Cuando se escuchó un bebé llorar desde la sala Lilian se levantó rápidamente y sus lagrimas comenzaron a correr, en ese instante entró la llamada. —Dime Javier. —Señor Mayer, soy Lilian... Ilenia esta dando a luz en estos momentos. —¿Cómo, si faltaba una semana? —El doctor dijo que es normal, por ser primeriza. En ese momento salió Javier con los ojos llorosos y una cara de felicidad que no podía esconder. —Es un niño y es hermoso. —Escuchó señor Mayer, es un niño. —No lo puedo creer, tengo un bisnieto un heredero. Las lágrimas comenzaron a rodar por el rostro del gran señor Mayer, en este momento salgo para allá. —¿A dónde vas papá? Y ¿porque lloras? —No es asunto tuyo, pero te lo diré, iré a ver a un amigo que conocí en la casa de cuidados y está enfermo. Volveré en unos días.

