará a sus terapias.
–Usted si faltará.
–Vendrá una terapista y tenemos hidromasaje, yo continuaré mis ejercicios aquí. Me avisaron que cenaremos a las 8:30 pm tienes tiempo para refrescarte si lo deseas.
–De acuerdo, gracias.
***
Christian se dirigió a su habitación y ella abrió una maleta sacó un vestido largo, pero de tela muy ligera, lo dejó sobre la cama y fue a ducharse. Harley salió del baño mojada, apenas cubierta por una pequeña toalla de manos y ahí estaba Christian hurgando en una pequeña maleta:
–¿Qué está haciendo? –preguntó alarmada tratando de taparse con las manos, debido a que con la sorpresa soltó la pequeña toalla.
–Busco –en ese instante levantó la vista y se encontró a Harley desnuda tratando de cubrir sus partes con sus pequeñas manos– algo que necesito –esto último lo dijo muy lentamente porque estaba recorriendo su cuerpo con la mirada.
–¿Y por qué no toma la maleta y lo busca en su habitación? –protestó ella desesperada.
–Sí, eso haré –tomó la maleta y salió, aún no se recuperaba de la impresión por ver su cuerpo mojado y prácticamente desnudo.
–Y deje de entrar aquí como si nada.
–Vendré a buscarte para cenar.
***
Al rato volvió a entrar, ya Harley estaba lista y terminaba de peinarse, el vestido le quedaba perfecto y los ojos de Christian recorrían cada detalle. Ella salió delante de él y a los pocos segundos le reclamó:
–¿Se quedó atrás a propósito para verme el trasero?
–Tienes una gran capacidad para desesperar a las personas, ¿de dónde sacas que quiero ver tu trasero? ¿Con qué clase de hombres has estado?
–Con mi padre y sus amigos, me cuidaban mucho y si algún tipo veía mi trasero le daban un buen puñetazo para que desviara la vista.
–¿Estás amenazándome? ¿Me darás un puñetazo para que vea a otra parte?
–Entonces, sí estaba mirándome el trasero.
–Hazme el favor de quedarte justo a mi lado –le pidió Christian al borde de la exasperación.