Diez años no fueron suficientes.

2.

Ashton.

Sabía que ella estaría aquí, sabía que se vería hermosa y también sabía que olería a flores y a sol. Pero aun así sabiendo todo eso me dejo sin aliento. Todavía me recuerda la única noche que pasamos juntos, cuando la abrace y hablamos de mil cosas sin importancia y de lo único que había sentido por ella todo el tiempo. La mejor noche de mi vida, sin lugar a dudas.

Pero en este momento, tengo un terrible dolor de cabeza, una ventaja poco apropiada de ser mariscal de campo de los Cleveland Browns con una línea ofensiva que permitió más capturas que cualquier otra en la NFL. O tal vez el recuerdo de ver su rostro cuando entre fue más responsable que la reciente conmoción cerebral que me dejo fuera de juego.

Hoy no tengo tiempo para un dolor de cabeza, ni para encontrar una habitación oscura y dormir hasta que se me pase la noche. Tengo fiestas a las que asistir, días de gloria que celebrar con Isaac, Robin, tal vez incluso Luka, aunque quiero verlo menos que a los demás, mucho menos. Bien, no quiero verlo para nada.

Camino hacia la casa Alpha, si alguno de los chicos esta allí, tal vez podamos ir a tomar algo, eso ayudará . La casa no ha cambiado mucho. Sigue siendo de ladrillo, aunque gracias a Luka, la parte delantera había sido pintada más de una vez. Hay arbustos a ambos lados de la propiedad y todavía hay chicos jugando a la pelota en el césped delantero, un barril de cerveza en el porche y música que proviene del patio trasero. Ha habido muchos buenos momentos en esa casa, muchas fiesta y muchas chicas.

Acelero el paso y uno de los chicos que estan en el césped me llama por mi nombre y me lanza la pelota. Levanto las manos justo a tiempo para atraparla. Hubo un tiempo en el que había sido genial y me reconocían en todas partes. Pero gracias a las lesiones, a los jugadores nuevos y con más talento y a una plantilla llena de suplentes listos para dejar su huella. He pasado mucho tiempo con los auriculares puestos, al margen de la cancha. Ha pasado mucho tiempo desde que he tocado el balón en otro lugar que no sea en los entrenamientos, pero hoy no importa. Aquí, soy un héroe. El tipo que lo ha logrado y se siente bien. Lanzo la pelota hacia atrás y sonrió ante la ovación de los espectadores, fue como si hubiera lanzado el touchdown ganador en el Super Bowl.

Antes de llegar a la puerta, me rodea una nueva generación de hermanos Alpha, todos más jóvenes, todos deportistas. En comparación, yo soy exactamente lo que dicen los comentaristas del domingo: un tipo agotado, que ya ha pasado su mejor momento y que esta listo para retirarse. Mierda, tal vez volver no fue la gran idea que había pensado que sería. Desde luego no esta ayudando a mi moral y ego. Pero me tragare su adoración hasta que se den cuenta de que estoy a punto de dejar el mundo profesional.

Firmo algunos autógrafos y luego camino hacia el porche donde Isaac me espera.

—Ya era hora— dice, estrechándome la mano y dándome una palmada en el hombro.

—Me distraje— señalo con la cabeza el patio donde se pasan las cervezas. Una tarde de viernes normal en la casa Alpha.

Isaac se ríe. —Si. Vi tu distracción en la mesa de registro. Se ve bien— una pizca de celos se extendió por mi estómago. Isaac no necesita mirar a Megan. Nadie lo necesita. —¿Está soltera? —

Mierda, no me había planteado eso ¿y si no lo está? ¿Y si está casada, con hijos y una vida? ¿Y si no se pasó los últimos diez años suspirando por mí? ¿como los pasé yo? ¿Comparando a todos los hombres conmigo y encontrando que eran deficientes, de la misma manera que yo lo había añorado y criticado a las mujeres cuando no estaban a la altura de la mujer de la que nunca había dejado de pensar? Por lo que se, ella puede estar casada con diez hijos, uno por cada año que hemos estado separados, con un marido cariñoso y un perro adorable que solo la ama a ella.

—No sé—

—¿Hablaste con ella? — pregunta y me entrega una botella de cerveza artesanal y luego se recuesta en una de las sillas junto al barril y varia hieleras.

Me encojo de hombros. Mi pobre intento de charlar un poco no cuenta como hablar con ella, pero Isaac no tiene que saber lo mal que me había ido.

—En realidad, no—

—¿Crees que todavía tiene esa Motocicleta? —

La Harley, la habíamos usado algunas veces cuando ella no me odiaba, cuando era una persona de espíritu libre y feliz, antes de que Luka destruyera todo eso y ella intentara destruirnos a nosotros a cambio.

Antes de poder responder, un par de otros chicos de nuestros días en la universidad salió de la casa. hubo más abrazos masculinos y bienvenidas, pero mi corazón no está en eso, está ocupado recordando a la chica con la motocicleta y las botas militares que me dió las mejores dos semanas de mi vida.

Diez años atrás…

La propuesta es intrigante. Y me salvaría el trasero. Pero Megan Foster no sabe, no entiende todo lo que tendra que hacer, o por todo lo que pasara si Luka la atrapa. Nadie lo sabe.

Todos lo ven como una especie de dios, pero en realidad, él es solo un imbécil. Luka siempre ha sido uno de esos niños ricos que nacieron en cuna de oro sin brújula moral y sin sentido del daño que deja a su paso.

Isaac y yo nos sentamos en sillas de jardín a un lado de la hielera portátil mientras Robin y Luka se sientan al otro lado y cinco o seis novatos en pañales pintan frente a la casa. Esta es la cuarta vez este mes que hemos tenido que cubrir la palabra “Hijo de puta” que alguien había pintado en el ladrillo. Un alguien que es una de las mujeres despreciadas de Luka, aunque nunca supimos cuál de todas, hay demasiadas sospechosas y no hay suficiente interés en encontrar de quien se trata, ya que la ferretería nunca se quedará sin material para cubrir las paredes y nosotros nunca nos quedaremos sin novatos para hacer el trabajo.

Isaac se ríe. —Podrías haberles comprado brochas más grandes— Hasta ese momento han cubierto la H, la I, y la J y parte de la O porque Luka solo les ha dado brochas de media pulgada. Eso va a llevar una eternidad, alguien de nosotros tendra que ir a comprar cerveza si no se apresuran.

Me habría reído porque es lo esperado, pero esoy demasiado ocupado pensando en Megan, fantaseando más con ella, oliendo su perfume en mi almohada, viendo su cabello n***o desplegado debajo de ella mientras baja la cabeza y…

Isaac me da un codazo en el hombro cuando una elegante motocicleta negra se detiene al borde del césped.

—¿Quién es esa? —

La reconozco de inmediato: jeans negros rotos, chaqueta de cuero negra desgastada, botas con cordones desde el tobillo hasta la pantorrilla, tacón cuadrado y punta de acero. Normalmente, prefiero a la típica chica universitaria con coletas y leggins de Nike, pero algo en Megan Foster hace que mi pene se ponga más duro de lo que ha estado en mucho tiempo. Y ella ni siquiera me ha tocado todavía.

Megan apaga su motocicleta y se quita el casco, sacudiéndose el cabello mientras simultáneamente usa su pie para bajar la pata de la motocicleta. Es mucha motocicleta para una mujer tan pequeña, pero la maneja como si hubiera nacido con ella. Me levanto y camino hacia ella.

Cuando me pidió ayuda a cambio de que me ayudara con los las tareas de algunas materias, fue sincera. Mas sincera que nadie que yo hubiera conocido, especialmente teniendo en cuenta del tema de su propuesta y su objetivo final.

Ella asiente hacia la casa. —Ustedes pintan mucho—

—Si— digo. Megan tiene la voz más suave que conozco. Me aclaro la garganta y la miro. De cerca, es más que hermosa. Sus ojos son de un azul claro, no de un azul aburrido, sino más bien como el azul del cielo por la mañana, y su cabello es lacio y le llega a la mitad de la espalda de un color oscuro que parece satén. Niego con la cabeza, no es el momento de desear a una mujer que quiere a uno de mis mejores amigos.

—Entonces, pensé en tu…idea. ¿Estás segura de que esto es lo que quieres? — Mira por encima de mi hombro y no tengo que adivinar a quien está mirando. Se muerde el labio y sonríe. —Si, estoy segura—

Se que debo decir que no, se que esta es la peor idea en la historia de las peores ideas.

—Está bien— Acepto. Y así empezó, el comienzo de la relación más hermosa y devastadora de mi vida.