NARRA NOAH El sonido de mis tacones, chocando contra la superficie del piso de madera de Industrias Spencer, resuena por todo el amplio pasillo de paredes blancas. Kai va a mi lado y desearía poder agarrar su mano y caminar así junto a él, con nuestros dedos entrelazados y orgullosos ante todas estas personas que nos observan avanzar hacia el salón de reuniones de la empresa. Sin embargo, me limito a voltear a verle y contemplar la sonrisa que me dedica, cuando también gira su cabeza para verme. —Pasen adelante —dice el abogado Henderson, cuando abre la puerta de aquel salón y extiende su mano hacia adentro, dándonos paso. Los hombres me dejan pasar a mí primero y avanzo hasta una de las sillas ejecutivas que hay alrededor de la gran mesa de reuniones. Kai viene detrás y, comportándose

