NARRA NOAH —Devon, quiero dejarte las cosas bien claras —digo, tomando aire y viéndolo directo a los ojos. Hablo con total normalidad, pero con suma seriedad en mi expresión—. No me gusta andar con rodeos y me gusta ser directa con las cosas. Y esta no será la excepción. Alza levemente una ceja y se muestra tan impasible. Observo el labio partido, el moretón alrededor de uno de sus ojos y la mancha de sangre en la camisa blanca, que le han dejado los golpes que Kai le dió. —¿Qué me quieres decir? —cuestiona. —No confío en ti —declaro, sincerándome—. Te conozco tan poco y no puedes pensar que de la noche a la mañana voy a venir a depositar mi confianza en cualquiera. No soy ese tipo de personas que confía en alguien solamente porque se lo dicen. Una de las esquinas de su boca se eleva

