Claudine suspiró, estaba a punto de introducirse a la casita cuando, de pronto, un grupo de mujeres que ella reconocía muy bien la detuvieron. Al verles la cara de pocas amigas se imaginaba lo que estaban pensando. En ese pueblo la violencia era parte de la manera de comunicarse. Sabe que son personas leales a los Petit. —Eres una zorra, acaparando a un señor como Joshua. —negaba una con una sonrisa. —Mira que meterte con el heredero de los Grant. —dijo otra. —No me meto con él —aseguró pacientemente ella— Sí, me disculpan, tengo asuntos más importantes que atender. —Espera un poco—la tomó del brazo una de las chicas, a lo que Claudine reaccionó, apartándola con rapidez. —No tengo tiempo para juegos. Una persona relevante para mí se encuentra mal, así que, déjense de niñerías y largo

